Gagliano tiene esperanzas de que el uso de plasma ayude a la cura de enfermos

“Me parece fantástico lo que están haciendo”, afirmó, contundente, Carlos Gagliano, exdirector del Hospital Pasteur, al opinar sobre el proyecto del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) para tratar a enfermos de coronavirus con plasma de pacientes recuperados.

La idea, que ya fue elevada al Ministerio de Salud de la Nación para ser autorizada, es utilizar el plasma de pacientes que hayan desarrollado anticuerpos contra el Covid-19 para generar inmunoglobulina enriquecida y con eso realizar el tratamiento de enfermos graves.

Gagliano celebró la propuesta de la UNC que se conoció días atrás, porque él mismo participó de una experiencia similar, que resultó exitosa, para el tratamiento de la fiebre hemorrágica argentina o mal de los rastrojos, mientras era director del nosocomio local.

“El método es aplicar anticuerpos que están en el plasma de las personas que sufrieron la enfermedad y se curaron, a personas que están padeciendo la enfermedad, para neutralizarla. Esto se usó por primera vez en 1918 con la mal llamada gripe española y se empezó a utilizar en la década del 70 en Argentina para combatir la fiebre hemorrágica, que es un virus que se desarrolló en cuatro provincias: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa. El principio sería el mismo que entonces, usar el plasma de convalecientes para tratar a pacientes que desarrollaban la enfermedad”, explicó el médico.

“Fue Julio Maiztegui, de Pergamino, quien tuvo la iniciativa, la perseverancia y la lucidez de utilizar la capacidad neutralizante del plasma. Este trabajo también se hizo en el Hospital Pasteur en la década del 80, mientras yo era el director, en esa etapa se fundó el banco de plasma y se formó el equipo, con Pirucha Orpianesi, quien con el chofer Julio Tacca, recorría la provincia en busca de convalecientes donantes y les daba el plasma a los enfermos, cuidando que quedara lo suficiente en el banco para cubrir la demanda que había en toda la provincia, ya que el Pasteur fue el único centro que quedó habilitado para ese fin”, recordó Gagliano, a la vez que indicó que hasta la actualidad, el Hospital tiene el único banco de plasma para el tratamiento de fiebre hemorrágica de la provincia, que lo entrega sin costo a la parte pública y privada, con el único requisito de que al paciente que se le da, después debe ser donante de plasma.

“Con los anticuerpos neutralizantes se logró bajar la mortalidad de un 30% a un 1% a 3%, es decir que antes del uso del plasma inmune se morían 30 de cada 100 enfermos y después de su utilización durante la enfermedad se morían de una a tres personas. Lo que se está buscando es el mismo principio, es decir, las personas que tuvieron coronavirus y se curaron han desarrollado anticuerpos, entonces se les extrae sangre, se les devuelven los glóbulos rojos y se saca el plasma con anticuerpos, que se transfundirá a pacientes graves o con complicaciones serias para tratar de neutralizar la enfermedad”, precisó.

“Es un método neutralizante, es curativo y no preventivo, porque no es una vacuna, y el principio que persigue el proyecto de la UNC es tener un tratamiento para disminuir la mortalidad, tal como se logró reducir la del mal de los rastrojos con la utilización del plasma con anticuerpos”, subrayó.

“No se pueden comparar una enfermedad con la otra, pero esperemos que tenga el mismo efecto la utilización del plasma. La experiencia clínica se va a hacer basada en el mismo principio porque fue útil y está probado científicamente que frente a un virus que hace anticuerpos, el plasma de un convaleciente actúa como neutralizante, baja notablemente la mortalidad y acorta el tiempo de la enfermedad. Es otro virus, es otro mecanismo de contagio, pero el principio es el mismo, usar los anticuerpos de los que se curaron para disminuir la gravedad de los enfermos más delicados”, remarcó.

Finalmente, Gagliano señaló que al plasma que se extrae se le deben hacer pruebas serológicas y, si están todos los recursos humanos y de laboratorio disponibles, debería estar listo para transfundirse en pocos días, aunque aclaró que como es algo nuevo, no pueden precisarse los tiempos, más allá de que tendrían que ser urgentes para poder actuar con premura en este momento de pandemia.