“Somos optimistas, estamos saliendo”

-¿Cómo se encuentra la profesión en este contexto tan complejo, justamente en el Día del Arquitecto?

-Bueno, como a la mayoría, creo. Atravesamos momentos difíciles. La emergencia sanitaria nos ha golpeado fuerte, con un parate que para nosotros fue demoledor, aún cuando entendemos que era algo necesario de hacer, sobre todo porque como sociedad no conocíamos los alcances que el virus podía tener en estas latitudes. Por suerte, y en función a la más que acertada decisión de reabrir las obras, hemos podido recuperar algo del terreno perdido, pero aún estamos en un proceso de reconstrucción. El daño ha sido importante.

-¿Tienen estadísticas al respecto?

-Sí. Durante las primeras semanas, la presentación de expedientes de obras estaba completamente paralizada, obviamente. Directamente en cero. Luego se fue empezando a levantar, pero todavía con grandes falencias. Por ejemplo: en mayo de 2019 nuestra Regional recibió 200 expedientes, mientras que en mayo de este año ese número cayó a 119. Es decir, una baja de casi el 40% en la comparativa.

-¿Son optimistas de que pueda mejorar la situación?

-Nosotros siempre somos optimistas y trabajamos para fomentar el trabajo de nuestros colegas. Si no fura así, no estaríamos acá. Naturalmente, entendemos que es un escenario muy delicado, pero creo que de a poco nos vamos levantando. Estamos saliendo de una situación muy difícil. Emerger, nunca está de más decirlo, no depende únicamente de los arquitectos, sino fundamentalmente de los inversores y de las gestiones de los funcionarios públicos. En ese sentido, creemos que quienes ponen el dinero, aún con la crisis, seguirán invirtiendo en el ladrillo, que es la mejor forma de capitalizarse. Ello, teniendo en cuenta que, por suerte, Villa María y la región es un área privilegiada en términos económicos. En cuanto a los funcionarios, vemos con alegría que han tomado nota de las cosas que hay que hacer para incentivar la construcción, y actuando en consecuencia. Es algo que celebramos y apoyamos desde el Colegio.

-¿Cómo está la relación hoy con los municipios?

-La relación es buena, estamos en un buen momento. Con la Municipalidad de Villa María hemos podido afianzar un vínculo y un modo de trabajar. Como mencionaba antes, los funcionarios han entendido algunas de nuestras necesidades, y han facilitado los canales. Con Villa Nueva estábamos dándole los retoques finales al Código de Edificación cuando comenzó la pandemia. Pero en rigor, estamos en contacto permanente con muchísimos municipios. Hay que recordar que nuestra Regional abarca la mayor parte del sudeste cordobés: desde Pilar hasta Canals. En los últimos tiempos, por ejemplo, hemos firmado convenios con municipios como Laguna Larga, donde lanzamos el primer sistema de expediente digital de toda la provincia. También estamos trabajando en esa línea con los ejecutivos de Oncativo, Marcos Juárez y Cruz Alta. Pero en general hablamos y nos reunimos con todos los intendentes de nuestra Regional.

-Sin embargo, anteriormente la relación con la Municipalidad de Villa María fue algo tensa…

-Sí, es verdad que tuvimos momentos de idas y vueltas, ciertos encontronazos que no eran caprichosos, si no que estaban relacionados con aspectos que son elementales para el trabajo cotidiano de los arquitectos y, por lo tanto, para el crecimiento en términos de infraestructura de la ciudad. En su momento salimos a reclamar porque era lo conveniente, para los colegas y para la ciudadanía en general. Lo importante, en cualquier caso, es que pudimos subsanar algunas diferencias y logramos entendernos. Esto no significa que nos olvidamos de otros reclamos históricos, como lo que concierne al acceso a energía y otros servicios para las obras privadas. Con todo, destaco nuevamente que la relación ha mejorado y se ha vigorizado. Estamos muy confiados en que vamos a seguir por la buena senda.

-Volviendo a la situación de los arquitectos ¿Qué tanto daño ha hecho el parate obligado en términos económicos, en el bolsillo de los colegas?

-Muchísimo. Incluso cuando, insistimos, no estamos echando culpas al Gobierno nacional o provincial, porque lo que se hizo y lo que se hace en cuanto a la emergencia sanitaria, tiene por objetivo cuidar a la gente. Amén de aquello, el daño que nos deja la pandemia ha sido tremendo. Hay un porcentaje muy elevado de colegas que directamente no generaron ni un peso de ingresos en varias semanas. Se paran las obras y se paran los ingresos para todos: desde el arquitecto hasta el peón de albañil. Por eso desde la Regional 5 lanzamos una serie de ayudas muy importantes. La más destacada es un Fondo de Emergencia de más de un millón de pesos, con dinero proveniente de un fondo de salud propio, creado en 2005. A cada colega que así lo requirió y que cumplía con los requisitos, se les entregaron $10.000. También dimos subsidios por aporte y por registro de obra diferenciado, entre otros, y apoyos económicos a arquitectos a punto de jubilarse, por solo nombrar algunos beneficios de carácter más “técnico”, digamos. Estamos convencidos que corresponde al rol de la Regional estar cerca del matriculado, sobre todo en momentos tan duros. En eso estamos y así seguiremos.