El barrio del Cristo

Juan Bautista Manzotti, vecino de la localidad de Idiazábal, adquirió, en junio de 1935, de la señora Elisa Cardama de Pereira, una superficie estimada en 7 hectáreas que tenía forma irregular y que limitaba por entonces con la misma ribera del río, el bulevar Sarmiento y el terraplén de las vías del ferrocarril Pacífico, en su ramal a Rufino.

Este loteo estuvo bastante tiempo sin urbanizar, razón por la cual se fueron acumulando deudas con la Municipalidad por la falta de pago de impuestos.

A comienzos de los años 40, Manzotti cedió en préstamo varios metros de la calle que va desde el bulevar Sarmiento hasta el mismo terraplén de las vías (hacia el entonces puente del FF.CC. Pacífico) para proceder la apertura y prolongación de la costanera.

En septiembre de 1942 y con motivo del 75º aniversario de la fundación de la ciudad, se inauguró el Cristo Redentor bajo la Intendencia de Salomón Deiver.­­­

En la actual intersección de Sarmiento y Mitre, Juan Manzotti poseía el ingreso a una gran extensión de zona de quintas que ocupaba el lugar y recién a comienzos de los años 50 se inició el proceso de urbanización.

Entre 1951 y 1954 comenzó a desarrollarse una incipiente población favorecida por los planes de financiación para la construcción de viviendas del Banco Hipotecario Nacional y de los Planes Evita, lo cual le dio al barrio un claro perfil social.

La primera comisión vecinal fue elegida el 22 de febrero de 1953 y su primer junta directiva fue presidida por el vecino Juan R. Demaría, quien cumple un rol protagónico importante, ya que le tocó presidir esta y las sucesivas comisiones bajo las cuales se construyó el mismo barrio.

Los propios vecinos del lugar, en nota enviada al Concejo Deliberante el 10 de septiembre de 1954, hacen llegar a manera de pedido para que el barrio conocido popularmente como Manzotti lleve el nombre de Sarmiento, en ocasión de las vísperas del Día del Maestro.

En el año 1955 contaba con 100 socios y editaba La Voz del Barrio Sarmiento, uno de los primeros boletines vecinales impresos mensualmente por las entidades barriales y de distribución gratuita.

El 12 de mayo de 1966 el barrio se hizo famoso por un hecho lamentable que conmocionó no solo a los vecinos del sector, sino a toda la provincia: una casa que estaba ubicada en Mitre al 756 explotó como consecuencia de algún error o negligencia en la manipulación de pólvora que se procesaba de manera clandestina y que provocó seis víctimas fatales.

El diario capitalino cordobés Los Principios relataba que en la casa estaba establecida una fábrica de cartuchos para escopetas de caza, poseía varias habitaciones y la mayoría pertenecía al taller clandestino de cartuchos.

La casa que explotó

Así es como popularmente llaman todavía hoy los vecinos más memoriosos al inmueble que estaba situado en Mitre al 700, casi bulevar Sarmiento, y que producto de algún accidente o negligencia, voló literalmente aquel lunes 16 de mayo a las 4 de la tarde.

La ­­­­­máquina de coser del taller de costura, que funcionaba también en la vivienda, fue encontrada exactamente en la vereda de enfrente del lugar tras la deflagración.

Las víctimas fatales de ese lamentable hecho fueron: Ernesto Casabona (encargado del taller), Ester Mazó de Casabona, Eloísa Lazarte, Ester Galera, Graciela Pochetino y Clyde Abono de Acevedo. La última era una clienta que circunstancialmente estaba en el lugar y que era atendida por la señora de Casabona.

Fuente: “Villa María y los barrios”, Bernardino Calvo - “Transitando los caminos de la Historia”, El Diario del Centro del País, Jesús Chirino