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Bajo el título “La pobreza en aumento: un país que no despega”, un lector aporta su visión sobre la situación económica y más allá en ArgentinaLos diferentes programas “serios y comprometidos” de radios y TV nos hacen ver los indicadores “nefastos y desgarradores” de cómo se incrementa la “pobreza en Argentina”, la inflación que carcome las pocas bases de fuentes de trabajo que existen y por detrás, la pérdida de estos y/o el poder adquisitivo de los salarios; ni qué pensar en la mayoría de aquellos ciudadanos con trabajos informales.
Por detrás o por delante tenemos solo palabras y ninguna solución...
El hambre y la desnutrición: Son dos dolorosas situaciones que podemos ver en diferentes lugares y comunidades, pero que “no tienen el mismo efecto ...”, y me refiero para el “niño y su niñez” (desde que está en gestación hasta llegar a su adolescencia).
El doctor Abel Albino, en sus conferencias, destaca siempre que “el hambre es un síntoma que se soluciona en 10 minutos. La desnutrición es una patología social profunda que para lograr quebrarla puede llevar una generación”.
Claro que sí, totalmente de acuerdo...
El hambre, con las actuales “cajas harineras y de polenta” que se entregan... Podemos paliar ese sentir de la pancita vacía, pero sin “nutrición”.
Me pregunto y les pregunto a los que dan lectura a este artículo de opinión: “Los candidatos que están en plena campaña política y electoral, tanto a nivel municipal, provincial o nacional, ¿no piensan en cambiar el contenido de esas cajas ?? de productos que solo son paliativos para sacarle el hambre, a cambio de sustituirlos por alimentos nutritivos que tenga paliativos para mejorar el estado de nutrición que hoy padecen una innumerable cantidad de niños y otros no tan niños?
No puedo tolerar ni hacerme el distraído como ciudadano de una Argentina que se hunde a pedazos en la pobreza, pero que en el fondo es un país brillante como productor de diversos alimentos, apetecibles por el resto del mundo; algunos de ellos quieren el abastecimiento de estos aplicando el apriete ‘por nuestro endeudamiento como país en el que estamos...’ a fin de quedarse con la parte principal de la torta”.
Es por todo esto que me anima proponerles a los que van a “tener el poder de gobernar” que hagan “el cambio de contenido y la forma de su entrega” de ese paliativo de asistencia alimentaria , ¿se podrá?, claro que se puede.
Primer paso: cambio de los artículos que se otorgan. En vez de dar “harinas, fideos y polentas” (que solo sacan el hambre), remplazarlos por verdaderos alimentos nutritivos y ricos en proteínas y otros beneficios como: “Leche, huevos, carne, verduras, frutas” (que alimentan, nutren, desarrollan), hacen crecer mentalmente al niño en su etapa de niñez y fortalecen para no llegar a ser un desnutrido...; sociedad que la pagará muy caro con el devenir de los años, ya que tendremos una ciudadanía “no pensante”, debilitada enormemente en su mente y otros males también mayores en su estado corporal;
Segundo paso: su entrega. Terminemos con las “entregas de esas cajas dañinas y mal intencionadas de subsistencia, donde la política es cómplice...”. Y apliquemos un sistema de asistencia “digna”. Sabemos que esos alimentos que propongo son “perecederos y de rápido vencimiento de consumición”.
Para eso, debemos crear un sistema de “bono o baucher” (como lo quisiéramos llamar) debidamente instrumentado y confeccionado.
Con este, el papá o mamá se dirigiría personalmente al lugar de entrega (almacenes, supermercados o híper de mayores superficies).
De esta manera, aseguramos una entrega de alimentación que en el país producimos, con mejores resultados en todos sus aspectos y sin intermediación viciosa y oportunista del sistema actual político.
Tercer paso: los proveedores de los alimentos. Disponer de inmediato de una legislación que nos asegure “calidad, cantidad, precios, entregas y la forma de pago...”. Quien no cumpla con esos requisitos bajo declaración jurada “no podrá estar en el sistema de asistencia alimentaria”; es más, quien haya ingresado y se lo descubra en un acto de “corrupción” (cualquiera sea su índole) será multado y procesado a su/s titular/es responsable/s con fuerte condena judicial y de difusión pública.
Cuarto paso: su financiación. Los principales candidatos se presentaron a la sociedad con un compromiso de “eliminar todo gasto político improductivo y aprovechador” (me parece excelente)...; “bajar de inmediato el presupuesto político mensual” (es una necesidad ejemplificadora y de equilibrio con el resto de los sectores de la sociedad...), y todo lo recaudado en estas quitas solo en estos dos ítems, incorporarlos al presupuesto que ya está establecido para este fin...
Yo les aseguro que alcanza.
Quinto punto: hacer participar a las áreas de salud pública, donde todo niño que está inscripto en el programa deba pasar por un “control y diagnóstico sobre su estado de salud actual y hacer su seguimiento correspondiente”.
Además, sumar al “área de educación obligatoria” con presencia y certificación.
Considero que un plan así, “supervisado y aplicado con rigurosidad en todas sus etapas de ejecución” nos ayudará a ser una República federal con dignos gobernantes, con políticas públicas y sociales destacables que ayuden en la vida a quienes están “desnutridos y/o en camino a serlo...”.
Para llevar a cabo este plan, solo se necesita decisión y acción política honorable de gestión.
Roberto Cativelli