Crimen en Villa Nueva - El único sospechoso es Alberto Martín Román, de 18 años

Lo golpeó en el rostro y luego le asestó seis puntazos en el cuello

Víctor Martín murió desangrado en pocos minutos. Fue atacado entre las 10 y las 12 de la noche del lunes en su humilde casa, ubicada detrás de la cancha de Alem. Al ser detenido, el presunto asesino llevaba puestas las zapatillas y la campera de la víctima, manchadas con sangre
miércoles, 25 de marzo de 2020 · 09:00

Don Víctor, o “Curquito”, como le decían los amigos, era un vecino muy querido en el barrio. Vivía en una sencilla casita ubicada detrás de la cancha del Club Alem, en Villa Nueva, sobre la calle Islas Baleares, a 100 metros de la ruta 2.

El lunes por la noche, entre las 22 y las 24, fue brutalmente asesinado en su dormitorio. Seis puntazos propinados con un cuchillo Tramontina común y corriente, de esos con serrucho y mango de madera, lo devastaron en pocos segundos. Murió desangrado.

Previo al brutal ataque, el asesino le asestó un violento golpe en el rostro, a la altura del ojo izquierdo, y el malogrado septuagenario cayó al suelo. Allí, casi inconsciente y totalmente indefenso, recibió seis puñaladas en el cuello: cinco de ellas le causaron cortes superficiales, pero una fue profunda y le ocasionó una grave lesión en la carótida, generando una profusa hemorragia.

 

Hoy cumplía 77

Se llamaba Víctor Martín y había nacido el 25 de marzo de 1943. Hoy, justamente, iba a cumplir 77 años.

Su cuerpo, ya sin vida, fue encontrado a media mañana de ayer, luego que un vecino lo llamara a su teléfono celular y, sorpresivamente, atendiera la hija de una vecina que vive a escasos 50 metros.

Extrañado por tal circunstancia, el vecino en cuestión fue hasta la vivienda de “Curquito” y golpeó insistentemente la puerta, pero nadie atendió. Ya muy preocupado decidió llamar a la Policía, y fueron los uniformados villanovenses quien hallaron el cadáver de Don Víctor.

 

Lo detuvieron por no cumplir la cuarentena

La detención del presunto asesino (y decimos presunto porque legalmente es lo que corresponde) se produjo luego que su propia hermana, aquella vecina que vive a 50 metros de la casa de Martín, lo denunció ante las autoridades por incumplir la cuarentena establecida a raíz de la pandemia de coronavirus.

La Policía llegó al lugar alrededor de las 10.10 y arrestó a  Alberto Martín Román (18), un joven con antecedentes policiales que hace poco estuvo detenido por un hurto que habría perpetrado en Villa María.

Como Román no reaccionaba normalmente (“estaba perdido, como ido, probablemente drogado”, dijo una fuente cercana a la investigación), los uniformados lo subieron al móvil de la Patrulla Preventiva y lo trasladaron a la Comisaría de Distrito por infringir el “aislamiento social, preventivo y obligatorio”.

Casi al mismo tiempo que se realizaban los trámites administrativos en la sede policial de Villa Nueva, ingresó el llamado del amigo de Don Víctor pidiendo ayuda porque “Curquito” no atendía la puerta. Y luego de que se descubriera el cadáver, se inició una rápida investigación que dio sus frutos casi de inmediato.

 

Pruebas concluyentes

Las sospechas sobre el sujeto aprehendido poco antes terminaron por confirmarse cuando los efectivos advirtieron que la campera y las zapatillas que llevaba puestas estaban manchadas con sangre, al igual que sus brazos.

Las respuestas evasivas y los nervios de Román lo dejaron al descubierto y el esclarecimiento del crimen fue cuestión de minutos.

Ni bien se encontró el cuerpo sin vida de Martín, la Policía dio intervención a la fiscal de turno, Juliana Companys, quien arribó al inmueble acompañada por la secretaria Karina Maritano. También se hicieron presentes el jefe de la Unidad Departamental General?San?Martín, comisario mayor Walter Roldán; el comisario inspector Maximiliano Funes, titlar de la Zona de Inspección Nº 1; el jefe de la División Investigaciones, oficial principal Mariano Depetris; efectivos de la Sección Investigaciones de la Comisaría villanovense y personal de la Policía Científica, dependiente del Ministerio Público Fiscal.

Luego de algunas averiguaciones, se estableció que la campera y las zapatillas que llevaba puestas Román eran del septuagenario, quien también fue despojado de su teléfono celular y de unos pocos pesos (menos de 200) que fueron hallados en los bolsillos del acusado.

Además, los investigadores comprobaron que el celular de don Víctor había quedado en la casa de la hermana del presunto homicida luego de que la Policía lo arrestara por violar la cuarentena, y fue atendido por una sobrina de Román cuando un amigo de “Curquito” lo llamó un rato antes.

 

Un gravísimo delito

La fiscal Companys imputó al detenido como presunto autor del delito de “homicidio calificado por críminis causa” (es decir, matar para ocultar otro hecho, en este caso el robo), un grave delito que tiene como única pena la prisión perpetua.

El cadáver de Martín fue sometido a la autopsia correspondiente, tarea que estuvo a  cargo del médico forense local Gustavo Rodríguez, y recibió sepultura a las 19 en el cementerio San José.

 

Otros detalles

Alberto Román vivía ocasionalmente en la casa de su hermana y solía viajar seguido a la ciudad de Córdoba. No tiene trabajo estable y consume estupefacientes desde hace varios años. Asimismo, registra antecedentes por diferentes delitos, pero no condenas penales.

Con respecto a don Víctor, trascendió que, además de ser un “vecino muy querido”, de joven fue un hombre “muy trabajador” y era propietario de unos terrenos cercanos a la cancha de Alem. Cuando la Policía llegó a su casa, aunque humilde, “estaba muy ordenada y limpia”.

 

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