DESTACADOS 2019 Marcos Goymil, fotógrafo premiado

En diálogo permanente con la imagen

Con su último trabajo, “La métrica y la lágrima”, ha cosechado varias distinciones a nivel nacional. Por otra parte, ha coordinado talleres y curado muestras en nuestra ciudad. Ahora anhela rescatar el legado de César Lisignoli y el Museo Antártico

Escribe Juan Ramón Seia DE NUESTRA REDACCION

Con tus obras has alcanzado un aval destacado tanto en premios como en el reconocimiento de pares. ¿A qué lo atribuís, a la trayectoria desarrollada? ¿A la calidad de las obras?

- Creo que desde que vi aparecer la imagen en la superficie de un papel fotográfico en el cuarto oscuro (a mediados de los 90), no he hecho otra cosa más que estar en diálogo permanente con este medio. Y en todos estos años participé de numerosos concursos sin lograr resultados tan positivos como con mi último trabajo, “La métrica y la lágrima”. Este proyecto pretende ser un viaje de regreso imaginario, a aquellos lugares  y las cosas a las que nunca podremos volver a ver de la misma manera. Es un trabajo que me permitió ser lo más honesto posible conmigo, desde las formas que ha tomado y los cruces de diferentes disciplinas y géneros conque fue abordado. Absolutamente liberador.

-También estuviste curando muestras en la Usina  Cultural y coordinando parte de talleres, en las últimas temporadas, en el Museo Bonfiglioli. ¿Cómo te has sentido en ambas experiencias?

- En la experiencia de compartir  conocimientos con los demás, existe una gran devolución, que se manifiesta tanto en el entusiasmo, como en las preguntas,  los puntos de vista y  los debates. No puede ser más enriquecedor. En el Museo Bonfiglioli he tenido la suerte de poder dar los seminarios de Historia de la Fotografía y Fotografía Contemporánea, como así también el Taller de Creación de Proyectos Fotográficos. De este último realizamos una muestra con los trabajos de los participantes, titulada “Dramaturgia de la representación”. Este año, también pudimos realizar en el Museo una muestra de retratos con un grupo de artistas-fotógrafos llamada “Identïtas, indagaciones sobre el retrato” y diversas actividades, como una maratón de retratos abierto a toda la comunidad.También desde el grupo  de fotografía que coordino en mi estudio “La visibilidad es una trampa”, exhibimos las producciones de todo el año en la Usina Cultural. Quiero mencionar lo importante que es tener un lugar para los artistas, como el Museo Bonfiglioli, que en los últimos años ha desarrollado un destacado programa de formación, como así también la calidad de sus muestras y el equipo humano que lo integra.

-¿Cómo apreciás la escena de la producción fotográfica en Villa María y la zona? ¿Notas cierta evolución?

- A la producción fotográfica habría que dividirla en dos campos: el de la fotografía aplicada (la que se realiza con una finalidad comercial), y la que se realiza como medio de expresión y de reflexión.

En la primera, cada vez más gente se ha ido formando, acorde a las necesidades y los cambios que se van dando en nuestra sociedad (en el caso de Villa María esto no ha sido menor). Y en la fotografía artística, las producciones son cada vez de mayor calidad. Se han podido ver, muestras cuidadas desde su presentación, contenido y trabajo curatorial. Las actividades en los diferentes espacios culturales tales como el Museo Bonfiglioli, la Usina Cultural, el Centro Comunitario Leonardo Favio y la Fotogalería de la Universidad, han ayudado a la fotografía para que tenga un lugar en la escena artística de la ciudad.

 

Al rescate de Lisignoli

-¿De qué manera tenés planeado 2020?

- Este año voy a presentar una muestra (con el apoyo de la beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes), que busca recuperar el legado de César A. Lisignoli en la ciudad, a través de la recuperación de las piezas del Museo Antártico. Me interesan las intenciones con las que fue creado su museo, que era la de acercar y crear conciencia sobre la protección de la Antártida y el estudio de los glaciares. También mi espacio “El Cubo Blanco” cumple cuatro años, y ampliamos la propuesta formativa, sumando nuevos talleres y workshops en torno al estudio de la fotografía y los usos de las imágenes.

En noviembre se presentó una muestra del estudio de Goymil en la Usina Cultural

Distinciones

Nació en Arrecifes, Argentina en 1976. Estudió en la Escuela de arte fotográfico de Avellaneda y se formó en los talleres de Humberto Rivas, Francesco Jódice, Lucas Di Pascuale y Hernán Camoletto. Fue becario en el taller de Creación artística coordinado por Francesco Jódice en la Casa Encendida (Madrid) y en el programa de formación de Proyecto Imaginario coordinado por Martín Estol y María Elena Méndez (Buenos Aires). Entre sus premios y distinciones se destacan: la Beca a la Creación Artística en Artes Visuales otorgada por el Fondo Nacional de las Artes, primer premio en el VI Premio AAMEC de Fotografía Contemporánea Argentina, mención especial en el Festival Argi Arantzazu (País Vasco), finalista en el premio de fotografía El Cultural (Madrid, España), cuarto premio en Buenos Aires Photo 07, mecenazgo a las Artes Visuales (Villa María), segundo premio en el certamen “Villa María escrita con luz”, finalista en el premio de Fotolibro Latinoamericano del centro de Fotografía de Montevideo (Uruguay), finalista en el Premio Lariviere de Fotolibro (Buenos Aires) y seleccionado en Scan PhotoBook (Tarragona).

 

 

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