Más de cuatro mil leguas de viaje en carretilla II

domingo, 3 de julio de 2022 · 09:16

Luego de que, el domingo próximo pasado, publicara la historia del trabajador conocido como "El Vasco de la Carretilla" y comentar que uno de sus viajes se inició en Villa María, tal cual figura en diferentes fuentes, contacté con quien escribió acerca del tiempo que este hombre pasó en Villa Nueva, donde habría conocido al joven Armando Fabre, que luego sería un prestigioso artista

En el Parque de Villa Nueva

En unos de sus libros Julio Alberto Benítez, editado en 2013, rescata la historia del "Vasco de la caretilla" y, en especial, las vivencias de uno de sus viajes que lo trajo hasta esta región del suelo cordobés. En ese escrito el autor local habla de la llegada de Guillermo Larregui a Villa Nueva, a finales de la década del ´30 del siglo pasado.  El señor Casas, cuidador del Parque de Villa Nueva, permitió que el Vasco instalara su carpa en ese espacio público.  La lona de la tienda de campaña del caminante tenía grabada la escritura "Fábrica Argentina de Alpargatas". Benítez señala que esa leyenda estaba porque la fábrica le había donado la carpa "lo mismo que los cientos de pares de alpargatas que usó durante su largo recorrido". De todas maneras, existen publicaciones en medios de prensa donde Larregui planteó cuidado con quienes pedían cualquier tipo de donación en su nombre, pues él no aceptaba ninguna.

 

En la casa de los Balcells Vidal

El escritor villamariense pudo entrevistarse con Nair Balcells, hija de Juan Balcells, quien siendo niña conoció al caminante. Cuando ella tenía 6 años de edad, su hermano David de 12 y Francisco de 16, sus padres "invitaron a ese señor para que armara su carpa en el patio de la panadería, cuyo frente aún, en su parte superior, está igual".

El panadero Balcells, inmigrante español proveniente de Poblá de Ciervolés, provincia de Lérida, tenía su casa en el  350 de la calle Lima de la ciudad de Villa Nueva. En el patio de esa vivienda Larregui se instaló, Nair recordó que “eran sus muebles un catre, una mesita de luz, un farol a kerosén y demás elementos para preparar las comidas”. 

Lo describe como "una persona excelente, culto, muy educado, buen caricaturista y le gustaba narrar las anécdotas ocurridas a través de su caminar"

 

Compañía canina

En la entrevista, Nair señaló que el hombre "fue muy  amable con nosotros, los niños de la casa y del barrio, era una persona muy cariñosa, tan es así que lo llamábamos ´abuelo´, como si fuera de nuestra familia". También recuerda que ayudó a su padre "a construir una nueva jardinera para repartir el pan y además nos regaló la carretilla con la que había llegado y  se construyó otra, con un tanque de cada lado, uno para el agua potable y  el otro para el combustible. Según refería mi padre, la nueva carretilla fue pintada por don Armando Fabre. Además, en la carpa tenía dibujado el mapa de nuestra Patria, y  en él iba marcando los lugares que había visitado".

Recordemos que entonces Fabre era muy joven, nació en 1918, en la localidad de James Craik y a los 7 años llegó a Villa Nueva. A los 25 años quedó ciego, por desprendimiento de retina, lo que no le impidió desarrollar una extensa y exitosa vida artística. Para 1937 ya había egresado de la academia de artes de Antonio Arborio, en Villa María.

 Según el relato de Nair Balcells, durante tres meses Larregui vivió en la casa de sus padres y cuando ya no podía resistir el llamado del camino, murió el perro que lo había acompañado. El día de su partida estaba triste, sentado en el patio, junto a los niños, cuando "apareció desde la calle un perro, se le acercó, lo olfateó y se echó a su lado", ya tenía compañía para su nueva andanza.

En la prensa de época se dice que en ese viaje, el Vasco partió de Villa María, Benítez en su libro no dice mucho desde donde partió esa vez el Vasco, pero sí que estuvo viviendo en Villa Nueva. También escribe que Nair señaló que cuando "tendría unos 10 años" lo encontró, con su carpa, en Curuzú Cuatiá, en la provincia de Corrientes. Luego les mandaba, cada fin de año, tarjetas de salutación.

La historia de este hombre,  que viajó más de 22.000 kilómetros caminando con su carretilla, puede ser vista como la aventura de un solitario, un gesto individual, pero que también puede ser leído en el marco de una época. Década del ´30, crisis económica mundial, con trabajadores golondrina que se trasladaban cientos de kilómetros para levantar cosechas. El viaje del Vasco de la Carretilla, también puede entenderse como el desarrollo de una búsqueda, la construcción de una diferenciación en una sociedad que homogeniza.  

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