Cámara del Crimen - Tres años de prisión efectiva, con declaración de reincidencia

Condenado por propinarle una feroz golpiza a su exconcubina

Se trata de Mauricio Jordán Zabala, quien fue declarado culpable de una decena de hechos delictivos. En otro juicio, Leonardo “Pelusa” Bertorello y Matías “Ojudo” Fonseca recibieron penas de seis meses de cárcel y recuperaron la libertad
sábado, 17 de octubre de 2020 · 08:53

La camarista Eve Flores de Aiuto le impuso ayer una condena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo a un iracundo convicto villamariense, quien a mediados de 2019 agredió ferozmente a su expareja en barrio San Martín, ocasionándose una fractura en el antebrazo izquierdo y traumatismos de cráneo y facial.

La pena recayó en Mauricio Jordán Zabala (40), quien al cabo de un juicio oral y público realizado por videoconferencia, fue hallado autor responsable de los delitos de “lesiones graves calificadas por el vínculo y por violencia de género”, “lesiones leves calificadas”, “amenazas calificadas”, “hurto en grado de tentativa”, “violación de domicilio”, “daño”, “lesiones leves”, “amenazas” y “desobediencia a la autoridad”, y coautor de “hurto calificado de vehículo automotor en la vía pública”.

Zabala, un albañil nacido en Villa María el 12 de septiembre de 1980, fue detenido el 27 de julio del año pasado, poco después que le propinara una brutal golpiza a su exconcubina, de 30 años, y la dejara gravemente herida y en estado de shock, por lo que tuvo que ser hospitalizada de urgencia.

El violento suceso se produjo a las 6.45 de la mañana de aquel sábado en la vivienda donde se encontraba la mujer, ubicada en calle 17 de Agosto 160. La Policía recibió un llamado telefónico a través del número de emergencias 101, mediante el cual se alertaba sobre el hecho, por lo que efectivos de la Patrulla Preventiva concurrieron al lugar y arrestaron al sospechoso cuando intentaba darse a la fuga.

Instantes después, la víctima fue trasladada al Hospital Regional Pasteur, donde los médicos de Guardia establecieron que presentaba una fractura en el antebrazo izquierdo y traumatismos de cráneo y facial, lesiones consideradas graves por el tiempo de curación que demandan.

Por ese brutal episodio y otros delitos pendientes, Zabala fue procesado y finalmente condenado en la víspera, oportunidad en la que fue declarado reincidente ya que registra dos condenas anteriores.

En efecto, el 11 de septiembre de 2006, un día antes de cumplir 26 años, este irascible trabajador de la construcción recibió una sanción de ocho años de prisión de cumplimiento efectivo tras ser declarado coautor responsable de “robo calificado” y autor de “violación de domicilio” y “portación ilegal de arma de fuego agravada”.

Sin embargo, la Cámara del Crimen local unificó esa condena con otra de un año y dos meses -también efectiva- dictada el 4 de diciembre de 2003, por lo que le aplicó una única pena de nueve años de cárcel.

Finalmente, cabe señalar que, además de la magistrada, intervinieron en la audiencia de debate el fiscal Francisco Márquez y el abogado Jorge Bustos, quien ejerció la Defensa del presidiario reincidente.

 

Condenas y libertad

Por otra parte, el camarista Félix Martínez condenó ayer a dos vecinos de barrio Felipe Botta, quienes recuperaron la libertad porque la pena impuesta fue levemente inferior al tiempo que llevaban entre rejas.

Leonardo Gabriel Bertorello (41) y Matías Ezequiel Fonseca (35) recibieron penas de seis meses de prisión efectiva luego de ser declarados coautores responsables de “robo reiterado”, “resistencia a la autoridad” y “violación de las medidas adoptadas para impedir la propagación de una epidemia reiterada”.

En el caso de Bertorello, fue hallado culpable de cuatro robos y otras tantas violaciones al artículo 205 del Código Penal, además de ser declarado reincidente, ya que fue condenado otras dos veces: en agosto de 2005 y marzo de 2019.

Con respecto a Fonseca, fue sentenciado por dos robos e igual cantidad de violaciones al “aislamiento social, preventivo y obligatorio” decretado en el marco de la pandemia de coronavirus, pero no posee antecedentes penales.

Además del juez Martínez, participaron del juicio oral y público (que fue abreviado porque los dos convictos confesaron los hechos) el fiscal Márquez y la asesora letrada Silvina Muñoz, quien actuó como defensora oficial de ambos presidiarios.

Leonardo Bertorello, alias “Pelusa”, nació en Córdoba el 8 de agosto de 1979, es pintor y albañil y se domicilia en Ramiro Suárez 2815, mientras que Matías Fonseca, apodado “Ojudo”, es oriundo de esta ciudad (nació el 11 de junio de 1985) y está radicado en Teniente Ibáñez 2797, ambos en el ya mencionado barrio Botta.

 

Operativo por la fiesta electrónica en la marcha del 12 de octubre

La Unidad Fiscal de Emergencia Sanitaria allanó ayer varios domicilios ubicados en distintos puntos de la ciudad de Córdoba, en el marco de la investigación por la fiesta electrónica realizada el pasado 12 de octubre, en la zona del Patio Olmos, mientras se realizaba la marcha en contra del Gobierno nacional. Cuatro allanamientos fueron en los domicilios de los presuntos organizadores y promotores de esa “fiesta”. Uno de los principales fue en el departamento de uno de los DJ. Los procedimientos se dieron en el marco de la denuncia por violación de las normas sanitarias y propagación de la pandemia, pero durante las actuaciones se hallaron plantas de marihuana y otros elementos, como computadoras, notebooks, parlantes, celulares y consolas de sonido.

 

No lograron desbloquear los celulares de Neuss y Saravia

Los investigadores del femicidio seguido de suicidio ocurrido el sábado pasado en el country Martindale de Pilar no pudieron desbloquear los celulares del empresario Jorge Neuss y de su esposa, Silvia Saravia, donde pensaban hallar indicios del móvil del hecho, aunque el peritaje continuará con el objetivo de poder acceder al contenido de esos smartphones.

Expertos informáticos realizaron ayer un primer intento para acceder a los iPhone de la víctima y del femicida, pero no lo lograron porque ambos aparatos tienen un PIN de acceso que nadie de la familia aún pudo aportar.

Lo que se hizo fue encender los celulares con la esperanza de que no tuvieran clave, pero ambos tenían un patrón para desbloquearse. No se hizo por el momento ningún intento de acceso con claves frecuentes, eso se dejará para una segunda etapa.

El peritaje se hizo en la sede de la Fiscalía General de San Isidro, por parte de personal especializado de la Policía Judicial que depende de la Procuración General bonaerense, y ante la presencia de la fiscal de la causa, María José Basigli.

 

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