Gastronómicos, con el aliciente del regreso

Luego de dos semanas imposibilitado de recibir público en sus instalaciones, tras las restricciones dictadas por el Gobierno provincial en el marco de la pandemia de coronavirus, el sector gastronómico volvió ayer a trabajar bajo la llamada “nueva modalidad” que permite, con diversos protocolos y en horarios limitados, la permanencia de clientes dentro de los establecimientos.

En ese contexto, El Diario entrevistó a propietarios de diversos bares y restaurantes de Villa María, para que ellos mismos relataran cómo se desarrolló la actividad durante el primer día de la tan esperada vuelta al ruedo.

“Un 60% de clientes”

El primero en brindar su testimonio fue Alexis, de Felissa Café, quien comenzó indicando que “mucha gente estaba esperando que volviéramos a abrir y nosotros también, porque con la modalidad al paso vendía solamente dos o tres cafés por día”.

“A muchos no les convencía eso del café al paso, porque están acostumbrados a sentarse a charlas con sus conocidos y a leer los diarios”, aseguró.

Seguidamente, sostuvo que “de los que venían normalmente antes de las últimas restricciones, hoy (por ayer) han venido como máximo un 60% de los clientes”.

“Creo que eso se debe a que hay gente que está con miedo por el incremento de casos de coronavirus y otros, con tantas idas y vueltas en torno a nuestros horarios y modalidades de trabajo, todavía no saben que ya podemos volver a recibir clientes dentro de nuestras instalaciones”, opinó y para ejemplificar dicha situación relató: “Algunos clientes que vinieron a buscar café para llevar no sabían que ya podían sentarse en las mesas a tomarlo y cuando les dijimos que sí se podía se pusieron contentos”.

“Más allá de un descenso en los niveles de atención, creo que será cuestión de días, hasta que se vuelvan a acostumbrar, para que comiencen a venir nuevamente en la cantidad que lo hacían antes de las últimas restricciones”, expresó Alexis.

Al mismo tiempo, el empresario gastronómico consideró que “es muy crítico todo lo que venimos pasando desde marzo a esta parte. Con la imposibilidad de atender al público dentro del local, vendemos menos de un 10% de lo que vendíamos antes de la pandemia”.

“En ese contexto desfavorable uno tiene que seguir pagando el alquiler, los servicios y a los empleados, generando que nos vayamos atrasando en los pagos”, relató, aclarando que “afortunadamente el dueño del  local donde nosotros estamos nos tuvo consideración y le iremos pagando el alquiler como podamos”.

Sobre las medidas preventivas que rigen en su establecimiento, contó que “aplicamos todas las medidas sanitarias que se nos solicitaron para cumplir el protocolo. Los que no tienen barbijo no ingresan, hay alcohol en gel en todas las mesas y hay que firmar una planilla para ingresar”.

“Creo que si los niveles de contagios van descendiendo, nos podrían permitir de a poco ir pudiendo atender a más gente dentro de los locales”, manifestó.

Y para finalizar, pensando en lo que se viene, sostuvo: “Veremos qué pasará el fin de semana con la vuelta del fútbol. Cuando juegan Boca o River acá viene muchísima gente y va a ser muy difícil hacerles entender a esos hinchas que solamente habrá lugar para algunos y otros no podrán ver el partido”.

Información tardía

Del mismo modo, Luciano, de Luda Café & Bar, inició tu testimonio diciendo que “yo tengo una visión sobre lo que pasa cada vez que se aplican nuevas flexibilizaciones sobre nuestro rubro. Está costando que la gente se adapte o deje de adaptarse ante las nuevas medidas”.

“Cuando nos cierran por 15 días, las primeras jornadas la gente viene a golpearnos la puerta para que la dejemos ingresar, mientras que cuando se acostumbran a que el lugar está cerrado cuando podemos volver a abrir no se enteran y por lo tanto no vienen”, relató, contando además que, “por ejemplo, algunos siguen viniendo a buscar el café al paso o algunos directamente ni vienen para no trasladarse al vicio”. 

“Si la gente no pasa y ve el local abierto no entra y otros, a pesar de que ven que está abierto, preguntan si pueden sentarse a consumir algo”, señaló.

Seguidamente, opinó que “la información nos está llegando tarde como ciudadanos”. Y en base a esa postura, criticó que “el Gobierno de la provincia informó recién el sábado sobre los nuevos horarios y la modalidad de trabajo para los gastronómicos. Si lo hubieran hecho hace una semana, uno hubiese tenido una buena cantidad de días para avisarles a sus clientes que volveríamos a abrir”.

“Y lo mismo pasa con los empleados. En mi caso, recién pude informarles los horarios de trabajo el domingo a las 22”.

“Así, hoy (por ayer) hubo clientes habituales que no vinieron a nuestro local, mientras que también hay otros que no pueden venir a raíz del coronavirus”, relató.

Buscando más motivos que influyen en la recesión que sufre el sector, Luciano destacó: “Llevamos ocho meses de pandemia y todavía hay mucho desconocimiento por parte de las autoridades. Primero el COE te dice que hay que aislarse 14 días, después informan que los días de aislamiento son 10, después te recomiendan hisoparte y nunca hay un criterio que se sostenga en el tiempo”.

“Te recomiendan que te quedes en tu casa, pero un privado no puede seguir trabajando desde su casa. El que tiene la posibilidad de tener un sueldo fijo sí puede hacerlo, pero para quienes tenemos que movernos para hacer el ‘mango’ es muy difícil dejar de trabajar”, consideró.

Por último, informó que “en relación al público que veníamos atendiendo hasta antes de las últimas restricciones que finalizaron el domingo, hoy (por ayer) recibimos a un 25% de gente”.

“Normal para la cuarentena”

Finalmente Hugo, de La Madrileña, explicó brevemente que “el movimiento de gente fue el normal para la época de cuarentena. Se trabajó aproximadamente a un 25% de los niveles normales”.

“Quizás el nivel se vaya elevando un poco a medida que se acerca el fin de semana”, anheló y para finalizar sostuvo que “estamos atravesando una difícil situación para el sector y esperamos poder seguir trabajando con la esperanza de poder superarla”.  

“A muchos no les convencía eso del café al paso, porque están acostumbrados a sentarse a charlar con sus conocidos y a leer los diarios”.