Entrevistas - Micaela Manzotti, agrónoma, y Juliana Arneudo, veterinaria

Profesionales del campo celebran hoy su día

Se conmemora hoy en Argentina el Día del Veterinario y del Agrónomo. Entrevistamos a dos mujeres jóvenes, profesionales de cada disciplina, que además son docentes y egresadas de la Universidad Nacional de Villa María, que cuenta con las dos carreras

Cada 6 de agosto se conmemora el Día del Veterinario y Veterinaria, como así también de los y las profesionales de la Agronomía.

El motivo de la celebración en Argentina es que el 6 de agosto de 1883, en el Instituto Santa Catalina de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, comenzó a desarrollarse por primera vez en el país,  estudios superiores agrícolas y veterinarios. En 1980, el instituto se trasladó a la ciudad de La Plata, ya como Facultad de Veterinaria y Agronomía.

Por ser una jornada tan ligada a la formación universitaria es que quisimos entrevistar a profesionales egresados de la Universidad Nacional de?Villa María (UNVM) que en sus sedes de esta ciudad y de Villa del Rosario tiene ambas carreras.

Las entrevistadas son, además, mujeres y docentes de la casa.

 

“No podría dedicarme a otra cosa”

Pocas veces aparece una vocación desde la adolescencia con tanta claridad, como fue el caso de Juliana Arneudo, médica veterinaria nacida en Villa del Rosario. “Desde siempre me gustaron los perros y gatos, además fui a un colegio agrotécnico, el San José, donde tuve más contacto con los animales en el campo y es lo que me terminó de decidirme qué era lo que me gustaba. Nunca lo dudé, nunca pensé en otra carrera, de hecho, no podría dedicarme a otra cosa”, dijo la joven profesional a El Diario Rural.

“La oportunidad de estudiar la carrera que elegí en mi ciudad natal, lo hizo mucho más fácil. Tener la facultad a unas cuadras de tu casa es invalorable”, señaló.

“Empecé la carrera pensando que me iba a orientar a los animales pequeños, pero las prácticas de campo me ayudaron también a sumar interés profesional por las vacas y los caballos”, relató.

“Ahora, en mi trabajo hago un poco de cada cosa”. La activa profesional hace guardias en una veterinaria de Córdoba los fines de semana y también atiende a domicilio a pequeños animales. “Por otra parte, trabajo al lado de un profesor de la Facultad, Rubén Francone, al que ayudo en tareas más grandes como es la parte reproductiva y sanidad”, señaló.

“Después, en un pasillo de la Universidad me ofrecieron dar clases, así que comencé como adscripta. Hoy estoy dando clases ya con un cargo en la materia Medicina Veterinaria Aplicada I y Mejoramiento Genético”, agregó.

“Me encanta salir al campo con los chicos, enseñarle desde una mirada con más cercanía generacional”, dijo.

Le consultamos si se encontró con dificultades en la práctica laboral, fundamentalmente en la actividad privada: “Yo pensé que iba a tener problemas por ser mujer en los trabajos particulares cuando no estuviera al lado de mi profesor. Pero no, no me pasó nada de eso. Te digo, que al contrario, todos son superamables. Creo que ya se está pasando ese machismo de antes, porque escuché a varias profesoras que les había pasado. Otro temor fue el que no tuviera la fuerza para hacer determinadas tareas, pero no, todo está saliendo bien. Creo que yo le puse ganas para que eso se respete”.

A la hora de pensar en una  especialización, no duda que lo que más le gusta es la reproducción en bovinos. “Estoy aprendiendo un montón al lado del veterinario con el que trabajo, a quien le agradezco todo”,

Juliana se recibió hace dos años y medio y disfruta de haber tenido claro desde chica lo que quería ser: una profesional del campo.

 

Desde siempre, vinculada al campo

Micaela Manzotti es una ingeniera agrónoma de San Francisco radicada en Villa María. Comenzó a estudiar cuando la carrera de la UNVM estaba articulada con la Escuela Superior Integral de Lechería (ESIL), que por entonces tenía una extensión en la cabecera del Departamento San Justo, la que funcionaba en un colegio secundario. Una vez egresada de la tecnicatura, se radicó en Villa María para completar el tramo universitario. En 2015, obtuvo el título de Ingeniera Agrónoma.

Después de unos años de estar en su ciudad, regresó a Villa María con una beca doctoral financiada por el Conicet, la que concluyó en el año 2020.

“Ahora estoy tratando de recibirme de doctora. Espero estas semanas para terminar las últimas correcciones y tener fecha para la defensa de mi tesis”, dijo.

Su trabajo doctoral muestra el interés de esta joven profesional por el recurso central para toda la actividad agropecuaria: el suelo.

“Estuve trabajando en la caracterización de los suelos de esta zona”, dijo.

Explicó que la provincia de Córdoba está cartografiada principalmente en una escala uno en 50 mil. “Esto te brinda información acerca de las características morfológicas y analíticas de los diferentes suelos, a esa escala”, dijo.

En función de ello, decidió “trabajar en una zona donde los suelos tienen problemáticas de salinidad y sodicidad, y me encontré con suelos que no se encontraban cartografiados semidetalladamente, ya que eran complejos y tenían una calificación de ‘indiferenciados’, por lo que debimos caracterizar esas situaciones”.

Es decir, buscó precisar esas extensiones -pequeñas, aclara- que en los mapas figuran como indiferenciados.

“Elegí trabajar en el tema suelos porque cuando era estudiante, integré un grupo de investigación y las profesoras te trasmitían la pasión por el tema. Porque si te ponés a pensar, hay mucha tecnología en semillas y en insumos; pero al suelo, se lo deja un poco de lado”, dijo.

“Ahora se le está dando mayor importancia al suelo porque estamos llegando a un punto en la meseta en que hay que mejorar sí o sí”, agregó.

Micaela eligió ser agrónoma porque está vinculada desde siempre a la actividad rural.“Me crié en una familia que se dedica al campo y es lo que me gusta. Sabía que quería  una profesión vinculada y terminé de decidirme por Agronomía, por la importancia de poder cursar en San Francisco los primeros años, porque quieras o no, a los 17 años sos muy chica para irte a otra ciudad”, dijo.

Sumado a eso, las mujeres de su familia siempre tomaron decisiones en torno al campo. “No había machismo, además, porque mi abuelo tuvo cuatro hijas mujeres que siempre lo acompañaron en lo laboral”, agregó.

Su actividad actual es la docencia que ejerce en la UNVM, en la carrera de Agronomía, aunque agregó que también le gusta la actividad privada.

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