Femicidio seguido de suicidio en la costa del lago de Embalse

La Justicia de la ciudad de Río Tercero investiga la muerte de un hombre y una mujer que integraban un matrimonio residente en Santa Rosa de Calamuchita, cuyos cuerpos sin vida fueron encontrados durante el pasado fin de semana en la costa del lago de Embalse.

El tremendo episodio, que se inscribiría en un nuevo hecho de “violencia familiar”, es investigado por estas horas por la Fiscal de Instrucción, Paula Bruera, quien recién ayer dio a conocer la identidad de los fallecidos.

Al respecto, la funcionaria judicial precisó que las personas fallecidas resultaron ser Rita Palacios, de 49 años, y su esposo, Ernesto Cabral, de 54, ambos muertos por asfixia mecánica por ahorcamiento.

Los dos cuerpos sin vida fueron encontrados el viernes pasado y, junto a los cuerpos, también se encontraron los dos vehículos en los que llegaron al lugar, la costa del paraje San Ignacio, aparentemente por haberse citado previamente.

Hasta ayer, de acuerdo a lo informado desde Tribunales de Río Tercero, no aparecieron novedades en torno al sangriento hecho, aunque la principal hipótesis gira en torno a una disputa entre los integrantes de la pareja, toda vez que allegados a la mujer aseguraron que ella tenía intenciones de separarse del hombre.

Horroroso

Mientras tanto, otro episodio igualmente lamentable ocurrió en la provincia de Misiones, donde encontraron el cuerpo mutilado de una adolescente en el interior de una heladera.

El hecho ocurrió en la localidad de San Pedro, en esa provincia del noreste argentino, donde familiares de la víctima, al no contar con noticias de la menor, fueron a la casa del conocido, constataron malos olores y, al abrir la heladera, hallaron el cuerpo de la chica desmembrado, envuelto en trapos y colocado dentro del congelador.

Por el hecho fue detenido el dueño de la casa, identificado como Nelson Osvaldo Winnik, de 41 años, quien, al momento de ser hallado el cadáver, no se encontraba en la vivienda.

El hombre fue apresado poco después y, para sorpresa de todos, tenía en su poder el Documento Nacional de Identidad de la víctima.