Sagrado permiso de obra

Escribe: Alejandro Ascasubi - ESPECIAL

Durante el último fin de semana una reconocida locutora de esta ciudad subía a sus redes sociales imágenes de ella misma en las escaleras que llevan a lo alto de ese ícono de la obra de Antoni Gaudí que es la Sagrada Familia.

Como ella y durante décadas, cientos de villamarienses se han mezclado con ciudadanos de todo el mundo ante ese estandarte de la creatividad. Las agujas inconclusas son un punto obligado en la visita a la capital catalana, como lo son otras obras del mismo autor (como La Pedrera, Casa Batlló, el Parque Güell, allá en lo alto, por citar algunas). Y, si el tiempo disponible es escaso y hay que elegir, la Sagrada Familia quedará fija en el itinerario, como La Rambla y La Barceloneta... Después vemos.

Sobre el arte que encierra el monumento de Gaudí por excelencia se ha escrito mucho. Modernismo catalán, etcétera, etcétera. Pero, más allá de lo técnico, lo llamativo, lo realmente llamativo o que a cualquier arquitecto le llama la atención desde finales del año pasado, es esa noticia que dio la vuelta al mundo revelando que el permiso para la realización de la obra llegó con 137 años de tardanza. Sí, se estaba construyendo sin permiso urbanístico desde 1882.

Se descubrió en 2016

Es decir, la obra emblemática, “la” postal... permaneció en la “ilegalidad” durante bastante más de un siglo. En efecto, según se descubrió en 2016, se estaba construyendo sin permiso urbanístico.

Y el año pasado el ayuntamiento concedió finalmente esa licencia de obra (por 4,6 millones de euros) al templo católico.

La responsable municipal de Urbanismo, Janet Sanz, fue la encargada de realizar el anuncio, cubrir el tiempo con un manto de comprensión, encajar las piezas y finalmente celebrar  que se haya conseguido “resolver una anomalía histórica de la ciudad: que una obra emblemática como la Sagrada Familia no tuviera licencia de obras y se estuviera haciendo de forma ilegal”.

Hasta 2026

El permiso obtenido por la junta constructora actual de la basílica contempla la finalización del templo en 2026, con una altura máxima de 172 metros y un presupuesto de 374 millones de euros.

¿Cómo fue que sucedió? La junta encargada de su construcción hasta la finalización argumentó que Gaudí solicitó permiso de obra en 1885 al ayuntamiento de Sant Martí, un pueblo ahora absorbido dentro de Barcelona, del que nunca llegó a recibir respuesta.

En las negociaciones de estos últimos meses con el ayuntamiento que conduce la alcaldesa independentista Ada Colau también se acordó el pago de 36 millones de euros adicionales al erario público para contribuir a la mejora del urbanismo, la movilidad y la limpieza del monumento y sus inmediaciones.

Patrimonio Mundial

Esta obra fundamental del catalán Gaudí fue declarada en 2005 Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Es el monumento más visitado de Barcelona (registra el paso de 4,5 millones de personas aproximadamente cada año), y uno de los principales atractivos turísticos del país.

Su construcción, financiada inicialmente por las donaciones de los fieles y últimamente por las entradas de los turistas.

Se prevé que se termine, como se dijo, en 2026, coincidiendo con el centenario del fallecimiento de Gaudí por el atropello de un tranvía.