¿Qué hay detrás del telón colonial? Las dos caras de Cartagena de Indias

Escribe Jorge Paulo Reyna* ESPECIAL PARA EL DIARIO

El 24 de enero de 2020 toqué la costa colombiana, en una de las principales ciudades de Colombia, la famosa Cartagena de Indias, “la heroica” en honor a los episodios más crueles soportados por su gente en 1815, donde la ciudad fue atacada a cañonazos, por tierra y mar, dirigido por las tropas de Pablo Morillo, encomendado por Fernando VII para reconquistar estas tierras, que en 1811 eran declaradas en libertad absoluta de España. El pueblo se defendió y resistió hasta que cedió. El motivo de mi viaje a estas tierras fue las ansias de realizar un intercambio estudiantil y tener la oportunidad de empaparme de una nueva cultura, teniendo la posibilidad de conocer otra visión del mundo a través de nuestro país hermano colombiano. La realidad que me imaginaba no iba más allá de las imágenes o las historias que pude leer por Internet, sobre una ciudad destacada, admirable,  mágica como pocas, con una esencia que te transporta a la época colonial, contemplando historia por cada rincón. Alcanza con caminar por el centro histórico, rodeado de sus antiguas y coloridas estructuras, abrazado por las hermosas y floridas enredaderas, hogares con balcones coloniales de película, con carretas y caballos transportándote a aquellos años de su independencia, o también los hermosos atardeceres en esas cálidas playas que rodean la ciudad.

Pero todas estas cualidades son observadas solamente por los turistas que visitan a esta ciudad, o por los pocos cartageneros que están abstraídos de la mirada íntegra de Cartagena, ya que este cuento mágico corresponde a una pequeña porción de su geografía. Básicamente, se hace referencia a un telón, donde realmente detrás de este, existe  otra ciudad en un contraste totalmente diferente.

Al otro lado de la vereda, nos topamos con cientos de mototaxistas en busca de pasajeros, siendo esta unas de las principales fuentes de trabajo informal en la ciudad amurallada. También están los “sparrys”, ayudantes de buses, que pegan su grito en alza hacia la calle para que todos escuchen cuáles son las siguientes paradas, o los vendedores callejeros en todas las esquinas, con sus ricas arepas rellenas de queso costeño, butifarras bien calentitas, “bollos” congelados de diferentes sabores y “deditos” fritos; o nos podemos topar con  el famoso mercado de Bazurto, donde existen un despliegue gastronómico delicioso, con todas las comidas típicas de la costa, como los pescados frescos del día rebozados en aceite, el dulce arroz de coco, patacones fritos o los sancochos trifásicos de carne de vaca, cerdo y pescado, aunque con poca preocupación por la higiene. En el mismo mercado, encontramos también todo tipo de ropa, y accesorios para el uso cotidiano, a precios relativamente bajos. Siempre aplicando la técnica del regateo, donde el precio es una disputa entre el vendedor y el cliente, llegando a un valor de común acuerdo.

Hay que destacar también, que existen barrios marginados, donde  no llegan los servicios públicos y combatir el hambre se transforma en el principal objetivo del día. Toda esta transformación, se da en el trayecto de veinte minutos en colectivo, dejando atrás a la otra parte de la ciudad, esa que se lleva siempre la mejor mirada del mundo, la que está rodeada de una muralla llena de historia, y abundante polvo mágico colonial. Los barrios con menor proporción de pobres se ubican frente a la costa del mar Caribe. Por otro lado, los más pobres se sitúan en las laderas del Cerro de la Popa y a orillas de la Ciénaga de la Virgen.

A través de mi condición de estudiante de intercambio estudiantil en la Universidad del Sinú Seccional Cartagena tuve la posibilidad de palpar de cerca la realidad de un barrio marginado en la ciudad, observando su calidad de vida y su convivencia con todos los factores negativos que deben afrontar día a día. Así, pude formar parte del proyecto que involucra a la comunidad de Villa Corelca, con el fin de aumentar sus condiciones de vida y su potencial empresarial, llevado a cabo por la Escuela de Administración Internacional de Negocios de la Universidad del Sinú.

Hace más de 30 años que estas familias, al no tener ninguna respuesta o expresión de voluntad por parte del Gobierno, estuvieron obligadas a tomar los terrenos para constituir sus hogares. Estos, se encuentran al lado de grandes firmas empresariales de la ciudad, dedicadas a la producción y distribución de energía en las zonas industriales de Cartagena y otras del tipo de metal mecánicas volcadas a la producción de tubos y varillas en hierro, que claramente, tienen intereses opuestos a la comunidad con respecto a su lucha territorial, donde ven vulnerados sus derechos. Por este motivo, se da lugar a la lucha sobre la legalización de los terrenos en donde viven, ya que según la Ley Nacional, la propiedad les corresponde a los vecinos por la prescripción adquisitiva de dominio al superar las tres décadas de hábitat en esas tierras. Nuevamente se está haciendo oídos sordos con respecto al reclamo, evitando así la aceptación de los derechos adquiridos a la comunidad, incentivando los intereses de las compañías.

Existe un temor, por parte de los vecinos, de denunciar a las empresas por malas prácticas ambientales, ya que eleva las probabilidades de rechazo o negación para acceder a los puestos de trabajos.

También, pude observar una carencia en lo que respecta al saneamiento básico del vecindario, falta de los servicios públicos, como el agua potable, gas natural, energía eléctrica, pavimentación en sus calles, y hasta  el alcantarillado. Resaltando, las complicaciones que tienen estas familias para acceder al servicio de salud y a la propia educación.

Me llamó mucho la atención  ver a los niños y niñas jugar de una manera normal al borde de una torre de energía que abastece a las industrias cercanas, con un cartel que hace referencia al peligro de tocar a mano desnuda una de estas gigantes, ocasionando la muerte. También me sorprendió el hecho de que al no tener alcantarillado, el agua que rodea los humildes hogares, con construcción de madera y chapas, tiene un color negro y grisáceo, muy viscoso, abundando el mal olor debido a la putrefacción de todos los desechos que contiene la misma.

Cabe destacar, la iniciativa de la Universidad del Sinú, en realizar un censo en la comunidad, ya que ni siquiera el Departamento Administrativo Distrital de Salud la tuvo en cuenta para realizar el último censo, según la investigación universitaria.

Es un barrio, en donde viven más de 1.080 familias en condiciones de vulnerabilidad en termino sociales, salubres, educativos, y económicos. Esto es parte de la situación en la que se encuentran estas personas en la segunda Cartagena de Indias, donde el Gobierno brilla por su ausencia, en el sentido de la omisión de la responsabilidad social, con una carencia en la planificación al barrio, respaldando principalmente a las empresas linderas.

Por eso es necesario un trabajo articulado en este territorio, que sea en conjunto por varios actores. La comunidad, el Estado, las empresas aledañas y el vínculo con una institución educativa (en el caso de Villa Corelca, con la Universidad del Sinú) son las principales pilares que tienen las cartas para poder proyectar el futuro de estos barrios y lograr las oportunidades necesarias para crear en sus integrantes las competencias necesarias para involucrarse en un mercado laboral formal, apuntando a la dignificación del ser humano.

La investigación universitaria que se está llevando a cabo tiene un rol primordial, ya que es unos de los elementos potenciadores para aportar conceptos educativos y también referidos al punto de vista de la logística, administración y el desarrollo empresarial, despertando todas las herramientas que tienen vulneradas estas personas, para un mejor desarrollo socioeconómico, motivándolos hacia su propio emprendimiento.

Vemos dos Cartagena en una misma geografía, tan cerca, pero alejadas a la vez, tapadas o separadas por un gran telón.

 

 

*Estudiante de la UNVM de intercambio en la Universidad del Sinú seccional Cartagena

 

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