La elección de León XIV - La visión desde el Obispado de Villa María

“En Perú le decían el Santo del Norte”

El vicario de la Diócesis de Villa María contó a elDiario cómo se tomó en la ciudad la decisión adoptada en el cónclave de cardenales
sábado, 10 de mayo de 2025 · 08:39

“Lo primero que uno puede decir, sin un conocimiento acabado como el de los cardenales que estaban en el conclave, es que nos ha sorprendido el origen del nuevo Papa... Una mezcla de  norteamericano, de latinoamericano, de raíces familiares haitianas; su mismo apellido  así lo sugiere. Casi un apellido francés, en un yanqui, nacido en la marginalidad de Chicago, viviendo en el norte tan carenciado peruano, donde tengo gente conocida  que me ha comentado que en Perú le decían el Santo del Norte, porque siempre tiene tiempo para todos y cada uno”. Las palabras pertenecen al padre Alberto Bustamante, quien fue consultado por elDiario acerca de cómo se había recibido aquí la elección del nuevo Pontífice.

El vicario de la Diócesis de Villa María dijo enseguida que “sus primeras palabras van en la línea de una Iglesia que no da marcha atrás, sino que sigue caminando hacia adelante, asumiendo planteos postconciliares que Francisco profundizó muchísimo”.

“Sus palabras, digamos, fueron pocas, pero aluden a una Iglesia que construye puentes, que dialoga con todos, que quiere tener como las columnatas de Gian Lorenzo Bernini, ¿no?, que simbolizan esos brazos abiertos a todos”, señaló Bustamante, en alusión a las que pueden considerarse como las puertas de ingreso a la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

 El número dos del Obispado villamariense apuntó que el sucesor de Francisco también habló de “una Iglesia misionera”, algo tan importante “como la elección de su nombre, que es el de un Papa más que significativo en la historia de la Iglesia, en cuanto a su aporte a lo social”.

 

“Que no haya rupturas...”

“También agradecemos a Dios que no haya rupturas, sino continuidad; seguramente, con sus matices, con sus más, con sus menos”, expresó el sacerdote.

Y agregó: “La Iglesia, en el siglo XX y en lo que va de este siglo, siempre ha tenido una continuidad, digamos, contextualizada... Cuando uno piensa que Juan XXIII y Pablo VI fueron los Papas de la Guerra Fría, cuando uno piensa que Juan Pablo II fue el de un mundo unipolar con la caída del Muro de Berlín, cuando uno piensa que Benedicto y Francisco han sido los Papas de un mundo multipolar, con otros actores, con China, con Rusia, con la Unión Europea, con los Estados Unidos -como decía el papa Francisco-, en esta ‘Tercera Guerra Mundial en Cuotas’, ve que la Iglesia va teniendo una palabra que tiene que ver con la época que toca transitar. Y en ese significado de contextualizar y de vivir el Evangelio en distintos momentos de la historia de la Humanidad, acompañando a los hombres, cada uno ha ido teniendo su propia característica”.

 

Alegría

Luego reveló: “En el momento del anunciamiento nos unimos en la alegría y la oración por León XIV. Sí, lo primero es que para nosotros es una gran alegría. Porque si hay algo que en la fe cristiana siempre confesamos es que Dios nunca abandona a su pueblo. Y siempre camina con nosotros en todas las vicisitudes del camino de la vida; de la vida de las personas, de la vida de la comunidad, de la sociedad. Y la elección de un nuevo Papa siempre es un signo en la persona, en la figura de este hombre que los señores cardenales eligen”.

 

“Son mis ovejas, no las tuyas”

“Así que en ese sentido celebramos esto, su elección, con un profundo gozo. Y, por supuesto, adherimos con mucho afecto y filialmente a su persona, que no es otra cosa para nosotros que hacer visible ese pastoreo que Dios quiere que se tenga en su nombre para todas las personas... Es muy interesante el mandato que Dios le da a Pedro, el primer Papa, de quien es sucesor León XIV y fue sucesor Francisco, y fue sucesor Juan Pablo II, Benedicto y los 265 Papas que ha tenido la historia de la Iglesia. Le dice, ‘cuida a mi rebaño’, donde hay dos dimensiones: el cuidado de su pueblo y el no ser propietario de su pueblo. ‘Cuida a mi rebaño’, es decir, son mis ovejas, no son las tuyas. Por lo tanto, un espíritu de servicio a los hombres  y mujeres de toda época”.

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