¡quiero emprender!

Las generaciones Y y Z: los grandes emprendedores

Los jóvenes son los protagonistas del mundo laboral actual. Qué piensan y qué los motiva

Cada generación se reinventa y mejora moviendo la aguja hacia delante. Pero los saltos generacionales de los últimos tiempos son un fenómeno verdaderamente interesante. Estamos hablando de los millennials (Generación Y) y los centennials (Generación Z). Sociólogos y antropólogos son quienes suelen fijar los límites etarios de cada grupo con el fin de analizar sus comportamientos, características, motivaciones, debilidades, etc., los que suelen vincular, en mayor o menor medida, con el entorno que les toca vivir.

 

¿Quiénes son los millennials?

Son los nacidos en la década de los 80 y los 90, los que han creado una start up, los que han fracasado pero lo volverán a intentar. Esta generación es la mejor preparada, tienen estudios universitarios, pueden tener un MBA, pero a nivel laboral no encuentran salida y emprenden. A su favor tienen el dominio de la tecnología, que les permite crear negocios con vocación global y un proceso de internacionalización más sencillo de lo que era hace 20 años. No les importa ascender con rapidez, se sienten preparados, y apuestan también por el intraemprendimiento en el caso de estar en una empresa (el emprendimiento que se realiza dentro de la empresa y que es generador de cambio).

 

Jóvenes tecnológicos, pero con conciencia social

En los primeros 20 años de vida de los millennials la tecnología ha transformado el mundo. Mientras crecían, la televisión ha pasado de tener cinco canales a más de 100. Durante su adolescencia se extendió el uso de Internet, y durante su etapa de universidad llegó el boom de las redes sociales y las aplicaciones. Por eso, piensan que para asegurarse un futuro con éxito es necesaria una educación tecnológica.

Los millennials no solo se informan en los medios de comunicación, se valen de las redes sociales para informarse y también para organizarse. Poseen una gran preocupación por la economía y la desigualdad. Han vivido en la abundancia y ahora viven en la “austeridad”, por eso, tienen una mayor conciencia social. Se los tilda de perezosos, individualistas, inconformistas. Son los que más impulsaron la tendencia a la alimentación saludable y el cuidado del medio ambiente. Un millennial ve la vida desde un punto de vista diferente, por ejemplo; su ambiente laboral no lo ve como un trabajo o una carga, sino más bien como una oportunidad de aprendizaje, autocrecimiento y apertura de nuevos caminos. Desde esta perspectiva entonces, un millennial “trabaja”, pero no permite ataduras o restricciones. Su pensamiento exige libertad, flexibilidad y autonomía, incluso muchos millennials prefieren no tener empleo a ejecutar tareas que no los emocionen. Y al no encontrar un empleo que los apasione, muchos abren las puertas a la independencia y buscan en el emprendimiento propio la forma de desarrollar nuevos modelos de negocio que cumplan con sus expectativas.

 

¿Y la Generación Z o centennials?

Son los jóvenes nacidos a partir de 1998/2000 y que han vivido bajo el amparo de los dispositivos móviles. También conocidos como generación Z. Esto quiere decir que incluye a aquellos que hoy no pasan la barrera de los 25 años. Las compras online y las reseñas (reviews) de otros usuarios marcan su forma de consumir. Las marcas los examinan con lupa buscando hablar su mismo idioma para conquistar el bolsillo de los consumidores del mañana. Han nacido con un smartphone en las manos, las redes sociales son una forma de vida, se comunican al instante a través de mensajes y emoticonos y no recuerdan que una vez el mundo vivió desconectado”. Ellos ya están entrando al mundo laboral y hay que entender quiénes son, cómo piensan, cómo sienten y cómo acompañarlos en este traspaso del mundo estudiantil al mundo del trabajo. Núria Vilanova e Iñaki Ortega, los autores del libro “Generación Z: todo lo que necesitas saber sobre los jóvenes que han dejado viejos a los millennials”, los presentan como la generación de las 5 “i”.

•Internet: es la primera generación 100% nativa digital, conectada 7/24, no concibe al mundo sin wifi y se las arregla para tener siempre algún dispositivo a mano.

•Irreverencia: no dudan en llevar la contra a sus padres, profesores o mayores, entre otras cosas porque han sido autodidactas. Se han valido del uso de Internet como herramienta de búsqueda de todo tipo de información. Aprenden con tutoriales y suelen llegar al aula con más información que sus profesores.

•Inmediatez: en el mundo de las redes sociales en el que están inmersos todo es rápido y fugaz. Están acostumbrados a descargas veloces y a mantener multiplicidad de conversaciones. Esto puede hacer que pierdan la capacidad de atención cuando no consiguen resultados inmediatos.

•Inclusión: apuestan a la economía colaborativa y a la diversidad. El compromiso social está muy presente en ellos y aspiran a transformar el mundo con sus acciones y empresas.

•Incertidumbre: son hijos de ese “mundo líquido”, en el cual nada es estable, todo cambia. Los “Z” navegan la incertidumbre desde que nacieron, lo que los empuja a ser más creativos e independientes.

Entonces, ¿cómo impacta todo esto en el campo laboral?

Según la encuesta realizada por la consultora Universum, entre 50 mil jóvenes de 46 países, nacidos entre 1996 y 2000, un sorprendente 55% considera la posibilidad de iniciar su propia empresa. Lo que los convierte a los “Z” en la generación emprendedora por excelencia en comparación con sus predecesores.

¿Y qué los motiva a emprender?

Crear empresas de tecnología y hacerse millonarios a edades tempranas (como el caso de Mark Zuckerberg, Wang Xiguen y otros alrededor del mundo) podría ser parte de la motivación, pero no la única (o la más importante). Dijimos que se destacan por ser independientes, por lo tanto, prefieren trabajar sin jefes. También, que están comprometidos social y ambientalmente, por lo que desean generar impacto. Y consideran que pueden generar mayor impacto a través de una empresa nueva que sumándose a alguna empresa ya existente. Esto se vincula también a los miedos que manifiestan respecto del empleo tradicional, sobre el que temen no coincida con su personalidad o que no les permita el desarrollo de oportunidades, o alcanzar sus objetivos de desarrollo.

 

(*) Comunicadora social publicitaria del Estudio

Moon Comunicación, Marketing y Diseño

 

El comercio electrónico crecio 76%

A contramano de las variables que presenta el consumo masivo, el comercio electrónico continúa con buena salud en la Argentina. Las ventas crecieron un 76% en 2019 frente a 2018 y le ganaron a la inflación oficial de 53,8% que se anotó en este período, y superaron los $403 millones. Así lo confirmó el estudio anual que realiza la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).

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