Responderle al neoliberalismo con humor

Escribe  Daniel Rodríguez

Fotos César Carballo

“Bell Ville Sensible” es un blog que ya cumplió más de 10 años, aunque hace tiempo no publica porque ahora los estrenos se hacen por otra vía. César Busso (40), su creador, continúa imaginando, ilustrando y agregando los textos correspondientes a sus cómics (pero hoy la modalidad es otra).

César, mejor conocido como Agite, es oriundo de Bell Ville y hace tiempo está radicado en la ciudad, aunque también anduvo por Córdoba capital.

Desde Villa María, además de mantener activas sus redes sociales con su material humorístico, colabora con el portal de humor gráfico Alegría, en el periódico digital La Tinta y en algunas ocasiones también su arte se imprimió en la penúltima página de la revista satírica de humor político Barcelona, donde Alegría tiene un espacio.

Aquel componente que Agite comparte, si bien posee diferentes aristas, tiene un anclaje de compromiso social. 

“Durante el año pasado tuve la suerte de ilustrar algunos libros y también las tapas de algunos discos, como el doble que lanzó Federico Lattanzi”, destacó el artista en diálogo con El Diario.

“Actualmente estoy trabajando en algo parecido a un poemario, ilustrado por mí, me gustaría también publicar una antología por los diez años de ‘Bell Ville Sensible’ y también estoy preparando una novela gráfica de Diosito, pero eso va a llevar mucho más tiempo”.

Diosito es uno de los personajes que tal vez lo hicieran más conocido durante la primera década de 2000 entre los bloggeros que visitaban “Bell Ville Sensible”. Aquel oasis gráfico también cobijaba a otros trabajadores del trazo y la línea como la conocida tira “¡Snif!” de Fernando Mercadal. 

“De los míos también estaban El monstruo Alberto y la Señora Depresión; a algunos los he dejado de ilustrar”.

“Siempre trabajé igual, lo hago en papel, escaneo y pinto con Photoshop”, definió.

Respecto al comienzo de tal actividad, Agite reflejó: “En mis inicios hacía todo en papel y después aprendí a pintarlo en la computadora. Todo cambió cuando me tomé en serio este trabajo, que es cuando me di cuenta de que quería vivir de esto. Entonces empecé a publicar digitalmente y me comenzaron a surgir trabajos”.

“El interés, propiamente dicho, surgió desde chico. Es una edad en la que todos dibujamos y yo había arrancado, pero lo dejé de hacer”.

“Hice cine, teatro, porque pensé que con esto (la ilustración) pasaría hambre, pero es lo que me gusta. Lo retomé de grande, cuando tenía 30 años, y empecé a hacer aquel blog”.

Haciendo memoria, antes de ser una página web, “Bell Ville Sensible” era una sección: “Todo comenzó en el blog ‘Noticioso’ de noticias falsas que tenía un amigo (también de dicha ciudad), donde yo lo apoyaba con mis dibujos... La sección en sí no tenía ningún sentido, pero le quedó el nombre”.

 “Este tipo de trabajo no es algo fácil: es difícil porque hay muchos ilustradores y se paga poco; aun así, fueron surgiendo algunos trabajos”.

La llegada de las redes

Todo aquello que había comenzado a surgir en medio de los posts vio su cénit en el momento en el que las redes sociales atravesaron completamente la existencia de cada uno: “Facebook o Instagram también me ayudaron un montón. Conocí mucha gente y terminé colaborando con grupos de historietistas donde sacamos libros”. 

“Empecé enviando chistes al portal, cuando vieron que funcionó lo comenzaron a subir y ahora soy parte del grupo”.

El espacio de Alegría en sí mismo es un perfil de red social que está ubicado en distintas plataformas. “Con ellos actualmente sacamos tres anuarios y vamos por el cuarto. Eso sí, ahora está complicado por el tema de dinero, y también porque es independiente... Nosotros a los anuarios solemos venderlos cuando se hacen ferias independientes”.

En el mismo tono, Busso reflexionó que en tal unión de ilustradores “siempre todo tuvo un perfil político. Alegría nació el mismo día que Mauricio Macri asumió el gobierno, aunque hay integrantes de todos los aspectos políticos”.

“Cuando terminó la presidencia anterior muchos dejaron el grupo porque la línea ideológica cambio a algo más anárquico. De igual manera, en mi humor, siempre tuve algo político, a lo mejor no tan partidario, sino chistes más enfocados contra el neoliberalismo, siempre con algún contenido social y humanitario”. 

La creación

Definiendo la tarea que se lleva adelante en cada uno de los cómics, el entrevistado detalló minuciosamente que “una tira puede llevar distintos tiempos de trabajo”.

“Cuando me siento con la idea en la cabeza, que es lo que tarda más tiempo, hay cosas que pienso que son muy buenas, pero cuando las veo materializadas pienso que ya no sirve”.

“Hay otras veces que a las cosas que hago las dejo estar, luego las retomo y si a la semana siguiente me causa gracia y tiene actualidad decido publicarla”.

“Cuando veo algo que hice y me río, es porque generalmente funciona. Eso de reírme no es algo que me pasa seguido... siempre consulto con alguien más”.

“Eso sí, casi todo lo que hago lo publico, tengo muchos bocetos, pero los que se llegan a ver son los que hice. Los que tengo ideados, por otra parte, están en lápiz o en cualquier papel”.

“A veces sé que va a funcionar... aunque a veces pensás que algo ‘va a andar bien’ y luego eso no pasa”.

“Lo que pensás que es genial no tiene el mismo impacto que vos pensabas, o al revés. También me pasa que la gente que me sigue me manda ideas y cuando están buenas las hago, pero es algo muy de vez en cuando. Cuando hay algo bueno, le doy para adelante”, sostuvo.

La viralización de un mural

Hace tiempo atrás una imagen de Diosito con un cartel que decía “Macri Gato” se imprimió como una proyección sobre un edificio de Bell Ville. Tal hecho, a contramano de lo que tal vez Agite esperaba, se compartió por todo el país. “Con un amigo una noche hicimos una intervención y lo proyectamos, pero no lo podíamos mantener mucho tiempo”.

“La gente que pasó lo vio y es algo que se viralizó... me acuerdo que las personas me mantenían al tanto”.

La explosión política en el humor en medio de la sociedad es un fenómeno que (hay que ser sinceros) se extinguió con la llegada del menemismo, cuando la despolitización lo invadió todo. En alusión a ello, el bellvillense apuntó al “kirchnerismo” como el punto donde se “abrió la militancia”.

“Todos estamos informados y discutiendo, y eso también tiene que ver las redes sociales”.

“El conflicto con el campo fue la madre de las grietas. Uno estaba de un lado o de otro, aunque existen los tibios... pero en ese caso prefiero uno que esté en contra de lo que uno piensa”.

Hoy todos hablamos de política y sabemos de qué lado está cada quien, antes todos leíamos los medios con inocencia y ahora sabemos quiénes son.

Los medios alternativos ayudan a eso, como La Tinta, que un medio totalmente distinto”.

El estilo

Las realizaciones del artista se distinguen por tener una extensión no mayor a cuatro recuadros y con un remate veloz. En referencia a tal aspecto, explicó: “No me he dedicado a hacer cómics largos, generalmente en tres o cuatro cuadros remato el chiste. En esto buscamos los menores recursos posibles y vas a lo conciso. Si no hace falta decorado, de fondo, no lo ponés directamente”.

En un rubro que se encuentra en efervescencia, o tal vez con mayor exposición, Agite también nombró al riocuartense Ham, o a Sergio Langer con quienes pudo compartir momentos. “Son buena gente y algunos forman parte del equipo de La Tinta o Alegría”.

“Estas son las cosas buenas que suceden gracias a las redes sociales con algo gestionado desde el interior. Se terminó ese ‘porteñocentrismo’ porque uno puede mostrarlo y trasciende”.

A tal punto llega aquella conexión que poseen las redes, que el reporteado recordó dos hechos donde sus obras llegaron a los ojos de Axel Kicillof (actual gobernador de Buenos Aires) o a Florencia Kirchner, hija de la vicepresidenta y expresidenta.

De tal manera, la política, la actualidad y la sociedad se reflejan con una perspectiva personal en cada viñeta.

“Eso sí, pienso que los chistes no hay que explicarlos”, redondeó en su charla Agite, dueño de una interpretación particular que es compartida y celebrada por muchos de sus seguidores que lo conocen sin el rostro que exponen las fotografías de esta crónica, sino solamente por el fruto de su muñeca y acreedor de una particular perspectiva.