Fiebre hemorrágica argentina o mal de los rastrojos

La enfermedad del campo

Tres casos (uno fatal) encienden las luces de alerta por el mal de los rastrojos

Mientras el mundo habla del COVID-19, hay una enfermedad silenciosa que afecta principalmente en las zonas rurales. Se trata del mal de los rastrojos o fiebre hemorrágica argentina (FHA), que en lo que va del año fue contraída por tres personas en la provincia de Córdoba, de las cuales una falleció.

Los casos corresponden a dos varones, uno de 31 años y otro de 35, y a una mujer de 40 años; de las localidades de Bell Ville, Ballesteros Norte y zona rural de Morrison, pertenecientes al Departamento Unión. Las tres personas recibieron tratamiento específico para FHA (usan el plasma de una persona que se haya curado, metodología que se está investigando para determinar si también es viable para el coronavirus), los dos varones evolucionaron favorablemente, pero la mujer falleció.

En tanto, otras siete personas, también del Departamento Unión, se encuentran en estudio.

Como se sabe, se trata de un mal transmitido por un tipo de roedor y afecta particularmente a quienes viven o trabajan en zonas rurales.

La ventaja que tiene este mal es que sí hay vacuna y que está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación. Los afectados con el mal de los rastrojos no estaban vacunados.

Las autoridades provinciales manifestaron su preocupación ante el aumento de casos de FHA en Córdoba y desde el área de Epidemiología de la Provincia recomiendan la vacunación y medidas de protección para las y los trabajadores rurales.

Cabe aclarar que la campaña de vacunación con Candid #1 en Córdoba comenzó en octubre de 1991 y el impacto en la población fue contundente: entre 1991 y 2019, los casos descendieron de 105 a uno, correspondiente a una persona que no estaba vacunada.  En los últimos cinco años se confirmaron un total de ocho casos: ninguno en 2015, dos en 2016, cuatro en 2017, uno en 2018 y uno también en 2019.

Sobre la FHA hay que se decir que trata de una enfermedad viral grave causada por el virus Junín. Se manifiesta en una extensa región que abarca parte de la provincia de Buenos Aries, Santa Fe, Córdoba y La Pampa. Afecta sobre todo a quienes viven o trabajan en zonas rurales, donde habitan los roedores Calomys musculinus que actúan como reservorio del virus.

Esta especie de roedor construye nidos en campos cultivados, malezas del borde de los alambrados, caminos, vías férreas, aguadas de los molinos, bordes de ríos y arroyos.

El virus se encuentra en la saliva, la orina y la sangre de los roedores y las personas pueden contagiarse al estar en contacto con el medio ambiente contaminado. Las posibles puertas de entrada del virus Junín al organismo humano son la piel, las mucosas, por semillas, tallos de malezas, entre otros. En tanto, el contagio interhumano es excepcional.

Respecto a los síntomas, la FHA provoca fiebre y alteraciones de la sangre, neurológicas, renales y cardiovasculares que, sin tratamiento, puede evolucionar hacia la muerte en un lapso de una a dos semanas. El comienzo es inespecífico, con decaimiento, falta de apetito, dolor de cabeza y fiebre moderada. A los días se agregan dolores musculares, articulares, en el abdomen y detrás de los ojos, mareos, náuseas y vómitos, entre otros.

 

Medidas de prevención

La aplicación de la vacuna Candid #1 es la principal medida preventiva para esta enfermedad. Esta inmunización forma parte del Calendario Nacional de Vacunación y está indicada para personas de entre 15 y 60 años que viven o trabajan principalmente en áreas rurales de los departamentos: General Roca, Juárez Celman, Marcos Juárez, Roque Sáenz Peña, Río Cuarto, General San Martín, Tercero Arriba y Unión.

La vacuna no debe aplicarse a mujeres embarazadas o que estén amamantando ni a personas con inmunosupresión, con enfermedades agudas o crónicas descompensadas. Además de la vacunación, a trabajadores y trabajadoras rurales se les aconseja una higiene cuidadosa, principalmente de las manos y cambio de ropa, durante y luego de la permanencia en lugares donde puedan vivir los roedores; usar calzado cerrado y ropa que cubra todo el cuerpo cuando concurra al campo; usar guantes al trabajar, en especial al manipular partes de maquinarias agrícolas. Asimismo, recomiendan mantener desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que los roedores se acerquen a ella. También hervir las verduras que se recolecten, conservar los alimentos en recipientes cerrados y no introducir tallos, hojas o granos en la boca.

Para consultas pueden comunicarse a inmunizacionescba@gmail.com o al teléfono 351-6310085.

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