Habitar las corporalidades a través del yoga

Escribe Ailín Peirone

ESPECIAL PARA EL DIARIO

Hablamos con Regina Magnalardo, profesora y practicante de yoga para hablar sobre la disciplina como forma de vida, su acercamiento a ella, los estilos que existen, las posturas más usadas y sus beneficios.

Regina comentó que el yoga es una conducta integral que propone y busca la unión del cuerpo, la mente y el espíritu mediante una serie de pasos que incluyen códigos éticos, manejo de la respiración, técnicas de concentración, trabajo corporal a través de las posturas y meditación. “El yoga no es una actividad física, no es un deporte ni una religión. Es una herramienta transgeneracional al servicio de la evolución humana, es una disciplina”, explicó.  Según la entrevistada “el objetivo de la práctica es alcanzar el Samadhi, un estado de integración espiritual de armonía”.

En cuanto a la propia práctica, comenta que el yoga le cambió la vida, sobre todo en el autoconocimiento personal que pudo lograr a través de su realización. “El yoga es un espejo que me permitió pensar patrones propios de comportamiento, entender mis bloqueos y enfrentarme a ellos. Es una devolución constante”, refirió. En este sentido, explicó que ve a la colchoneta mat como un espejo y que “la reacción ante cada asana (postura) es la actuación en la vida real”. Añadió que le ayudó a mejorar el respeto por la disciplina, conectarse con la responsabilidad y mejorar la respiración.

En cuanto a los beneficios generales de su realización reveló: “La práctica comprometida y sostenida en el tiempo ayuda a despertar la conciencia sensorial, nos vuelve más receptivos, mejora la concentración, es ideal para corregir la mala postura, aporta flexibilidad y fuerza”.  En este sentido, agregó que su ejecución nos devuelve una memoria del cuerpo que el día a día y las exigencias nos han quitado.

 

Estilos y origen del yoga

En cuanto a los diversos estilos que existen, refirió que el yoga es uno solo y lo que varía son los métodos para acercarse al objetivo. Algunos de los más conocidos estilos son: Vinyasa, Ashtanga, yoga dinámico, Iyengar, Hatha y Nidra.

El estilo en el que la entrevistada se especializa es el yoga dinámico estilo Vinyasa, el cual propone una conexión entre la respiración y el movimiento que mejora la capacidad pulmonar. A su vez, beneficia la concentración, la coordinación entre las partes del cuerpo y la tonificación de los músculos.

En cuanto al origen del yoga, los textos que dan principio a la disciplina como la conocemos en la actualidad son, según la entrevistada, los Upanishads y Sutras de Patanjali que provienen de la India entre el siglo III y VIII aC. Sin embargo, Regina comenta que hay registros de hasta cinco mil años de antigüedad, por ejemplo, en Mohenho Daro, en el antiguo Valle del Indo.

 

Habitar las corporalidades

La profesora comenta que el yoga es una forma de habitar el cuerpo con plena conciencia, “desde la presencia amorosa y viendo al cuerpo como un medio para el autoconocimiento de lo que somos”. “En el caso de las asanas (posturas), me gusta pensar que las usamos para ingresar al cuerpo y no al revés. El yoga es una herramienta para habitarnos, para despertar y atender nuestras sensaciones, ya que cada célula del organismo guarda en sí misma nuestra historia personal”, agregó.  

 

Su acercamiento a la disciplina

Regina realizó el profesorado en la Alianza Cordobesa de Yoga y su primer día de cursado fue al mismo tiempo la primera vez que realizó la práctica. “Lo viví como un encuentro trascendental, soy una enamorada del yoga desde ese día. Mi vínculo con el yoga me sorprende y motiva día a día”, explicó.

Luego, cuando terminó la formación le ofrecieron dar un taller de yoga y literatura en el Hospital Colonia Vidal ABal en Oliva y aceptó.  “Fue una experiencia fundamental y hermosa que me llevó a continuar dando clases todos los días en la ciudad de Villa María”, añadió.

En cuanto a sus clases comentó que es una afortunada ya que las personas que van son dedicadas, le consultan ejercicios para realizar posteriormente en la casa, recuperan las prácticas y son estables. “Tengo la suerte de poder ir viendo el avance de los practicantes porque son frecuentes y estables a lo largo del tiempo. Más allá de los cambios físicos (que se notan en un mes) puedo ir viendo cómo se van compenetrando con la disciplina. Noto cómo van reconociendo el yoga como forma de autoconocimiento”.

 

Consejos a las personas que no han probado el yoga

En primer lugar, Regina explicó que deben definir cuál es el tipo de yoga adecuado para los gustos de cada persona. “Que piensen qué tipo de yoga les resuena ya que hay mucho mito y prejuicio con respecto a la práctica, y la realidad es que hay tantos estilos, métodos y formas de dar clases como practicantes en el mundo”, definió.

Luego, manifestó que se debe buscar un profesional amoroso, responsable y sobre todo comprometido con la práctica. Ese profesor o instructor es importante que tenga conocimientos de anatomía para poder ser considerado con la disciplina, poder observar nuestras posibilidades y limitaciones en la ejecución de las posturas y evitar lesiones. Todas las personas pueden hacer yoga, se trata de un proceso personal donde cada persona debe respetar el propio cuerpo para progresivamente ir mejorando.

Asanas (posturas) más utilizadas 

Le consultamos a Regina sobre las posturas más recurridas y cuáles son los objetivos de cada una de ellas.

•Adho Mukha Dvanasana (postura de la carpa): sirve para estirar los posteriores de las piernas, alinear la espalda y descomprimir los músculos de la caja torácica. Al mismo tiempo fortalece los músculos de la espalda, las piernas y el abdomen.

•Chakrasana (postura de la rueda): permite ampliar la caja torácica beneficiando la respiración, relaja la columna y la fortalece. También trabaja sobre la apertura de la cadera, favorece la concentración y sirve como desbloqueo espiritual ya que alinea y armoniza los chakras.

•Virabhadrasana (postura del guerrero): fortalece los músculos de las piernas (sobre todo los cuádriceps) y ayuda a alinear la columna.  Energéticamente permite conectar tierra y cielo (lo masculino y lo femenino), siendo una postura que estimula mayormente la energía masculina.

•Balasana (postura del niño): es una postura de relajación, se utiliza para descomprimir la zona lumbar y relajar los músculos de la columna. Ayuda a buscar tranquilidad de una manera introspectiva simulando la posición fetal.

 

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