El Día Mundial del Hábitat y la Arquitectura de la Organización de las Naciones Unidas

Para transformar desechos en riqueza

Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial del Hábitat y la Arquitectura para reflexionar sobre el estado de nuestros pueblos y ciudades y sobre el derecho básico de todos a una vivienda adecuada
miércoles, 9 de octubre de 2019 · 11:45

El Día Mundial del Hábitat y la Arquitectura, que se celebra el primer lunes de octubre de cada año, hace énfasis en el mandato de ONU-Hábitat de promover políticas de desarrollo urbano sostenible que garanticen asentamientos humanos adecuados y que no dejen a nadie ni a ningún lugar atrás. Continuando con el lema del año pasado, “Gestión de residuos sólidos municipales”, ONU-Hábitat promueve este año la contribución de tecnologías innovadoras de vanguardia para la gestión sostenible de residuos, con el fin de lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible: ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

Más allá de los desechos sólidos, esto incluye todos los desechos producidos por la actividad humana (sólidos, líquidos, domésticos, industriales y comerciales), que continúan teniendo un impacto devastador en el cambio climático, la salud pública y el medio ambiente.

Según el Estudio Económico y Social Mundial 2018, las tecnologías de vanguardia tienen un inmenso potencial para mejorar la forma en que las personas trabajan y viven, así como para acelerar significativamente los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y combatir el cambio climático. Las tecnologías de vanguardia, como la automatización, la robótica, los vehículos eléctricos, las tecnologías de energía renovable, las biotecnologías y la inteligencia artificial, pueden transformar los ámbitos sociales, económicos y ambientales. Ofrecen mejores soluciones, más baratas, más rápidas, escalables y fáciles de usar para los problemas cotidianos, incluida la gestión de residuos. También presentan oportunidades para que los países en desarrollo avancen hacia tecnologías más eficientes e implementen innovaciones sociales.

En este sentido, la Nueva Agenda Urbana exige una mayor cooperación e intercambio de conocimientos sobre ciencia, tecnología e innovación, lo que influirá en el desarrollo de las áreas urbanas actuales y futuras.

 

Elementos fundamentales

En este punto se hace especial énfasis en:

Análisis de big data, que proporciona flujos de información en tiempo real, al tiempo que facilita la segmentación y la orientación dentro de ese conjunto de datos.

Impresión 3D, que permite obtener objetos a través de un proceso simple de estratificación, así como la producción y creación de prototipos de productos y componentes complejos en menor volumen y más rápido y barato.

El Internet de las cosas (la extensión de la conectividad de Internet a dispositivos físicos y objetos cotidianos), que permite una mejor supervisión y gestión.

Nanotecnología (fabricación y uso de materiales a escala infinitesimal), que actúa de manera diferente a sus contrapartes más grandes.

Polímeros sostenibles (materiales plásticos que responden a las necesidades de los consumidores sin afectar al medio ambiente, la salud y la economía).

Tecnologías de energías renovables, que incluye la energía eólica, bio y solar, que tienen el potencial de reducir sustancialmente las emisiones de carbono durante su producción.

Inteligencia artificial, que incluye aprendizaje automático, automatización, resolución de problemas y razonamiento lógico que podría transformar los procesos de producción y los negocios.

Drones y pequeños satélites personalizados, que son otros enfoques innovadores, como nuevos modelos de negocio, sistemas de productos y servicios.

 

Conceptualmente

Las tecnologías de vanguardia pueden crear empleos, pero también reducirlos e interferir en los mercados y economías.

Presentan desafíos relacionados con la privacidad, la seguridad, la transparencia y la ética. Por lo tanto, las tecnologías de vanguardia se deben aprovechar en favor del desarrollo sostenible, a la vez que se mitigan sus consecuencias adversas económicas, sociales y políticas.

 

El reto de los residuos

Las ciudades de todo el mundo producen entre 7 y 10 mil millones de toneladas de residuos por año, al tiempo que intentan cumplir con los requisitos básicos de gestión. Los municipios de los países de bajos ingresos gastan en promedio el 20% de su presupuesto en gestión de residuos sólidos y menos del 3% en saneamiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esta cantidad no es suficiente para financiar los sistemas básicos de gestión de residuos y saneamiento, mientras que, a menudo, los usuarios no pueden o no quieren pagar estos servicios. De hecho, menos de la mitad de la población que vive en ciudades de países de ingreso bajo se beneficia de la recuperación de residuos sólidos y el 16% de los habitantes urbanos carece de acceso a servicios básicos de saneamiento. A nivel mundial, todavía un tercio de los residuos sólidos generados se vierte de manera incontrolada y solo una quinta parte de los desechos se recupera, destinado por ejemplo al reciclaje y al compostaje, mientras que el 80% de las aguas residuales se descarga en las vías fluviales.

La falta de una gestión adecuada de los residuos ha supuesto la contaminación excesiva del aire, del suelo y del agua, amenazando la salud pública, los ecosistemas y la biodiversidad, y acumulando inmensas cantidades de desechos en los océanos, especialmente porque el 90% de las áreas urbanas están ubicadas en las costas. Se calcula que los plásticos vertidos a los océanos matan a 100 mil animales marinos cada año.

Esta contaminación tiene considerables efectos económicos en el turismo, la pesca y la atención médica: alrededor de U$S375 por tonelada métrica de desechos sólidos.

Además, se estima que cada 30 segundos una persona muere debido a enfermedades causadas por el mal manejo de los desechos, tales como diarrea, malaria, enfermedades cardíacas y cáncer, lo que representa entre 400 mil y un millón de muertes al año.

 

La agenda

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular los Objetivos de Desarrollo Sostenible 6, 11, 12 y 148, así como el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana, consideran la gestión de residuos como una cuestión urgente y crítica que debe abordarse para garantizar la prosperidad futura y sostenibilidad de nuestro planeta.

Los enfoques innovadores para lograr una gestión sostenible de los desechos deben abordar todas las áreas relacionadas con la gestión de residuos: reducción, reutilización, reciclaje, recuperación y eliminación. Por ejemplo, el uso de residuos reciclados de manera segura en la moda, como joyas o muebles, o el empleo del agua de la ducha para descargar en el inodoro, genera un impacto positivo en el entorno. Además, hay otras formas alternativas y adaptadas al contexto local para el reciclaje y recuperación de materiales y agua, como la conversión de residuos en energía, la recuperación de gases de vertedero, la digestión anaerobia y la incineración, así como la eliminación de residuos.

En el Día Mundial del Hábitat 2018, se lanzó la Campaña Waste Wise Cities para crear conciencia sobre los desafíos en la gestión municipal de residuos sólidos e iniciar actividades con un llamado a la acción para la gestión sostenible e integrada de residuos en las ciudades. Esta llegó a los gobiernos locales para promover 12 principios que incluyen el Marco Integrado de Gestión Sostenible de Residuos, tales como una mejor recuperación y tratamiento de residuos, así como la participación de los stakeholders. La campaña destaca la necesidad de que las ciudades tomen en cuenta todos los aspectos de la gestión sostenible de residuos, así como enfoques innovadores, si quieren convertir los residuos en riqueza y avanzar hacia una economía circular.

La innovación es fundamental para la forma en que ONU-Hábitat cumple su misión hoy en día, como lo demostró la primera Asamblea de ONU-Hábitat, que tuvo lugar en mayo de 2019 con el tema “Innovación para mejorar la calidad de vida en las ciudades y comunidades”. Durante toda la semana, se debatió este tema desde todos los ángulos de la urbanización, partiendo del nivel más bajo hasta la formulación de políticas, y se mostró en la Exposición de Innovación Urbana, que recogió enfoques innovadores para los desafíos en la ciudades.

 

Mejores prácticas

Los ganadores del premio a las Mejores Prácticas y el premio Pergamino de Honor de ONU-Hábitat también tuvieron la innovación en el centro de sus proyectos:

Sam Ngaruiya fundó su empresa Regeneration Environmental Services para proporcionar un sistema de recuperación basado en la comunidad y fabricar productos de construcción ecológica de calidad, como señales de tránsito, topes de velocidad y letreros de nombres de calles. Por lo tanto, proporcionó empleos a las personas con menos recursos, mientras cuidaba el medio ambiente y ahorraba recursos.

Xuzhou, Jiangsu, una ciudad china que se transformó a través del establecimiento de un sistema integral de desechos sólidos, que incluía la clasificación de los residuos en distintas categorías, instruyendo a la población y premiando con puntos a quienes separaban la basura.

Isaac Muasa, presidente del Grupo Juvenil de Conservación Ambiental de Mathare (MECYG), quien formó uno de los primeros grupos juveniles comunitarios tras comenzar recuperando y limpiando desechos que recogía puerta a puerta por una tarifa.

 

Recomendaciones

Las autoridades de la ciudad deberían tener en cuenta:

1. Recopilar datos precisos sobre la recuperación para comprender quién produce, recupera, reutiliza y recicla los desechos y dónde, dándoles la oportunidad de tomar mejores decisiones.

2. Determinar los costos reales de la gestión y eliminación de desechos, incluidos los costos ambientales y de salud ocultos.

3. Apoyar la planificación e implementación de una economía circular, por ejemplo, al pasar de un modelo lineal de producción y consumo a uno más circular que beneficie a todos.

4. Mejorar la eficiencia operativa en la provisión de servicios, incluida la vinculación de los sectores informales y formales de gestión de residuos.

5. Recuperar recursos valiosos en términos de reciclaje, energía, agua y gestión de la demanda.

6. Innovar, probar y buscar soluciones para mejorar su rendimiento de una manera continuada.

7. Convertir los desechos en riqueza en lugar de ser problemas ambientales y sociales, apoyando así el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Valorar noticia

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios