Capilla Buffo

Monumento al Amor

miércoles, 6 de septiembre de 2023 · 08:50

Centro de la Reserva Natural, Hídrica y Recreativa Los Quebrachitos se erige radiante una joya arquitectónica. Se trata de la Capilla de Buffo, una obra con forma de ojiva, construida por el italiano Guido Buffo en homenaje a Leonor Allende, la esposa y Eleonora, la hija. Ambas murieron de tuberculosis.

Es, según define el área de Turismo de Córdoba, “el mayor monumento dedicado al amor en la provincia”.

Tiene entre sus formas reflejado el conocimiento en ciencias naturales del creador, como así también obras de arte que plasmó en los frescos que recuerdan a su familia.

La capilla de color blanco, construida en 1940, resalta con su cúpula ojival en medio de una gran postal serrana.

En su interior se observan múltiples símbolos y pinturas relacionadas con la astronomía, la metafísica, la música y la filosofía. “Estas fueron disciplinas a las cuales Buffo les prestó mucha atención”, indican.

El arquitecto rosarino Horacio Quiroga la describió así: “Tiene, a la vista, tres volúmenes: uno, quizá el menos expresivo, es su estudio, un cubículo con una puerta. Un par de torres que se pueden vislumbrar una vez que se ha podido quitar la vista del objeto más significativo, una extraña cúpula que no puede ser calificada como “cónica”, ya que sus bordes son levemente curvos. Se trata de una forma inspirada en el cáliz de una flor muy común en la zona, llamada Cardo Santo. También la entrada conserva este diseño cónico curvo. Todas las terminaciones de los campanarios y la gruesa moldura que decora la entrada tienen una decoración dentada, una suerte de rudo “art déco”.

La cúpula tiene en su extremo superior raros agujeros de distintas medidas, son enormes bolas de vidrio insertas en el espesor del muro que iluminan el interior, lo hacen de una manera intencional y premeditada. Según la hora del día iluminan las partes más relevantes de las pinturas que se encuentran en el interior, y hasta se dice que en los días de cumpleaños de sus amadas muertas una lucerna ilumina el rostro y recorre el cuerpo a lo largo de la jornada.

Guido Buffo llegó a Argentina desde la ciudad italiana de Treviso, donde nació, en 1910. En 1914 se casó con Leonor Allende, periodista cordobesa. En Rosario, donde residían, nació su única hija, Eleonora, en 1917.

Queda por relatar quizá lo más difícil: el extraordinario espacio interior de la cúpula. Sus muros fueron íntegramente pintados al fresco por el propio Buffo, en forma completa y total. Primero revoque de una parte de cal y dos de arena gruesa, luego una delgada capa de fino sobre la que se comenzaba a pintar a pincel con ‘paleta de pocos colores: Windsor y Newton’ al decir de Guido. Se pueden apreciar formas tremendamente significativas que van desde unas manos de diáfana transparencia sosteniendo con suavidad una burbuja que parece flotar, en una suerte de representación divina, hasta varias imágenes de sus mujeres fallecidas, siempre cubierta de tules y sedas. El piso es otra tremenda exposición de objetos, las lápidas de Elenora y Leonor y del propio Buffo, por delante de un altar construido sobre un grueso tronco, y una serie de planetas relacionados con la presencia de los péndulos de Foucalt”.

En el mismo lugar, junto a la capilla, se encuentra la casa y museo de Guido Buffo. En ella se pueden encontrar obras de arte, fotografías y estudios científicos que le pertenecieron.

Para visitar la capilla hay que reservar turno previamente a través de los canales de comunicación de Unquillo:

Teléfono: 03543-483438 / +54 03543 15610255

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