Miranda! y su performance evolutiva del pop

Escribe: Juan Ramón Seia
De nuestra Redacción

Fotos: Itatí Gandino
De nuestra Redacción

Para remontarse a las anteriores presentaciones de Miranda! en nuestra ciudad hay que viajar imaginariamente al año 2013, cuando la banda actuara en una edición del Costanera Rock, otra actuación en el Anfiteatro en 2014, previo a ello, al lejano mes de abril de 2004, cuando el grupo apenas celebraba su tercer aniversario de gestación y venía a socializar su primer trabajo discográfico, "Es mentira", al extinto Salón Dorado (hoy Central Gym).

Entre aquellas fechas y el reciente concierto en el Teatro Verdi pasó de todo: Miranda! giró por Latinoamérica, cosechó premios MTV y Gardel, antorchas en Viña y nominaciones en los Latin Grammys, más de 500 mil discos vendidos, decenas de duetos, fueron jurado en "La Voz Argentina" y, por supuesto, pasó una pandemia de por medio.

El reencuentro con el público local (poco más de 250 personas, lo permitido por las nuevas disposiciones), que en principio iba a plasmarse en el Prado Español y finalmente se concretó en la sala teatral, concitó características especiales.

"Un acto de amor"

Por un lado, por el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad y las butacas vacías debido al distanciamiento obligatorio. Y por el otro, por la estructura actual del grupo devenido en dúo. Despojados de músicos acompañantes, la criatura bicéfala de Ale Sergi y Juliana Gattas se valió de pistas grabadas para desarrollar su actuación convertida en performance con coreos definidas. Con un casi constante cambio de vestuario a la vista de los espectadores, ambos músicos se asemejaban a adolescentes probándose prendas escarbadas en un ropero y cantando un sinfín de canciones favoritas.

Esa postal naif no desacredita a la propuesta sino, todo lo contrario: refuerza el halo de ensoñación lúdica que siempre pretendió sellar Miranda! En definitiva, la dupla demostró, en su amplio repaso por su discografía, una sólida evolución en el pop mainstream con pulso disco o bailable. Uno de sus últimos hits, "Me gustas tanto", es tan fresco y pegadizo como cualquiera de sus éxitos anteriores.

Ni qué hablar de la elaboración precisa de frases, que recuerdan en parte a la lírica refinada de Virus: "Palabras indelebles no se pueden borrar" de "Fantasmas" o "El sabor de lo equivocado" de "Yo te diré", ambas bombas dentro de su repertorio.

El show, iniciado pocos minutos después de las 21, arrancó con "Perfecta", el reciente "Un tiempo", "743", "Luna de papel", hasta desembocar en algunas de sus baladas poperas o noveleras como "Tu misterioso alguien". Luego de un set acústico, capitaneada por Sergi en guitarra acústica, donde soltaron obras como "Casi feliz", llegaría un derrotero de hits, cual rocola: "Prisionero", "Hola", "Mentira", "Fantasmas" y "Ya lo sabía", entre otros.

También alumbrarían el celebrado "Entre las dos", una canción editada a cuatro manos con la chilena Javiera Mena, que narra una historia lésbica a espaldas de un hombre, y donde Sergi se convirtió en "Male", para ofrecer un pasaje almodovariano de dos "mujeres" con estrictos atuendos oscuros.

Con "Enamorada", Juliana demostró su capacidad vocal antes del súper hit de "Don". En los bises, el dúo regaló "Mala señal"  de "Fuerte" (2017).

En la puesta se pusieron en valor las visuales y el audio sonó bien envolvente, salvo un pequeño percance que sufrió el micrófono de Gattas que luego fue reemplazado. Ambos músicos también juguetearon con instrumentos electrónicos, como el pad o batería electrónica (Sergi) y el theremin (Gattas), el peculiar sintetizador de origen ruso.

Previo al último tramo del concierto, Sergi agradeció al público por su predisposición a respetar las nuevas condiciones: "Es un embole el protocolo, es cierto, pero ver que lo cumplen es como un acto de amor que recibimos de parte de ustedes", subrayó.