Curiosidades

Ladrillo y barro

En una recorrida por Villa Nueva, un fotógrafo de El Diario advirtió que algunas roturas por reformas ponían al descubierto antiguas paredes de ladrillos ligados con barro
miércoles, 12 de agosto de 2020 · 10:01

Según Wikipedia, la palabra adobe “proviene del árabe al-tub (طوب)”. La enciclopedia indica que “se trata de una masa de barro, mezclado a veces con paja”. Puede ser moldeada en forma de ladrillo y secada al sol o bien usada para ligar ladrillos cocidos, piedras u otros elementos que le sean amigables, con fines constructivos.

Ese compendio de información para cibernautas agrega que el uso de esa técnica “está extendido por todo el mundo, encontrándose en muchas culturas que nunca tuvieron relación entre sí”.

Una de las ciudades conocidas más antiguas, Çatalhöyük, en Anatolia, del VII milenio antes de Cristo, tenía las casas construidas con adobe.

En el Antiguo Egipto se empleó frecuentemente el adobe, elaborado con limo del Nilo, en la construcción de casas, tumbas (mastabas), fortalezas, e incluso palacios, aunque los egipcios también fueron los primeros en emplear la piedra tallada para erigir templos, pirámides y otras edificaciones monumentales...

Pero acerquémonos, porque Villa Nueva está acá nomás...

Los antiguos pobladores de estas tierras también emplearon el barro en la construcción. En la vecina ciudad, fundada en 1826, se utilizó hasta avanzado el siglo pasado. Hay casonas en pie, algunas de ellas construidas entre 1920 y 1930, que todavía muestran paredes de ladrillos ligados con barro. Esa modalidad de edificación salta a la vista ante la necesidad de hacer una ochava u otras reformas, tal cual lo detectó en estos días uno de nuestros fotógrafos.

Como en muchos lugares del país, la modalidad fue perdiendo arraigo con el advenimiento de la cal y de algunos intentos criollos como la Fábrica de Tierra Romana que instaló Tomás Fuhr en Remanso Valerio, Santa Fe, o La Primera Argentina, de Juan Bialet Massé, en nuestra provincia, más precisamente en los solares en los que se levantó el poblado que lleva su nombre en la actualidad (para la elaboración de las cales y cementos que luego se utilizaron para la construcción del muro del dique San Roque).

Ambos emprendimientos están citados en un trabajo de Adrián Pifferetti para la Universidad Nacional de Rosario. El estudioso sostuvo allí que los mismos no perduraron “no solo debido a la competencia del cemento europeo, sino también a la falta de una práctica concreta de construcción con argamasas o mezclas cementicias fuera de la obra pública y la religiosa”.

Pero ese pasado que vuelve a través de las instantáneas tomadas por Roberto Zayas en Villa Nueva, se instala de lleno en el presente cuando vemos que en los últimos años hubo un crecimiento exponencial de construcciones en barro: en la Quebrada de Humahuca existen planes de viviendas estatales en barro, como en Purmamarca, donde además de casas para los pobladores se levantaron hasta hoteles con esta técnica; también en el valle de Uco, en Mendoza, encontramos la Capilla de la Gratitud ligada con barro. Y hasta en nuestra provincia hay ecobarrios, como Villa Sol, en Salsipuedes...

Se trata de una técnica amigable con el ambiente, que crece nuevamente desde el pie. Así, puede que en una misma foto aniden el pasado y el presente. Y, tal vez, hasta el futuro. 

 

Revalorizando la arquitectura indígena

Se realizó el segundo encuentro del Coloquio Virtual de Arquitectura Indígena sobre la temática “Las tecnologías del agua en la América prehispánica y su vigencia en el presente”.

La actividad se extenderá hasta noviembre.

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