Cumbre de trabajadores del rubro

Afirman que ya son siete salones de fiestas infantiles que cerraron

Propietarios y titulares se reunieron durante la tarde de ayer con el fin de compartir sus inquietudes. En medio de un escenario complicado, desearían una ayuda por parte del Estado municipal
viernes, 14 de agosto de 2020 · 08:00

Frente a un panorama incierto, que los tiene sin realizar actividades, durante la tarde de ayer diferentes propietarios de salones de fiestas infantiles se reunieron con el fin analizar alternativas y plantear sus perspectivas a futuro. Según ellos mismos aseguraron, se presume que ya siete salones debieron cerrar sus puertas y el escenario económico es crítico.

Noelia Franceschina, titular del espacio ¡Chau Pinela!, uno de los ocho allí representados, dialogó con un periodista de El Diario una vez finalizado el encuentro y afianzó: “No tenemos respuestas, hemos presentados cartas y protocolos en el municipio como también lo hicieron los jardines, las guarderías y los gimnasios. Sabemos que se reunieron; (estos rubros) fueron atendidos incluso hasta por Zoom, pero no es el caso nuestro, estamos bastante más olvidados”, afianzó Franceschina, al mismo tiempo, explicó que el objetivo principal era “nuclear algo serio” e iniciar conversaciones con “la Asociación de Empresarios Región Centro Argentino (AERCA) y ver si podemos reunirnos con el presidente del Concejo Deliberante, Carlos De Falco”.

“Todo esto es para darle el marco legal y tener otro tipo de contacto con el tema Municipalidad y, sobre todo, acudir a una ayuda económica por parte del municipio. Digo ayuda y no préstamo porque es obvio que después de 5 meses de que no tenemos ningún tipo de ingreso”, sostuvo.

Respecto a la situación, por demás crítica, la entrevistada agregó que “son siete los compañeros que tuvieron que cerrar sus puertas por distintos motivos tales como cargas impositivas, alquiler y el tema los empleados desocupados además de otra serie de asuntos, que tratamos y que nos afectan a todos”.

 “La mayoría de nosotros tenia eventos programados hasta junio y los clientes quedan disconformes. Recibimos quejas y no tenemos formas de responderles. Al no tener ingresos uno no puede devolver señas”, explicó.


Con protocolo presente

Si bien el grupo que se reunió fue de ocho personas, la trabajadora afirmó que se contabilizaron alrededor de 17 en la ciudad.

En tanto, en alusión a la presentación de una reglamentación con normas de bioseguridad que les permita volver a levantar sus persianas, recordó: “Hicimos un protocolo en base a lo que presentaron las escuelas de danzas. Una de las integrantes consiguió ese protocolo, que en muchos casos trabajan con niños y es algo similar; así que se adaptó ese protocolo, se presentó junto con una carta el 13 de julio en el municipio, en el sector de habilitaciones”.

 

Una cadena

Pero no solamente la realidad afectó directamente a las titulares, sino que también se vieron afectados “quienes proveen las materias primas, la gente de higiene y seguridad que ya han dado de bajas sus seguros y la emergencia médica”.

“Hay gente que se desconectó de la luz y el gas para tener el consumo mínimo”, apuntó.

A nivel propiedad, la titular aseguró: “Los que estamos reunidos, todos pagamos alquiler; en mi caso no tuve problemas porque hablé con el dueño del salón. En una gran mayoría les bajaron los precios, los redujeron y les piden ahora, en el caso de la gente que le venció el contrato, a la inmobiliaria llegar a un acuerdo o firmar un contrato”.

Un dato no menor para destacar es que en la mayoría de los casos son mujeres quienes coordinan y organizan tales tareas, y el hecho de que éste sea el único ingreso vuelve aún más dramática la situación para ellas.

Por último, al momento de ser consultada respecto a la viabilidad, e imaginando la posibilidad, de abrir con un 50% de ocupación, reflexionó: “Con un 50% tendríamos que cobrar el evento un número que no sé si la gente estaría dispuesta a pagarlo. No podés estar “parado”, pero tampoco trabajar gratis. Desde el momento que abrís, generas gastos”

“Hay un muchacho que está habilitado como Resto-Bar y le permiten tener mesas para 16 personas y no le sirve. Yo que tengo la capacidad para ochenta… cuarenta personas es poca gente y trabajar con pocos adultos no me sirve porque la ganancia verdadera es cuando tenés la posibilidad de cobrar los excedentes”, finalizó.

Así, sin pensar en endeudarse más solicitando algún préstamo ofrecido por el Gobierno nacional, los colegas quedan a la espera de una ayuda que, a futuro, les permita volver a cargar las energías necesarias a la espera de tener nuevamente sus salones repleto de risas y canciones para los más pequeños de la familia.

Más de
0%
Satisfacción
0%
Esperanza
33%
Bronca
0%
Tristeza
66%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

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