NOTA Nº 624, escribe Jesús Chirino

Homenaje a los y las bibliotecarias

domingo, 13 de septiembre de 2020 · 08:00

En nuestro país existen alrededor de 4.300 bibliotecas públicas o semipúblicas reconocidas (junto a un número incierto de carácter privado). En todas ellas trabajan mujeres y hombres que no pocas veces deben enfrentar desafíos sin muchos instrumentos y flacos presupuestos. Incluso, con demasiada frecuencia, tienen que lidiar con concepciones peyorativas que, acerca de su trabajo, tienen las autoridades públicas que deciden las políticas que rigen los espacios en los cuales cumplen funciones. Sin embargo, se trata de una profesión que aporta mucho a la comunidad y, quienes la realizan se merecen un real reconocimiento que supere lo discursivo y expresándose tanto en las condiciones generales de trabajo como en el nivel de los sueldos.

 

Día de los/as bibliotecarios/as

Cada 13 de septiembre se conmemora el día de los y las bibliotecarias. Esta fecha fue instituida, por primera vez, durante el Congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en 1942. En tanto que de manera oficial, y a nivel nacional, la conmemoración quedó fijada mediante el Decreto Nº 17.650 del año 1954.

El día de septiembre para homenajear a quienes trabajan en las bibliotecas fue elegido porque en el mismo, pero del año  1810, se publicó en la Gaceta de Buenos Aires un artículo titulado "Educación", escrito por Mariano Moreno, donde se informaba que la Junta de Gobierno creaba la Biblioteca Pública de Buenos Aires, actualmente Biblioteca Nacional. También se daban a conocer los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de nuestro país. La Primera Junta creó la institución a partir de advertir una excesiva concentración, de parte de los jóvenes, en las tareas de las armas, cuestión que limitaba el logro de una educación más integral. La iniciativa estuvo relacionada con otras impulsadas por el mismo Mariano Moreno, como la creación de la Gazeta de Buenos Ayres (sic) y la traducción y edición de El Contrato Social, de Jean-Jacques Rousseau.


Bibliotecas como lugares de encuentro

Existe una idea, muy difundida e igual de errada, acerca de que “las bibliotecas son el archivo de la sabiduría humana” tal cual sostuvo Pierce Butler en su obra “Introducción a la biblioteconomía”. Esa concepción plantea muchos inconvenientes, entre ellos el de relacionar la biblioteca con el pasado y, por otra parte, considerar que la sabiduría puede archivarse. Es una visión que lleva a visualizar a quienes trabajan en las bibliotecas como personal técnico en almacenaje de material escrito o grabado y no como los “vivos transmisores de conocimientos” que concebía Melvil Dewey (autor del Sistema de Clasificación Decimal Dewey). Este mismo autor insiste en que los bibliotecarios, de ninguna manera, pueden limitarse a la administración de unidades de información, sino que deben ser capaces de participar como educadores de quienes visitan la biblioteca.

Es claro que el bibliotecario debe manejarse muy bien tanto en la catalogación como en la clasificación del material, pero también debe poder orientar en la lectura y ejercer como agente de transferencia cultural responsable. La labor bibliotecaria es muy compleja e implica el cumplimiento de diversas tareas, cuyo listado aquí no agotamos pero incluyen planificar de manera estratégica, administrar, evaluar, divulgar, investigar y producir conocimiento. Todo ello teniendo en claro que no están al servicio del libro, o cualquier otro soporte, sino al servicio de los usuarios.

Para cumplir con todo lo que demanda esta profesión resulta necesario una permanente capacitación, la que en algunos casos se aborda desde el mismo ámbito de trabajo. En Villa María, desde hace pocos años, en el Inescer, existe una carrera terciaria de bibliotecología con orientación socioeducativa. Allí están cursando las próximas generaciones de bibliotecarias y bibliotecarios de la zona lo que impactará en la vida del sector.

En su día saludamos a todas las personas que se dedican a la bibliotecología y en recuadro aparte, reproducimos un ideal de bibliotecario escrito por Dewey. Tanto el paso de los años como el desarrollo de las tecnologías hizo mella en lo planteado en ese escrito, pero igual su esencia aún es útil para pensar el trabajo en esos lugares de encuentro que son las bibliotecas.

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