“Cuando hay una crisis, las más afectadas son las mujeres”

Marina Cardelli es desde febrero primera presidenta en la historia de la comisión encargada de ejecutar la asistencia humanitaria (dependiente de la Cancillería), definió el contexto actual y aseguró también que el género femenino también fue el primero en organizarse
viernes, 25 de septiembre de 2020 · 09:00

Escribe Daniel Rodríguez

DE NUESTRA REDACCION

A principios de este año, Marina Cardelli (34), fue designada para ser presidenta de la Comisión de Cascos Blancos, un organismo humanitario internacional dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto que conduce el canciller Felipe Solá. Tal nombramiento no fue menor, ya que ella es la primera mujer al frente de un espacio que desde su creación (en 1994) fue dirigido por hombres.

Durante la jornada de ayer, y en el marco del cuarto encuentro del seminario “Debates en política exterior y cooperación internacional pospandemia”, desarrollado por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), la titular dialogó con la prensa y destacó el desempeño del grupo formado por un cuerpo de voluntarios que históricamente asistió ante emergencias humanitarias (en más de 300 misiones a 81 países de los cinco continentes) a sectores golpeados por diversas crisis. 

Es importante destacar que tal organización gubernamental, enteramente civil, “coordina la respuesta inmediata ante desastres socionaturales, actúa en tareas de rehabilitación, reconstrucción y desarrollo, y promueve la prevención y la gestión del riesgo, dentro y fuera de nuestro territorio.  Asimismo, también está apoyado por expertos de diversas disciplinas y especialidades atravesados por un modelo de trabajo basado en la cooperación, la solidaridad y la participación comunitaria”, según ellos mismos se definen.

De igual modo, en el marco del COVID-19, las tareas deben centrarse específicamente en nuestro país tras el cierre de fronteras. En ese sentido tuvieron un rol activo en el Operativo Detectar desarrollado en los barrios más vulnerables del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

 

“Somos muchísimas”

“Cuando encarábamos esta gestión (en febrero de este año), lo último que hubiéramos imaginado todos y todas era una pandemia. Pero, tal pandemia para Cascos Blancos fue una oportunidad para mostrar el valor que tiene (el organismo) y además que la Argentina tiene solidaridad internacional. Se tuvo que volcar toda su acción humanitaria para dar respuesta a la situación”, explicó Cardelli.

Respecto a su llegada a un espacio de toma de decisiones, la funcionaria, que también es docente, investigadora de la UBA y activa feminista, rescató: “Este no es un ingreso solitario… Somos muchísimas las mujeres que estamos en el Gobierno nacional tomando tareas históricamente ocupadas por varones. Este es uno de los gobiernos con mayor presencia de mujeres en espacios de decisión política y planificación de política pública y entonces no es una tarea solitaria”.

“Pero no alcanza con el hecho de que yo sea mujer. Lo importante es que despleguemos una perspectiva de género para que la asistencia humanitaria considere con fuerza la perspectiva de género en la conformación de los equipos, en las características de la asistencia, y en la característica de la capacitación de los voluntarios. El eje está puesto ahí y no solamente yo, sino la Cancillería también. Es un eje genuino del canciller (Felipe Solá), del equipo de conducción, de la política exterior en general y un interés de toda la conducción. Se trata de una marca de época, es el resultado de la lucha de las mujeres. Por eso estamos haciendo los esfuerzos para que no sea solo testimonial. Ojalá cuando terminemos podamos hacer un balance de que hubo un proceso de feminización y de incorporación de la perspectiva de género en todas las dimensiones o en respuesta a la pandemia, por lo menos”, aseguró.

 

“Desigualdad estructural”

En el mismo tono, y lejos de imaginar que las catástrofes afectan a hombres y mujeres por igual, al ser consultada por un periodista de El Diario, la presidenta de Cascos Blancos afianzó: “En la asistencia humanitaria hay una realidad: Cuando una crisis llega, por diversas razones, las más afectadas son siempre las mujeres y las niñas”.

“Esto sucede por la situación de desigualdad estructural que caracteriza nuestras sociedades. Les afecta mucho más si son pobres, mucho más si son migrantes o mucho más si es, por ejemplo, en sectores campesinos”.

“Cuando hay una crisis económica, los últimos son los más afectados, y las últimas mucho más. Es importante tener eso en cuenta a la hora de pensar, más que los perfiles de asistencia, de las profesiones y las características de los insumos”.

“Por otra parte, también hay un rol de las mujeres muy importante que tiene que ver con la organización de las comunidades. Las mujeres fueron las que encararon con mayor fuerza la respuesta a la situación alimentaria en la Argentina. Por ejemplo, ahora, en la pandemia, en los grupos que se han organizado para la prevención, en la mayoría hay liderazgos de mujeres. Esto es algo que en los desastres pasa muchísimo. Entonces, hay que considerar el impacto desigual de las crisis humanitaria sobre mujeres y niñas como un factor a analizar y al que hay que dar repuestas”.

“Hay que garantizar que las estrategias de asistencia tengan eso en cuenta y que haya mujeres tanto en los equipos, como en los voluntarios, como entre los y las tomadores de decisión de esa política, son muchas dimensiones, pero es importante considerar ese impacto desigual”, finalizó.   

Es importante destacar que durante los próximos días continuarán las exposiciones en el marco del mismo seminario organizado por la UNVM y el mismo espacio virtual a otros invitados de gran calibre como, por ejemplo, el senador nacional y excanciller, Jorge Taiana.

Más información en www.unvm.edu.ar

 

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