Gill y balances: “No corresponde”

“Es un modo que se implementó inexplicablemente”, consideró el intendente Martín Gill sobre una nueva falta de tratamiento del Concejo Deliberante a los balances económicos anuales del municipio. Destacó que “no es lo que corresponde técnicamente”.

Como se conoce, por séptima vez, ediles no trataron formalmente en el recinto el Balance de la gestión económica de la Municipalidad y quedó aprobado fictamente, solo por el paso del tiempo.

“El Balance se envía en tiempo y forma, con el dictamen de los tribunos de Cuentas, que más allá de que siempre las minorías pueden hacer algún tipo de observación, siempre tiene aprobación formal por mayoría y ha habido incluso etapas de aprobación unánime, y que no fueron ratificados”, dijo Gill al ser consultado por El Diario.

“Hasta va con auditoría externa, que no es exigida. La venimos haciendo todos los años y complementa la información que se envía”, subrayó.

Evaluó que “las reglas del juego democrático son esas”.

Ante preguntas, dijo que “a nuestros efectos, los balances han sido aprobados como lo establece la Carta Orgánica”.

Señaló que le gustaría que fueron aprobados expresamente. “Nosotros cumplimos todos los términos”, afirmó.

Cuando se le planteó si no lo toma como una falta de aval a la gestión económica, lo descartó. “No, en absoluto. El municipio no se detiene, avanza. El Balance se puede aprobar con observaciones, pero es una modalidad que se ha ido implementando. No es lo que correspondería técnicamente”.

El jefe del Ejecutivo aclaró que “es un instrumento que necesita la gestión municipal” pero apuntó que “afortunadamente todas las instituciones, bancarias y demás, aceptan la aprobación del Balance en las condiciones que se realiza”. Esto “no generó ningún tipo de inconveniente al funcionamiento financiero normal del municipio”, ratificó a este diario.

Una “falta grave” que no tiene sanción

El artículo 69 de la Carta Orgánica establece que el Concejo Deliberante deberá expedirse sobre el Balance y la Memoria Anual, en el término de 30 días de recibido, y se considera que los aprueba si no los observa o rechaza dentro de ese plazo.

El mismo artículo indica que “la reiteración de aprobaciones fictas se considerará falta grave”.

Concejales llevan siete años incurriendo en la modalidad de no tratar en el recinto, formalmente y como corresponde, los balances anuales. Los dejan aprobar por el paso del tiempo.

Todos admiten que se está incurriendo en una falta grave, pero la cuestión es que no hay sanciones para esto.

El concejal Luis Caronni volvió a presentar este año el proyecto de ordenanza para penalizar las faltas graves, con la intención de que finalmente se legisle sobre este tema.

“Ojalá que el año que viene, antes de que terminen los dos mandatos de Gill, los villamarienses sepan cómo se gasta su dinero”, dijo el edil radical días atrás.

Caronni sostuvo que “no se trata en el recinto por evidente inacción del bloque de la mayoría”.

“En el primer año de este Concejo ni siquiera se citó a la comisión para tratar el tema; el año pasado se terminó con dos dictámenes. El del oficialismo expresaba que necesitaba más tiempo”, recordó. La oposición lo había rechazado, con base en el dictamen de su tribuno.