Ian Moche, en las presentaciones de la Feria Conectando Saberes

“Enfocarnos en lo que podemos”

“Hay autistas que aunque no hablan son artistas, deportistas. Siempre hay una habilidad”, dijo el niño
jueves, 25 de abril de 2024 · 00:00:00

“Con el frío que hace, que estén acá es enriquecedor. Los jóvenes son el futuro”, dijo Marlene. De inmediato, Ian Moche, de 11 años, añadió: “Y somos el presente”.

Así comenzó la primera charla de la flamante Feria Educativa e Institucional Conectando Saberes, que se extenderá hasta el sábado. En un Teatrino colmado por estudiantes del secundario, Ian trajo mucha claridad sobre el autismo.

“Percibimos el mundo de manera distinta. Nos llega el exterior de manera distinta. Buscamos los mismos objetivos de otra forma”, describió el niño.

Su madre, Marlene, contó que cuando el chico tenía 2 años y medio empezó a notar conductas que le llamaron la atención. Hasta entonces tenía un “desarrollo normal, esperable”.

“Algunas conductas de bebé no las vi. Siempre durmió con todo apagado, necesitaba estar sin ruido, sin luz de la tele. Actualmente, es igual y no puede dormir ni con la heladera encendida”, describió.

Lo vio de pequeño con aleteos -por eso le dicen colibrí -, caminando en puntas de pie y empezando a abandonar el contacto visual. Luego empezó a hablar solo como las publicidades de la tele. Fue entonces que concurrieron al neurólogo.

En medio de ese relato público, rápidamente Ian despejó dudas. Pidió que pensemos en dos teléfonos celulares distintos, algo que “no importa, porque ambos llegan a las mismas funciones”. Trasladó el ejemplo a su vida. “Me cuestan más algunas cosas y puedo ser más rápido en otras. Como todos”, sintetizó.

Poco después, planteó el efecto de las palabras. “A veces parecen solo palabras, pero duelen. Hay que tener mucho cuidado con lo que decimos”.

Fue entonces que su mamá cuestionó “la moda de decir ‘fingimos demencia’”, y llamó a tener “mucho cuidado al hablar de salud mental”.

Lo mismo cuando se habla livianamente de TOC. “Hay que tener cuidado y no tomarlo con risa”, pidió.

Tampoco está bueno “cuando dicen lo de ser un poco autista. Y no viven en su mundo. Están acá, con nosotros. Son frases descalificativas y ofensivas”, expresó.

Ahí advirtieron que a veces se habla de “gobierno autista”.

“Si es un gobierno autista, lo felicitaría. No existe ningún gobierno autista. En unos años seguramente seré presidente”, dijo Ian. Incluso tiene pensando los nombres del partido que integraría: “Partido Neurodivergente; Partido Fluido, porque me llevo bien con todos; y Todos por la Convivencia”.

 

La verdadera inclusión

La charla se adentró en inclusión. “Una cosa es que te inviten a la fiesta y otra que te inviten a bailar. Esa es la verdadera inclusión”, resaltó Marlene. “La persona incluida no es la que ocupa un banco en la escuela, sino la que participa en los recreos. Ningún niño quiere estar solo, pero a veces no sabe como comunicarse”, destacó.

“Nunca sabemos qué está viviendo esa persona”, sumó Ian, por lo que llamó a pensar antes de hablar.

 

Inteligencias múltiples

Preguntaron a la asistencia quién es zurdo y quién es diestro, y adolescentes fueron levantando la mano. “El mundo no está preparado para los zurdos. Messi o Maradona no hubieran sido futbolistas si les hubiesen prohibido serlo por zurdos. Con autistas muchas veces pasa lo mismo. No es una discapacidad, es tener desafíos. Además de los desafíos están las habilidades”, sostuvieron.

La mujer trajo el ejemplo del famoso nadador Michael Phelps, recordando que es autista. “En la secundaria le costaba mucho aprender. Quisieron sacarlo y su profe de natación vio grandes habilidades. Si ese profesor no hubiera intervenido, seguramente no hubiese podido llegar a la universidad. Por eso hablamos de aprender con las inteligencias múltiples”, consideró.

“Necesitamos que la sociedad se adapte a nosotros y nosotros a ella, tiene que ser mutuo”, evaluó el pequeño. Su mamá explicó que “hay personas que no pueden estar sentadas, entonces no van a aprender sentadas”. Ian llamó “educación respetuosa” el tener en cuenta todo esto.

“Hay autistas que aunque no hablan son artistas, deportistas. Siempre hay una habilidad”.

Por eso, hablaron de “enfocarnos en lo que podemos y no en lo que no podemos”.

Ian sufrió situaciones dentro de las escuelas y contó que siente que los “obligan a camuflar” lo que realmente son.

Precisó que el autismo no tiene grados. “Hay más desafíos, menos desafíos, más necesidades de apoyo, menos necesidades. Cada uno es distinto. No es una enfermedad. Lo que se miden son las necesidades de apoyo”.

Su mamá sumó: “Hay autistas con muchos desafíos, hay quienes pueden tener epilepsia, etc. Se trata de más desafíos. No me gusta la palabra dificultades”. Recordó que el logo es el infinito por la cantidad de personas distintas dentro del espectro.

También destacó que es importante un Estado presente, reflejando que en torno a la discapacidad se lo necesita aún más.


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