Lilián Rodríguez - La presidenta del Círculo Médico de Villa María habló sobre la acreditación para ejercer la medicina en el exterior

“La mayoría de los médicos que emigran lo hacen por necesidad”

Más allá de que la Coneau recibió la certificación por parte de la Federación Mundial de Educación Médica, la neuróloga explicó que eso no significa que un médico puede ir a cualquier país y trabajar sin más, al menos, no sin antes validar las regulaciones, como las del idioma, que cada país tiene

Se conoció esta semana que, por primera vez, los médicos argentinos tienen garantizada la validez de su título para ejercer en el exterior de manera directa, es decir, sin necesidad de revalidarlo. Así lo anunció el Ministerio de Capital Humano, a través de la Secretaría de Educación, que explicó: “Lo que se reconoce es que nuestros procesos de acreditación son válidos y, por eso, no van a pedir recertificar los títulos, ya que se certifica que Argentina cumple los estándares internacionales”.

Este objetivo se consiguió luego de que la Federación Mundial de Educación Médica (WFME, por sus siglas en inglés) confirmó que la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) obtuvo la certificación de los criterios de alcance mundial a través de un comunicado recibido por las autoridades educativas.

Los únicos países de la región que tenían este estatus de reconocimiento eran Colombia y Chile, y el mismo será válido hasta finales de enero de 2035. Sin embargo, horas después, se aclaró que solo a aquellos médicos egresados de las universidades de la Coneau se los certifica, por lo cual no todas las facultades de medicina están certificadas, y que cada profesional de la salud deberá cerciorarse previamente sobre si su título cumple con ese requisito, aunque especialistas dijeron que el trámite no sería engorroso.

Pero para entender más lo que esto significa, y sobre las dudas surgidas, la presidenta del Círculo Médico de Villa María, y también neuróloga, Lilián Rodríguez, en entrevista realizada el viernes por la mañana en laRadio del Centro del País, dio más detalles sobre esta medida que ofrecerá a las médicas y los médicos un horizonte laboral mucho más amplio y mayores posibilidades de desarrollo.

 

-Lilián, ¿qué significa esta noticia? ¿Cuál es su verdadera relevancia para los médicos de nuestro país y, obviamente, también de Villa María?

-Primero hay que decir que este tema tiene una gran relevancia, porque la medida alcanza a todas las universidades que la Coneau ha acreditado y a todos los profesionales que han egresado de estas instituciones, dándole a sus títulos reconocimiento en el exterior. En la práctica, ¿qué significa esto? Por ejemplo, yo, médica, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, que es una de las universidades acreditadas por la Coneau (que sería como tener un sello de calidad académica, ya que hace que mi título sea validado en el exterior) ya no debo hacer la famosa reválida, algo que todos hemos escuchado que los médicos que se trasladaban al exterior tenían que hacer, rindiendo ciertas materias, lo que significaba mucha pérdida de tiempo. Así que ahora, ese paso, tras la decisión de la Federación Mundial de Educación Médica, ya no se tiene que hacer.

 

-Por lo que ahora, todos esos médicos podrán ejercer directamente en el exterior, simple y llanamente.

-No es tan así. Resulta importante aclarar que el hecho de que se me reconozca el título  no hace que pueda ir a otro país extranjero y ejercer libremente, no es así. ¿Y por qué no? Porque cada país o inclusive región o ciudad, tiene regulaciones propias, y uno debe cumplirlas, como lo es una importantísima: la del idioma. Por ejemplo, en pandemia había una deficiencia de médicos muy importante en Europa. En este sentido, Alemania fue noticia porque emitió un comunicado donde se permitía el ingreso de médicos argentinos con la sola condición de que tuviesen un alemán fluido, lo cual es más que lógico y natural, algo que pocos iban a poder acreditar, ya que nuestra profesión es en función de pregunto, me responden y repregunto. Así que ese ítem, el de hacer un examen del idioma del país donde yo me quiero instalar, no se ha sacado, claramente.

 

-¿Existen otros requerimientos más, de acuerdo a las regulaciones de cada Estado?

-Obvio. Cada médico debe cumplir con todos los requerimientos que cada Estado solicita. Y lo llevo a un ejemplo práctico: como médica egresada de la Universidad de Córdoba puedo ejercer en Villa María y en Río Cuarto, por ejemplo, pero si yo me traslado a La Plata, Tucumán o Salta debo velar por que en estas localidades yo no esté infringiendo ninguna norma o algún ítem que me inhabilite como médica, de la misma manera que deben hacerlo los médicos de esos lugares que vengan a trabajar a Córdoba.

 

-¿Y cuáles serían los pasos para poder habilitarse en las diferentes localidades nacionales?

-El primero sería que se inscriban en el Colegio de Médicos de la respectiva provincia, la entidad deontológica que no otorga la matrícula. Porque para eso está la matrícula, la famosa M.P., que se da toda vez de que sea revisada toda la documentación de que efectivamente soy médica, egresada y tengo toda la papelería en orden, o que no se ha dado de baja mi matrícula en otra provincia ni está suspendida. En el caso del Colegio de Médicos de la Provincia de Córdoba, es el ente que revisa y dice “sí, la doctora Rodríguez que viene de La Plata puede ejercer la medicina en cualquier lugar provincial”.

 

-Bueno, vayámonos más lejos, no sé, por ejemplo, te gusta Pamplona, porque está cerca de San Sebastián y tiene el mar. Llego y me presento, y me dicen que sí, que acá en Navarra necesitan médicos, en un pueblo de Los Pirineos, de 1500 habitantes. O sea, ahí no es soplar y hacer botella, es un poco más complejo.

-Sí. Lo que se ha logrado, a través de un esfuerzo que ha llevado prácticamente una década, respecto al trabajo llevado a cabo por la Coneau, primero, es la acreditación de las universidades de medicina a nivel República Argentina, y después elevando toda esa documentación, lo que habla de la calidad formativa de nuestras altas casas de estudio para que sean reconocidas, pero estamos sujetos a las regulaciones de cada comunidad. Y si en Pamplona están desesperados porque vayan médicos, pero ellos tienen una suerte de registro de médicos y este requiere que yo tenga el idioma, como el Euskera -idioma vasco- y me tenga que inscribir en un colegio y también pagar un canon lo debo hacer; es decir, no tengo así nomás las puertas abiertas solo porque mi título se acredita en el exterior.

 

-Y lo mismo sucedería si un médico extranjero viene a la Argentina.

-Claro. Yo, por ejemplo, tengo pacientes míos que me dicen “no, a mí me atendió un doctor que no es de este país”. Y a veces uno se queda pensando si ese médico estaría habilitado para trabajar en la Argentina. Porque yo sé que salió de una universidad de medicina, pero ¿estará habilitado por el Colegio de Médicos de la Provincia de Córdoba? Ese es un detalle muy importante.

 

-¿Y por qué tantos profesionales de la medicina se nos quieren ir, con lo que nos cuesta formarlos y ni se diga al Estado si salen de las universidades públicas?

-Ese es un debate y una charla que nos debemos dar. La respuesta corta sería que la salud en nuestro país, y que incluso lo dije en otra entrevista que me hicieron en elDiario hace un año, la salud está en terapia intensiva ya hace un tiempo largo, y se le está acabando el oxígeno, como para que se entienda. Nosotros estamos atravesando una situación sumamente crítica hace mucho tiempo, y sobre todo desde el punto de vista económico, de la remuneración. Nosotros escuchamos que se permiten aumentos a las prepagas y el año pasado, en este sentido, fue caótico. De un mes para otro se desreguló el cobro a prepagas, con aumentos absolutamente desmedidos, que no se trasladaron al arancel de los médicos. Luego, cuando el Estado se dio cuenta de que había abusado en algunos aspectos, se obligó a que se reintegraran esos aumentos, y se pretendió bajarnos a nosotros esos aumentos, y eso nos ha llevado a una batalla que todavía la tenemos. Lo cual hace que el colega joven, que lleva poco tiempo o recién egresado, busque otros horizontes. Gran parte de los médicos que emigran lo hacen, sobre todo, por necesidad

 

-Lo cual resulta muy triste…

-Sí, porque nosotros tenemos una calidad formativa de excelencia, y los médicos argentinos son requeridos y recibidos con los brazos abiertos en cualquier lugar del mundo, porque se reconoce su capacidad de trabajo, acostumbrado a tener politrabajos -por los bajos salarios- trabajando simultáneamente en un hospital, en una clínica particular, en el consultorio, en otro sanatorio, y eso en otros países difícilmente sucede.

-Además, supongo, los médicos tratan problemas difíciles, y eso psicológicamente afecta, como cuando a nosotros como periodistas debemos tratar con temas difíciles, e imagino que cuando está en tus manos la salud de una persona, o de varias personas, te llevás ese trabajo a tu casa, y teniendo tantos, imagino que es peor.

-Obviamente. Yo siempre digo, en el caso concreto mío, como neuróloga, el requerimiento en cuanto a las obras sociales respecto a lo administrativo hacia el médico es cada vez mayor, debiendo hacer miles de historias clínicas, resúmenes y justificativos, a veces necesarios, como cuando manejamos medicamentos de alto costo, o también hacer un estudio de alta complejidad. Entonces a los pacientes les decimos que estos deberes nos los llevamos a casa, como un niño del secundario. Todo ese trabajo de llenar planillas y formularios no los podemos hacer en la consulta. Entonces, u opto por atender, escuchar y revisar al paciente, o hago el trabajo administrativo. Lo que hace que tengamos más trabajo. Eso es por el andamiaje de cómo está estructurada la medina acá, y difícilmente sea así en otros países. Por lo cual, es otro atractivo más por el que emigran tantos colegas, lamentablemente.

 

-¿Y esa cantidad de médicos que emigran es directamente proporcional a la cantidad de médicos que llegan a nuestro país?

-Depende. Se dice que en poco tiempo quizá la Argentina se queden sin médicos egresados de nuestras universidades, por ende, altamente formados y calificados. Sí, estamos recibiendo colegas de muchos países, egresado de universidades que también son muy reconocidas, que además tienen reciprocidad con la Coneau. Ahora, cuando alguien de afuera viene a hacer una residencia y una especialidad, acá se les paga por hacerla. Pero cuando yo me voy al exterior es el médico argentino el que debe pagar por hacer esa formación, llamada “Fellow”, por ejemplo, en Estados Unidos.

-Desde hace unos años Villa María se transformó en un polo sanitario importante, siendo un referente de la medicina en toda la región, donde gente de pueblos, como La Carlota, en lugar de ir a Córdoba, prefieren venir acá. Y te pregunto: ¿esta mala retribución a los médicos está yendo en contra de ese polo sanitario? ¿Vos notás una deficiencia en la calidad de la atención que se da?

-No, afortunadamente Villa María sigue siendo un lugar de referencia para la zona. Tenemos un área de referencia de entre 300 y 350 mil habitantes entre Villa María, Villa Nueva y las demás localidades de la región. La infraestructura de estudios de tercer nivel, de la aparatología, por suerte, no ha dejado de estar, e incluso se sigue invirtiendo. Y los médicos seguimos trabajando y dando la batalla de la retribución. No bajamos los brazos sobre pedir tal o cual estudio. La gente debe estar tranquila de que Villa María tiene aparatología y profesionales muy prestigiosos. Y quienes estamos en el sector privado recibimos pacientes de distintas localidades, e incluso el Hospital Pasteur tiene todo el equipo necesario para cubrir todos los aspectos importantes de la medicina. Seguramente faltarán algunas cosas, pero para las necesidades de los habitantes que atiende tiene todo lo necesario, y me atrevería a decir que tiene de más. Y no lo digo yo, porque la Organización Mundial de la Salud dice cada cuántos habitantes es necesario, por ejemplo, un resonador, y de más está decir que en esta ciudad tenemos varios. Esto habla de que no ha caído la aparatología ni la prestación médica, y todo, en medio de esta situación no del todo agradable para la práctica médica.

-Por último, y en nombre de toda la comunidad, queremos agradecerte, y a toda la comunidad médica, por la gran labor heroica que llevaron a cabo las médicas y los médicos durante la pandemia.

-Gracias. La pandemia fue sumamente caótica, inicialmente. Pero en medio de todo ese caos que hubo, debemos reconocer que los únicos que no estuvimos caóticos, porque seguramente muy poca gente sabe, fuimos los médicos, hubo muchos colegas que trabajaron a destajo y trabajaron de manera voluntaria y sin ser parte del staff médico del Pasteur. Porque hay otra cosa, tenemos mucha aparatología, pero ¿tenemos gente que la maneja? Creo que ahí estamos en deuda. Siempre nos está faltando personal. Y de eso nos dimos cuenta los médicos del sector privado en pandemia, trabajando como voluntarios. Obviamente, el Pasteur fue el lugar de recepción inicial, pero también las demás clínicas trabajaron a la par, por supuesto. Fue más de un año muy duro, donde también perdimos colegas. Pero ahí se vio la valía del médico argentino, en general.

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