Parroquia San Ignacio

En medio de la crisis siempre agradece "la providencia”

El sacerdote a cargo de la tradicional iglesia y de la Capilla Santa María Goretti, se refirió a la actualidad que atraviesan las ceremonias. Al mismo tiempo, valoró que, a través de la telefonía, se pueden coordinar bautismos a realizarse y también el estudio de catequesis

Sergio Peralta, presbítero que se encuentra a cargo de la Parroquia San Ignacio y de la Capilla Santa María Goretti (la cual está ubicada en el Parque municipal), dialogó con El Diario para pintar un poco el panorama en el que se encuentran los oficios religiosos de tales sectores.

En dichos espacios, hace poco tiempo comenzaron algunas celebraciones y en el barrio San Antonio, por ejemplo, los asistentes rondan entre 30 y 35 personas por misa; esto se debe a que hay que respetar las distancias y los protocolos ante la pandemia de Covid-19.

Respecto a cómo siguen adelante tales ámbitos eclesiásticos, Peralta reflexionó que “todo es a voluntad, tanto el mantenimiento como las obras para ayudar a las familias que necesitan”.

“Los mismos parroquianos se ofrecen para dar un mano, ahora tal vez un poco menos por el fío que paraliza todo (además de la pandemia). Pero nos vamos organizando con las actividades y mantenemos un poco cada uno”, reflexionó.

Más allá del trabajo y aporte constante de los fieles, el cura destacó la palabra “providencia”, ya que “siempre hay un alma generosa”.

“La gente es muy buena y muy solidaria tanto para ayudar a los demás como para ayudar a la iglesia. No hablamos de gente pudiente, pero están siempre dispuestos a colaborar… No nos falta, pero tampoco nos sobra”, sostuvo.

En cuanto a tareas solidarias, entre los paliativos que brindan en un contexto tan difícil, el reporteado comentó que frecuentemente llevan harina a una panadería, donde le devuelven pan para ser distribuido entre los vecinos a los que le es necesario tal alimento.

En primer punto, al momento de hablar de los bautismos (que se realizan dos por sábado), Peralta valoró el hecho de que “la gente ha sido muy respetuosa” y reconoció que la tecnología ayudó bastante. “La gente interesada se va comunicando con la gente encargada en la secretaría, o conmigo, y le decimos la cantidad que puede asistir, siempre con barbijo”. 

Por otra parte, los jóvenes han comenzado también su catequesis de forma virtual: “Los catequistas tienen los teléfonos de los papás y mandan material a los chicos, pero todavía no se puede hacer nada presencial”.

“Cuando la escuela tenga la posibilidad de retornar, nosotros también con las habilitaciones en cuanto a personas que nos den”, aclaró.

“Los chicos tienen el libro cada uno en su casa y lo están estudiando; una vez que finalice todo, vendrán y tendremos la celebración para que puedan hacer el sacramento”, afianzó al mismo tiempo que subrayó “el ingenio” en todo esto para que todo esto último se vuelva más didáctico.

 

 “Faltan detalles”

Hace un par de meses atrás, en la Parroquia Goretti se había iniciado la construcción de una puerta cancel con la intención de eliminar el sonido que entraba desde el exterior y volvía el oficio más bien complicado.

La pandemia, más la interrupción de los eventos que realizaban para recaudar fondos le pusieron un “parate” a tal cuestión.

En cuanto a tal emprendimiento, el sacerdote valoró igual que “quedó el techo armadito y faltan detalles. Apenas podamos, si Dios quiere, terminaremos”.

“Quedó más lindo, más amplio y más cómodo. Ahora tiene un ámbito para lo que es la sacristía donde se guardan las cosas para la misa y también un espacio para confesarse, porque antes lo teníamos que hacer en la vereda”, redondeó.

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