NOTA Nº 622, escribe Jesús Chirino

Encuentro de Salomón Deiver y Carlos Gardel

Días pasados, en este mismo espacio, publicamos una nota acerca de la visita de Carlos Gardel a Villa María, en agosto de 1933. El aniversario de ese importante acontecimiento artístico fue recordado por un lector de La Playosa que se comunicó hablando del mismo

Historia repetida en la familia

Nació hace 81 años, en diciembre de 1938, y en su primera infancia vivió en una casa ubicada en Catamarca 1066, entre las calles General Paz y Leandro N. Alem, a media cuadra de las vías ferroviarias. Relata que a esa misma casa supo llegar Carlos Gardel en oportunidad que vino a desplegar su arte en el Teatro Capitol de la calle Yrigoyen. La jovial Beba recuerda que esa historia siempre estuvo presente en su familia. Dice que el Morocho del Abasto, como solía nombrarse al popular cantor, bajó del tren y caminó por “el veredón” del ferrocarril, llegando a la altura de la calle Catamarca, cruzó la calle Alem. Sus pasos recorrieron media cuadra por la vereda de esa arteria vial. Luego que sonara el llamador de la puerta de la casa, salió a recibirlo Salomón Deiver, director de Tercero Abajo, entonces el periódico más importante de la ciudad. Beba no recuerda los motivos que llevaron a que Deiver viviera en esa casa propiedad de su madre heredó junto a tres hermanas.

Rosalía señala que este acontecimiento, sucedido antes de su nacimiento, era narrado por el señor Raúl Cuello, emparentado con la familia Neyra, a la cual pertenecía la esposa de Salomón Deiver. Fue una historia que siempre se repitió en su casa, la misma bajo cuyo techo charlaron los protagonistas del referido encuentro. La construcción actualmente no existe, pero perdura el recuerdo de los dos hombres sentados a la mesa, tomando mate y dialogando acerca de diversos temas. La palabra de Beba nos trae el recuerdo de aquel encuentro, que está mencionado, sin citar fuentes, en uno de los libros de Rubén Rüedi. Nuestra lectora nos refuerza la certeza de la historia en base a las fuentes mencionadas.    

 

Contexto político

Por entonces la Intendencia local era ejercida por Eugenio Parajón Ortiz, político de origen radical que había desoído el llamado a la abstinencia realizada por su partido luego del golpe de las elecciones del 5 de abril de 1931 en la provincia de Buenos Aires, ganadas por el radicalismo y anuladas por el dictador José Félix Uriburu.

 

En sus inicios Carlos Gardel fue muy cercano a los hombres del Partido Autonomista Nacional (PAN), nucleamiento político conservador fundado por Julio Argentino Roca que gobernó el país desde 1874 a 1916, año en que Hipólito Yrigoyen llegó al poder. Cuando el 6 de septiembre de 1930 se derrocó al legítimo gobierno popular de Yrigoyen, Gardel asumió una posición de apoyo al golpe de Estado y grabó el tango “¡Viva la Patria!” con música de Aieta y letra de García Jiménez. Esto lo enfrentó a los sectores yrigoyenistas de la Unión Cívica Radical, los cuales llegaron a boicotear algunas de sus actuaciones.

En Villa María vivía el médico y político Amadeo Sabattini, vecino muy popular que llegaría a ser gobernador de la provincia y figura destacada de la política nacional. Deiver, cercano a Sabattini, se transformaría en una figura destacadísima del radicalismo local, llegando a ocupar dos veces la intendencia local entre (1940/1943 y 1958/1960). Luego del golpe de Estado del 4 de julio de 1943, surgida la figura de Juan Domingo Perón, sumaría su apoyo al coronel, al igual que  lo hizo parte de la militancia radical. El Turco, como apodaban a Deiver, básicamente fue una personalidad que supo engarzar el sentido popular del radicalismo yrigoyenista y sabattinista con aquello similar que estaba surgiendo.

 

Unidos por un origen humilde

No sabemos acerca de qué hablaron Gardel y Deiver, pero no es un dato menor que el ídolo popular visitara a quien se convertiría en el intendente con mayor reconocimiento histórico en la ciudad. Más allá de la cobertura periodística que el director de Tercero Abajo realizó de la actuación del cantor, los unía un origen humilde. Desde pequeños sintieron la escasez material y, lo que quizás sea más importante, no olvidaron de dónde venían. En Villa María son conocidas las historias de la generosidad de Deiver con los sectores populares. En el caso de Gardel, durante sus primeros años de vida, vivió en inquilinatos y conventillos del barrio San Nicolás de Buenos Aires, ámbitos de pobreza extrema. Su amigo y chofer Antonio Sumaje, contaba cuando el cantor ya era una figura consagrada, solía pedirle que lo llevara hasta esos conventillos, se quedaba mirando la fachada de los edificios y luego, emocionado hasta las lágrimas regresaba al auto y por un largo rato se quedaba en silencio. En su vida se encuentran gestos como el que tuvo el 23 de mayo de 1935, en Curazao, donde luego de actuar cinco noches, donó 10 mil bolívares a un grupo de exiliados venezolanos.

Por otra parte, así como Deiver ejerció diversos oficios, incluso el de fotógrafo de plaza, Gardel  desde muy jovencito trabajó como claque, utilero y comparsista. El cantor llegó a Villa María ya consagrado como figura del espectáculo, por su parte a Deiver aún le quedaba recorrer su ascenso político.

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