Se mira y no se toca

Esta situación inédita que nos hace vivir experiencias inimaginables, que van desde lo filosófico hasta lo trágico, provoca que tratemos de ubicar nuestro enfoque con especial orientación a mejorarlo todo. De ello debemos cosechar experiencias y enseñanzas, así como aprender a actuar bajo circunstancias de la falta de ese contacto próximo.

Claro que no es lo mismo que cuando podemos hablar, reír, bailar y cuántas cosas más que no las remplaza el distanciamiento, que no logra remplazar la falta del tacto.  Extrañar a la distancia se nos hizo rutina, nos privó de los abrazos y sentir sin poder tocar nos angustia. No nos damos cuenta de cuánto lo necesitamos hasta que nos lo quitan. Los abrazos que ahora nos privan son más necesarios que nunca.

El psicólogo Alejandro Schujman reflexionó: “¿Cuánto valen los abrazos que no nos podemos dar?”. Y agregó: “El coronavirus plantea el siguiente desafío: yo voy a contagiar muy rápidamente a todas las personas que pueda, pero la ventaja que les doy es que no soy altamente letal. Todo depende de nosotros, principalmente de cada uno”.   

Los abrazos nos esperan al final del camino.

Coproducción de El Diario y Héctor Cavagliato
29 años junto al crecimiento del mundo del seguro