Innovación

Otro ladrillo en la pared

El inventor apuntó sus investigaciones a la construcción sustentable y, en ese marco, empezó a hacer ensayos hasta crear un bloque de de tres capas, dos de ladrillo y un núcleo aislante que las une
miércoles, 17 de agosto de 2022 · 08:43

Mauro Querejeta, perteneciente a una familia de San Martín de los Andes, Neuquén, y que lleva más de 40 años en la venta de materiales para la construcción, creó su propia empresa en la Ciudad de Buenos Aires, donde alumbró una idea que ya patentó y que se perfila como el invento del año para el sector.

Como una de sus mayores preocupaciones es el cambio climático, Querejeta apuntó sus investigaciones a la construcción sustentable y, en ese marco, empezó a hacer ensayos hasta crear un bloque de tres capas, dos de ladrillo y un núcleo aislante que las une.

Se trata del ladrillo eficiente Qbrick, (patentado con el número AR096569B1), “con el cual se logra construir paredes y muros en forma práctica y sencilla, con el agregado de brindar una alta capacidad de aislación térmica y acústica que lo diferencia de sus similares ladrillos que existen actualmente (sean de hormigón, de arcilla o los que se hacen a través de componentes simples, principalmente arena combinada con cemento, cal, y un agente expansor)”, explicó el creador.

Agregó que, dada la gran posibilidad de combinaciones entre ladrillos y aislantes, los niveles de valor K (el valor K refiere a la conductividad térmica de los elementos; cuanto menor es el valor K de un elemento, mayor es su propiedad aislante) llegan a capacidades extraordinarias”.

“Esto da como resultado un mampuesto con real ruptura de puente térmico, sin cambiar en absoluto el tratamiento en obra ni la manera de construir muros tradicionales”, dijo.

Gracias a este nuevo producto, se podría ahorrar en el consumo de luz y gas, ya que el ladrillo retiene el frío o el calor de un hogar.

El inventor explicó que el proceso de presentar la patente para su nuevo invento fue un trabajo muy complejo (tardó 7 años desde el comienzo de la investigación, las pruebas pertinentes y el patentamiento ante el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial).

Según informó Querejeta, ya está en contacto con empresarios a quienes la idea les resultó de gran interés. Sin embargo, aún el ladrillo no se puede comprar.

 

Hace 10 años...

Se trata de una nueva idea proveniente de las puertas de la Patagonia. La anterior, data del año 2012, tras la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, aquella que  llevó a evacuar a centenares de personas en la Patagonia, declarar la emergencia agropecuaria, y a cancelar vuelos.

Los millones de toneladas de cenizas produjeron problemas económicos, pero también hubo un grupo de investigadores científicos que se pusieron a pensar cómo sacar provecho de semejante desastre.

Y una respuesta fue el desarrollo de los ladrillos hechos con ceniza volcánica.

Los ladrillos fueron una idea de los arquitectos Marianela Romero Hamsa y Álvaro del Villar, quienes formaban parte del programa de emergencia volcánica coordinado por la Universidad Nacional de Río Negro e integrado por otras universidades e institutos científicos, que contaba, además, con el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

“Nos preocupaba la gente sin una vivienda digna. Cuando vimos la enorme cantidad de ceniza, pensamos en usarla con una máquina que fabrica bloques para construir viviendas sociales”, contó Romero por entonces.

Para esos ladrillos no se necesitaba usar mezcla con cemento, ya que venían con un sistema de encastres que permitía unirlos y secarlos al natural.

Luego, no fue posible la producción a gran escala.

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