Un donante impacta en otras siete vidas

En general, por cada paciente que es donante de órganos se ven beneficiadas hasta siete personas enfermas en lista de espera para recibir un órgano.

Al dato lo dio a elDiario el médico Alan Zazu, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Regional Pasteur.

Fue días atrás, luego de la primera ablación multiorgánica del año en el nosocomio local,  como consecuencia del fallecimiento de una mujer que tuvo un traumatismo craneoencefálico grave. De la compleja intervención participaron médicos, técnicos, bioquímicos, personal de laboratorio y diagnóstico por imágenes, personal administrativo y de limpieza, entre otros.

Según la Ley Justina, en Argentina las personas de más de 18 años son donantes, a menos que lo hayan objetado en vida. "Esto ayuda mucho en el contexto del fallecimiento", dijo el médico.

Precisó que para una ablación multiorgánica se debe fallecer en terapia intensiva, porque los órganos tienen que ser mantenidos un tiempo. Todo se da a partir del diagnóstico de muerte encefálica.

"Primero se hace una evaluación clínica neurológica hasta que el paciente pierde todas las funciones vitales, reflejos y capacidad neurológica; también se hacen análisis de laboratorio y métodos complementarios como el electro encefalograma, tiene que haber una nulidad completa de la actividad cerebral. Con diagnóstico de muerte encefálica, continúa el proceso", describió al hablar en la FM 90.1, laRadio de elDiario.

Agregó que para trasplante o donación de tejidos no hace falta que esté en terapia intensiva, puede darse en otro contexto.

En un tramo de la nota con el programa “Mejor que ayer”, dijo que "la muerte encefálica puede llevar unos días".

Crucial importancia

Resaltó que en general por cada paciente que es donante "se ven beneficiados hasta siete enfermos en lista de espera". "Hoy son aproximadamente 7.200 personas en la lista de espera en el país para cualquier tipo de trasplante. Hasta hoy son más de 1.400 trasplantes en el año", puntualizó.

Subrayó que es importante la concientización de que sin donantes no hay trasplantes.

"Un pilar fundamental en este procedimiento es la celeridad de Justicia. Algunas veces suele haber demoras. Como ya tenemos experiencia con las fiscalías locales,  tenemos personas con las que nos comunicamos directamente y hay una mejora del sistema en lo que compete a lo médico-legal", valoró, mencionando la celeridad en el último caso.

Sobre el tiempo en que hay que hacer una ablación tras la muerte, explicó que no hay tiempo estipulado, pero que cada minuto que pasa hace que los órganos se deterioren en su función.

Describió que con la persona fallecida el corazón sigue latiendo y, por ejemplo, los riñones funcionando, ya  que "el cerebro dejó de funcionar, la persona falleció neurológicamente, pero el corazón, principalmente, tiene la capacidad de seguir latiendo por un tiempo, que puede ser unas horas. Es importante actuar en esas horas".