Año Internacional de las Cooperativas de la ONU 2025
“El cooperativismo fue el click que cambió mi vida”
Marcela Durán es la presidenta de la Cooperativa 7 de Febrero y una de las voces más comprometidas con la inclusión y el cuidado del ambiente en la ciudadLa historia de Marcela no solo habla de reciclaje o economía social, sino que también habla de dignidad, oportunidades y transformación colectiva.
La cooperativa nació tras el colapso de la empresa privada Corbam SA, encargada entonces del servicio de recolección de residuos. La empresa pagaba los sueldos en cuotas y los conflictos se profundizaron a fines de 2005. “Aguantamos todo el año, pero en diciembre explotó. Hicimos un piquete en Lisandro de la Torre, prendimos gomas, hicimos ollas populares. Los vecinos nos trajeron comida y hasta una garrafa. Nos apoyaron los medios de comunicación. Fue uno de los primeros piquetes visibles”, recordó Marcela.
De las 92 personas que formaban parte de aquella empresa, 52 decidieron seguir el camino del cooperativismo. “Las mujeres no teníamos otra salida. Los varones tenían más oportunidades, a nosotras no nos quedaba nada. Yo venía de la calle, en 2005 tenía 33 años, era mi primer trabajo, era gordita, no había terminado mis estudios y estaba ya fuera del sistema”, explicó.
Una cooperativa con rostro de mujer
Hoy, la cooperativa está compuesta por 51 personas, de las cuales 46 son mujeres, que van desde los 18 a los 62 años. “La mayoría tenemos más de 35 años. Con lo difícil que es hoy conseguir trabajo con esa edad, nosotras logramos sostenernos”, contó Marcela.
El espíritu de inclusión atraviesa cada acción de la cooperativa. “Siempre fue incluir. Desde chicos con discapacidad hasta jóvenes de la Asociación Nazareth. Porque lo más feo que hay es no poder elegir. Que te quedes en un lugar no porque querés, sino porque no tenés otro”, asegura.
El trabajo principal es la clasificación de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), aunque también hacen albañilería, demarcación vial, herrería y producción de madera plástica. “Todo lo que hacemos tiene una mirada ambiental. Somos cuidadores del ambiente”, subrayó.
Marcela, sin buscarlo, se convirtió en una referente local en temas de reciclaje. “Siempre me dicen que no tengo dimensión de en qué me convertí. Tal vez porque nunca lo busqué. Pero hace poco me llamaron de un congreso de cultura en Córdoba capital. Ahí entendí que tengo y tenemos desde ‘la coope’ mucho para aportar”, reflexiono.
Su vínculo con el ambiente surgió a partir del trabajo: “Entré a trabajar para salir de la calle y que mis hijos vean otra versión de su mamá; uno, como persona, busca superarse. Ahí empieza el click mío, al ver montañas de residuos entendí muchas cosas y vas conociendo la sociedad. Hoy se recupera mucho vidrio y ahí te das cuenta de que los jóvenes, y te lo digo con tristeza, toman bastante. Todas esas cosas las conozco a través de los residuos”.
Separar en casa es una responsabilidad compartida
Marcela destacó que la separación de residuos en origen es fundamental, aunque reconoce que aún cuesta que se convierta en hábito. “Va lento, pero camina. Eso es lo importante. En las escuelas ya se les enseña a separar a los niños, y eso es clave para cambiar el futuro”, señaló.
También apunta que es necesario ser conscientes del residuo que generamos. “Lo compramos, lo usamos y después lo tiramos sin pensar. Pero es nuestra responsabilidad. Lo ideal sería generar menos. Nuestros abuelos eran más ecológicos sin saberlo. Hoy, el plástico de un solo uso, que solo nos trajo confort, nos llenó de basura, ya no se sabe qué campaña hacer, qué tierra vamos a dejar...”, advirtió Marcela, que con el tiempo se convirtió en una referente local en el cuidado del ambiente.
Incluir, siempre incluir
“El objetivo o mensaje de la ‘coope’ es incluir, siempre incluir”, repitió. Y agregó: “El que está fuera del sistema y también el que está dentro y quiere sumarse, justamente, la idea es no excluir. Abrir caminos laborales para las mujeres, no como antes, que las mujeres hacían un trabajo y los hombres otros, eso se terminó. Hoy, tener la misma igualdad de oportunidades y conquistar derechos para ambos”.
Hoy, con orgullo, cuenta que compartió mesas con el gobernador, intendentes y muchas otras autoridades, participó en congresos nacionales y fue reconocida por su labor. Pero su mayor logro está en otro lado. “El cooperativismo fue el click que cambió mi vida. No me cambió la vida económicamente, pero no me interesa. Me cambió como persona. Me cambió la autoestima, me hizo creer en mí. El cooperativismo fue el cambio de raíz, fue la solución para muchas personas, y yo soy una de ellas”, concluyó emocionada.