Las madres saben

Las madres saben lo que quieren para sus hijos. Lo saben desde antes de ese nacimiento. Tienen en claro lo que no quieren y lo que desean para ellos y son capaces de dar todo y más por eso.

En la Escuela Remedios de Escalada de Tío Pujio, las madres no quieren la reincorporación del director Daniel Tissera, denunciado por “maltrato, abuso de autoridad, violencia de género, en el trabajo y más”.

Las madres ayer volvieron a congregarse a las 8 para rechazar esa reincorporación, con un abrazo simbólico y una sentada frente al establecimiento escolar, en el marco de la visita de la inspectora de Zona 3220, Daniela Cavalieri, pero se quedaron esperando. La funcionaria del Ministerio de Educación de la provincia comunicó, pasada la hora de la convocatoria, que no podía viajar. Estaba previsto que ella llegara a las 9.

Las mujeres presentes y unos pocos papás, se reunieron en asamblea y plantearon cómo seguir, visibilizaron la preocupación de hace semanas, cuando un martes y por cuatro horas, el cuestionado director volvió a ocupar su cargo. Ese día se comenzaron a organizar y decretaron un “paro de alumnos”. A la mañana siguiente, solo asistieron menos del 10% de la matrícula (370 alumnos y alumnas). A primera hora, las madres estuvieron frente a la escuela haciendo escuchar su rechazo.

Ayer volvieron las madres y unos pocos padres a manifestar el descontento, su malestar también porque, según indicaron, desde el Ministerio pretenden llevar adelante entrevistas personales, para individualizar, identificar e intimidar una por una.

“Una no pensaba que con las acusaciones que tenía el director pudiera volver”, se lamentó una mamá, y coincidieron en que “la estrategia parece que va a ser el desgaste: suspender visita hasta que ya no podamos venir, hasta que no venga nadie”.

“No tendríamos que enviar a los niños hasta que esto se resuelva”, lanzó una de ellas, pero muchas “no tenemos dónde dejarlos si no van a la escuela”, porque trabajan. “Yo prefiero no enviar a mis hijos antes que pierdan la integridad, la inocencia y que le hagan bajar la cabeza”, argumentó otra madre. Es que muchas, en familia, contaron que están dispuestas a retirar a sus hijos de la institución local, la única escuela primaria del pueblo, como algunos ya lo hicieron, y se trasladan cada día a Villa María, por ejemplo.

Las madres insisten en un reclamo a la justicia, donde fue denunciado penalmente el director, y remarcaron que “son hechos graves que se dieron en una institución pública y en un marco educativo, frente a niños y niñas”, por lo que entienden, debería ser reconsiderado.

Para acordar

La actual directora interina, Marina Pautasso, y las vicedirectoras Yanina Canaparo y Rosana Ferreyra, salieron ayer a informar y a solicitar tranquilidad a las reclamantes. Minutos más tarde, se hizo presente la abogada Yamila Calderón, quien expuso que “acá hay una inactividad manifiesta del Ministerio, que no viene a escuchar”. Luego, se entrevistó con las directivas dentro del establecimiento. A su salida, la letrada indicó a las presentes que la semana próxima podría darse la visita de la inspectora, aunque no se sabe si Cavalieri o una reemplazante, porque las madres ya no confían en su persona. Cuando definan el día, serían convocadas para dejar constancias de los hechos que denuncian, a partir de sus testimonios, los que brindarían acompañadas de la abogada Calderón u otro.

Las madres tomaron carteles y pusieron letra a lo que no quieren: “No a la violencia, sí al aprendizaje para vivir sin miedo y en libertad, erradicar la violencia de las escuelas, no al maltrato de personas, no al maltrato de los niños, la igualdad y el respeto como base de una buena educación, una escuela libre de violencia y de maltratos, que la escuela es de la comunidad y no de quien se cree patrón de estancia, por una educación libre de violencia y sin abuso de poder, y el repudio concreto a la reincorporación de Daniel Tisera a cargo de la Dirección de la escuela Remedios de Escalada”.

Por sus hijos e hijas y para que ninguna otra persona sufra lo que sostienen, ya ocurrió allí, en Tío Pujio. Saben lo que quieren.