La arquitecta Georgina Garbarino nos habla de su experiencia en la construcción de la cárcel
El nuevo módulo de Bouwer, con sello villamariense
Georgina Garbarino es una arquitecta villamariense (MP?12.388) que tuvo a su cargo parte de la construcción del nuevo módulo de la cárcel de Bouwer.
“La empresa que se adjudicó la obra total tercerizó algunas áreas. Fuimos seleccionados para erigir la estructura o esqueleto de una parte de esa gran obra, que está pensada como las cárceles de Estados Unidos, con las celdas alrededor de un patio”, dijo en diálogo con El Diario la profesional.
“Las áreas que yo ejecuté fueron específicamente en el sector de servicio para los oficiales (dormitorios, baños), el sector comedor para todo el personal, el de educación y capacitación (escuela y biblioteca), el área traslados y comisiones, el de servicio médico con enfermería, farmacia, guardia e internación, el sector asistencial con sus oficinas para consultorios de psicología, asistencia social, judicial y el área de monitoreo”, mencionó.
La obra total, que prevé la ampliación de la capacidad de alojamiento de la cárcel de Bouwer, tiene una extensión a lo largo de 150 metros y 35 metros de ancho, desarrollados en dos niveles planta baja y planta alta. Se erige en torno a un patio abierto general y a patios cerrados en cada uno de los ocho pabellones, con espacio para 48 internos cada uno. En esos pabellones hay 12 celdas -seis en planta baja y seis en planta alta-, para cuatro internos cada una, con un baño privado y dos cuchetas. “Esta ampliación tiene la capacidad para albergar a 400 reclusos”, indicó.
“Imaginátelo como una pastilla rectangular, que tiene espacios llenos con estructura y vacíos. Esos vacíos son los patios internos que tienen puertas que se van cerrando, lo que permite que cada espacio sea independiente entre sí”, dijo.
La obra es de muy buena calidad. Lo pudo corroborar con el testimonio de un trabajador de la construcción. “Él había estado preso y me comentó que no es usual que haya cárceles así, con calefacción y aire acondicionado, además de celdas más grandes”, relató. “Igual, hay que decir que al ver cotidianamente la situación de encierro, uno aprende a darle más valor a la libertad”, señaló.
Desde abril a diciembre del año 2021, Georgina ingresaba todos los días al gran predio donde está la cárcel de Bouwer a las ocho de la mañana y, después de pasar dos controles, ponía manos a la obra; quedándose en el lugar hasta las 18, cuando terminaba la jornada. “Llegamos a trabajar, en el sector que me adjudicaron a mí, con unas 20 personas”, explicó.
“Bouwer es como una gran ciudad, y si bien los presos están lejos de la obra, siempre te cruzabas con las visitas y con los detenidos que tienen buena conducta, quienes pueden hacer tareas de mantenimiento”, dijo.
Al consultarle sobre lo que significó tener la responsabilidad en la construcción de una parte de ese nuevo módulo de Bouwer, Garbarino valoró el proceso desde lo profesional, pero también desde lo que aprendió en otros sentidos. “Los días de visita, veías a mujeres, porque el 99% eran mujeres, que iban cargadas de bolsos con comida o ropa para llevarles a sus maridos, novios o hermanos. No veías lo mismo en el sector de las mujeres presas, no venían los varones a la visita. Por eso, siento mucho respeto y consideración por todas, especialmente las mujeres, que en estas circunstancias tienen como una carga extra”, concluyó.
?Obra: Servicio Penitenciario de Córdoba, Complejo Carcelario Nº 1 - Rvdo. Padre Luchesse.
Ubicación: pasaje Alto Durazno, ruta 36, km 797, Departamento Santa María.
Información técnica: largo 150 metros y de ancho 35 metros desarrollados en dos niveles, planta baja y planta alta.
Cuenta con diferentes áreas y un patio abierto general y patios cerrados en cada uno de los ocho pabellones, con espacio para 48 internos, respectivamente. En esos pabellones hay 12 celdas, 6 en planta baja y 6 en planta alta, para cuatro internos cada una, con un baño privado y dos cuchetas. Cada pabellón cuenta con su propia zona de servicio de cocina y duchas.
Esta ampliación tiene la capacidad para albergar a 400 reclusos.