Se quitó la “espina” y tomó vuelo a octavos

Bajo una intensa lluvia, Universitario recibía en su cancha al Deportivo Argentino con la clara intención de continuar liderando la zona centro con tranquilidad y comenzar a “abrochar” el primer objetivo de la temporada: la clasificación a octavos de final.

Sin embargo, los jugadores locales también guardaban una dolorosa espina desde el inicio del torneo, cuando sufrieron una dura goleada por 4 a 1 en manos del Lobo en barrio Nicolás Avellaneda, en una tarde inolvidable del Cuty Carrera.

El Deportivo Argentino, pisaba tierras universitarias, con una gran goleada a su favor en su última presentación (5-0 a River Plate), y con la intención de convertirse en escolta de la U.

Una vez iniciado el cotejo, fue Universitario quien intentaba hacerse con el dominio del balón, pero la cuestión se complicaba demasiado por la permanente llovizna. Las imprecisiones abundaban, las resbaladas se multiplicaban y por la mitad de cancha directamente no se podía transitar: había una laguna que lo impedía.

En este contexto, fue el visitante quien llevó peligro primero, cuando a los 7 minutos, el capitán Benjamín Martínez no pudo coronar con gol un gran pase de Cristian Fernández.

Pero, rápidamente el conjunto dirigido por Luis Fassi “enderezó el barco” y a los 14 minutos, tras una recuperación en zona ofensiva, Juan Acosta desbordó y envió un excelente centro para que Maximiliano Tóffolo anote la apertura del marcador con un gran anticipo con pierna derecha, que dejó sin reacción a Leonel Luciani.

Si bien, Argentino intentó por medio de Fernández llegar al empate lo más rápido posible, el equipo conducido tácticamente por Cristhian Romero sufrió otro duro revés: a los 24 minutos, una gran jugada de Tomás Pratti culminó con un centro rasante que pasó por toda la longitud del arco, pero que nadie empujó para el gol; sin embargo, desde el otro lateral llegó Máximo Kamienski, quien con su botín zurdo clavó un golazo de otro partido, por arriba de Luciani y casi olímpico podría decirse, por el sector desde donde pateo el mediocampista local.

En la jugada inmediatamente posterior, el 7 casi pone el tercero, cuando en un tumulto dentro del área visitante, sacó un remate que se fue escasamente desviado, al lado del palo.

Argentino estaba noqueado, los dos goles de la U lo había dejado fuera de combate. Para peor, faltaba una eternidad para que termine el partido. Aunque, quizás eso era lo que justamente lo mantenía vivo: un remate de Carrera por arriba del travesaño, y un excelente disparo de Martino atajado de gran manera por Simón Mellano, fueron arrestos individuales que pretendieron encontrar el descuento en medio del caos.

Ni siquiera, la expulsión de Lucas Barengo a los 35 minutos, hizo que el Lobo reaccionara. Es más, hasta pudo haber estirado la diferencia el local en los 10 minutos que le restaban a la primera mitad; y si no lo hizo fue porque la emboquillada majestuosa de Pratti sobre Luciani se fue cinco centímetros desviada al lado del palo, y Berterame cabeceó por arriba del travesaño un centro que lo encontró solo dentro del área.

En el complemento, el monólogo futbolístico de Universitario creció tanto que apabulló a su rival. En esta segunda mitad, el local se cansó de errar mano a mano, mientras que el albiazul solo contó con una chance clara a los 16 minutos, cuando un desborde del capitán Benjamín Martínez, no pudo ser empujado hacia el fondo de la red, ni por Fuente ni por Carrera.

Cada tanto, cuando uno recordaba que el que tenía un jugador menos era Universitario, no lo podía creer. El equipo de Fassi jugó un partido perfecto, y lo coronó con otro golazo del pibe Kamienski, quien comandó una contra directa, y jugando con el posible paso al medio, se fue abriendo paso y definió cruzado ante la salida de Luciani para poner el 3 a 0, inobjetable que lo clasificó a los octavos de final. Lo merece y lo justifica con fútbol.

La figura: Máximo Kamienski:

Metió dos golazos y por poco no se lleva la pelota por un triplete. Gran despliegue físico e inteligencia a la hora de definir.

El árbitro: Federico Valle:

Bien. Se le reprocharon algunas decisiones, pero supo manejar bien el partido.