Para reducir el estrés

Instan a abandonar el diálogo negativo con uno mismo

El pensamiento positivo ayuda a controlar el estrés y puede mejorar la salud. Practique con los ejemplos dados a continuación para superar ese diálogo interior negativo
martes, 22 de septiembre de 2020 · 09:14

Ve usted el vaso a medio llenar o medio vacío? Su respuesta a esta conocida pregunta sobre el pensamiento positivo refleja su perspectiva ante la vida, su actitud hacia sí mismo y su optimismo o pesimismo… y también puede afectar su salud.

De hecho, algunos estudios muestran que los rasgos de personalidad, como el optimismo y el pesimismo, afectan muchas áreas de la salud y el bienestar. El pensamiento positivo que normalmente aparece con el optimismo es parte fundamental del control eficaz del estrés, el cual, a su vez, se relaciona con muchas ventajas para la salud.

Pensar positivamente no significa enterrar la cabeza como el avestruz e ignorar las situaciones poco placenteras de la vida. El pensamiento positivo simplemente significa enfrentar lo desagradable de forma más positiva y productiva. Es decir, hay que pensar que va a ocurrir lo mejor, no lo peor.

El pensamiento positivo suele empezar con ese diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos. Ese diálogo interior es aquel raudal interminable de pensamientos que si bien no se expresan verbalmente, fluyen velozmente por la cabeza. Esos pensamientos automáticos pueden ser positivos o negativos. Parte del diálogo con uno mismo proviene de la lógica y la razón, pero otra parte surge de conceptos erróneos que creamos por falta de información.

Los beneficios para la salud del pensamiento positivo incluyen los siguientes:

• Mayor tiempo de vida.

• Menores tasas de depresión.

• Menor nivel de sufrimiento.

• Mayor resistencia al resfriado común.

• Más bienestar psicológico y físico.

• Mejor salud cardiovascular y menor riesgo de morir a consecuencia de una enfermedad cardiovascular.

• Más capacidad de afrontar situaciones difíciles y momentos de estrés.

No se sabe por qué la gente que piensa de forma positiva muestra esos beneficios sobre su salud. Una teoría es que tener una perspectiva positiva permite afrontar mejor las situaciones estresantes, lo cual reduce los efectos nocivos para la salud que el estrés causa en el cuerpo.

Se cree también que la gente positiva y optimista tiende a llevar estilos de vida más saludables, porque hace más actividad física, se alimenta sano y no fuma ni bebe alcohol en exceso.

 

¿Cómo reconocer el pensamiento negativo?

A continuación, mencionamos algunos tipos frecuentes de diálogo negativo con uno mismo:

•Filtración. Ocurre cuando se amplifican los aspectos negativos de una situación y se filtran todos los positivos. Personalización. La personalización se da cuando algo malo ocurre y usted automáticamente se echa la culpa.

•Catastrofización. Ocurre cuando uno anticipa automáticamente lo peor.

•Polarización. La polarización se da cuando las cosas se ven solamente como buenas o malas, sin que exista nada de por medio, y la persona cree que debe ser perfecta porque, de lo contrario, sería un fracaso.

Es factible aprender a cambiar el pensamiento negativo por el positivo. El proceso es simple, pero requiere de tiempo y práctica porque, después de todo, hay que desarrollar un nuevo hábito.

A continuación se mencionan algunas maneras de pensar y actuar de forma más positiva y optimista:

• Identifique las áreas que necesitan cambios. Si desea ser más optimista y atraer pensamientos más positivos, primero identifique las áreas de su vida en las que suele pensar de forma negativa, sea en el trabajo, en sus desplazamientos diarios o en una relación. Empiece con poco y concéntrese en una sola área para abordar de forma más positiva.

• Contrólese a sí mismo. Durante todo el día, deténgase periódicamente y evalúe lo que está pensando. Si descubre que sus pensamientos son principalmente negativos, intente encontrar una manera de virarlos y convertirlos en positivos.

• Mantenga el sentido del humor. Autorícese a sonreír y reír, especialmente en momentos difíciles. Encuentre el humor en los sucesos diarios, porque cuando uno puede reírse de la vida, disminuye el estrés.

• Lleve un estilo de vida sano. Tenga como objetivo hacer ejercicio durante 30 minutos la mayoría de los días de la semana. Puede también dividirlo en períodos de 10 minutos, distribuidos durante el día. El ejercicio influye positivamente sobre el estado de ánimo y reduce el estrés. Aliméntese sano para nutrir su mente y su cuerpo. Además, aprenda técnicas para controlar el estrés.

• Rodéese de gente positiva. Asegúrese de que las personas que forman parte de su vida sean positivas, sepan apoyar y estén dispuestas a dar consejos y recomendaciones útiles. La gente negativa aumenta el nivel de estrés y nos hace dudar de nuestra propia capacidad de controlar sanamente el estrés.

• Practique el diálogo positivo consigo mismo. Empiece con una regla simple: no se diga nada que no se lo diría a otra persona. Sea gentil consigo mismo y motívese. Si entra en su mente un pensamiento negativo, evalúelo de forma racional y reaccione afirmando lo que usted tiene de bueno. Piense en todo aquello que forma parte de su vida y que le hace sentirse agradecido.

 

Dejar el diálogo

A continuación, presentamos ejemplos de diálogo negativo con uno mismo y cómo cambiarlo a pensamientos positivos:

- Diálogo negativo: “Nunca lo he hecho”.

Pensamiento positivo: “Es una oportunidad de aprender algo nuevo”.

- Diálogo negativo: “Es muy complicado”.

Pensamiento positivo: “Lo voy a abordar desde un ángulo diferente”.

- Diálogo negativo: “No tengo los recursos”.

Pensamiento positivo: “La necesidad es la madre del ingenio”.

- Diálogo negativo: “Soy muy ocioso para hacer esto”.

Pensamiento positivo: “Aunque no pueda encajarlo en mi horario, voy a rever algunas prioridades”.

- Diálogo negativo: “No hay manera de que esto funcione”.

Pensamiento positivo: “Puedo intentar hacer que funcione”.

- Diálogo negativo: “Es un cambio muy radical”.

Pensamiento positivo: “Arriesguémosnos”.

- Diálogo negativo: “Nadie se toma la molestia de comunicarme algo”.

Pensamiento positivo: “Voy a ver si puedo abrir mejor los canales de comunicación”.

- Diálogo negativo: “No voy a mejorar”.

Pensamiento positivo: “Voy a intentarlo”.

Si su tendencia es hacia perspectivas negativas, no crea que va a convertirse en optimista de un día para el otro, pero practique hasta que finalmente su diálogo interior sea menos autocrítico y usted se acepte más a sí mismo.

Cuando el estado de ánimo suele ser optimista, mayor es la probabilidad de manejar el estrés cotidiano de forma más constructiva y esa capacidad es lo que puede contribuir a los beneficios de salud ampliamente observados en quienes tienen pensamientos positivos.

Fuente: Mayo Clinic, Rochester

Valorar noticia

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
100%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios