NOTA Nº 673, escribe Jesús Chirino

El “puente nuevo”

Resulta indudable la importancia del río en el surgimiento tanto de la Posta de Ferreira como luego de Villa Nueva y Villa María. Este curso de agua que nutre a las dos ciudades hermanas, también supo traer aparejados algunos desafíos como el de la construcción de puentes. En varias ocasiones la cuestión no ha sido de muy fácil resolución. En esta oportunidad recordamos algo del proceso de construcción del puente Alberdi, que por muchos años fue popularmente conocido como “el puente nuevo”

Hace 94 años

En el plano original de Villa María, en 1867, aparecía un puente cuya ubicación coincidía con un extremo de la diagonal Santa Clara, cuyo recorrido iba desde el cuadro de la estación de tren hasta el río. De esa arteria vial actualmente sólo queda una cuadra con el nombre de Garibaldi. Ese puente no pudo ser y surgió la iniciativa de un privado que erigió un inestable puente de madera. Luego llegó la estructura para lo que sería el puente Vélez Sarsfield, que por su extensión debió ser colocado en su actual ubicación. El mismo quedaba alejado de la zona más poblada de la ciudad, lo que hacía palpable la necesidad de un puente en otro sector. El 5 de abril de 1927, el entonces presidente de la Nación, Marcelo T. de Alvear, firmó un decreto para la construcción del puente que actualmente se denomina Alberdi. Aunque también existe información que permite entender que en 1928, los diputados Borda y Martínez presentaron otro proyecto para erigir ese puente. El historiador Bernardino Calvo señala que el político y médico Amadeo Sabattini aludió a este proyecto para construir “un nuevo puente de hormigón sobre el río Tercero que beneficiará la importante zona sur, tributaria de esta ciudad”. De todas maneras, fue en 1930 la inauguración oficial del nuevo puente de cemento con barandas de hierro. Aunque, más allá del acto que se desarrolló en ese momento, el paso venía prestando servicio desde antes. El municipio local dejó asentado, en una comunicación escrita a la Dirección General de Puentes y Caminos de la Nación, que en mayo de 1929 había sido librado al paso el “camino de macadán de acceso al puente”. Este fue popularmente conocido como el “puente nuevo” en contraste con el “puente viejo”, designación que se le daba al Vélez Sarsfield que desde 1881, más allá del puente ferroviario, permitía cruzar de una ciudad a otra.

 

Un puente en el Paso de Ferreira

Por años, las dos ciudades hicieron gestiones para lograr el nuevo puente. En el intercambio con distintas reparticiones públicas tenemos que el 13 de enero de 1917, el ministro de Obras Públicas de la Provincia, por intermedio de la Dirección General de Puentes y Caminos, mandó a pedir que el municipio de Villa María le informara acerca del “punto preciso de empalme” en el cual se encontraran caminos con acceso al puente existente. Durante ese mismo año, el diputado nacional Félix Garzón presentó un proyecto para la construcción de otro puente sobre el entonces denominado Río Tercero. El municipio de Villa María le manifestó su apoyó al proyecto mediante una nota confeccionada el 6 de marzo de ese año. En la misiva municipal se plantea que el Vélez Sarsfield ya no ofrecía la seguridad para el paso. Dos jornadas después, Garzón respondió que intentaría la realización del proyecto mediante gestiones en la “sección de caminos que administra los fondos de la Ley Mitre”. Días después, el 30 de junio, el municipio se dirigió al diputado nacional Alfredo Demarchi pidiéndole que respaldara el proyecto de Garzón dado que, sostenía la voz oficial local, “contribuirá a dar vida a una vieja población histórica (Villa Nueva) que languidece y tiende a desaparecer dado el casi aislamiento en que se encuentra, por el gran rodeo que hay que hacer para llegar a ella”.

En las dos localidades la población tenía en claro que la ubicación del Vélez Sarsfield dificultaba una rápida comunicación y el intercambio entre vecinos de una y otra población. Calvo sostiene que siempre se volvía a la idea del proyecto original “de establecer un puente en las inmediaciones de lo que históricamente constituyó el Paso de Ferreira (cruce del río, a la altura del tramo entre calle Italia y bulevar Carranza, de Villa Nueva, en el antiguo Camino Real”.

 

Donaciones, compra y mantenimiento

El 26 de abril de 1923, el Concejo Deliberante de Villa María autorizó al intendente municipal para adherir a las renovadas gestiones en pos de un puente nuevo. Entonces, el Departamento Ejecutivo de esta ciudad propuso al municipio vecino que “el puente a construirse entre esta ciudad y Villa Nueva sea de fierro (sic) y no de madera”, también les señaló lo mismo a las autoridades nacionales. Dos años después, el 23 de enero de 1925, el intendente Vicente Martínez Mendoza junto a Elvio Pérez, en representación de Elisa Cardama de Pereira, suscribieron un boleto ad referéndum de compra y donación a la Municipalidad de Villa María. Mediante ese acto se donaron al municipio dos fracciones de terreno ubicadas en las manzanas N 8 C de la ciudad, con una superficie de 1.938 metros cuadrados. Las tierras lindaban con calle Rivadavia, Santiago del Estero y la costa. En el mismo acto se transfirió, mediante venta, un terreno aledaño a $1,00 el metro cuadrado, lo cual sumaba un total de $2.348,92.

La posesión de esas tierras era necesaria para extender las calles hasta el puente de manera que el trazado urbano quedara unido con el nuevo puente. El tercer día de agosto de 1927, la compra fue aprobada por el Concejo Deliberante de Villa María mediante una resolución que lleva el número 158. Las escrituras de estas transacciones fueron firmadas por el intendente Parajón Ortiz. Luego se donaron esas tierras a la Dirección de Puentes y Caminos de la Nación. Así quedaron bajo dominio patrimonial de la Nación las calles de acceso al denominado “puente nuevo” o “puente de cemento”, por su parte, la Nación se comprometía a pavimentar el sector. Fue en el año 1933 cuando la referida Dirección de Caminos decidió transferir a las administraciones municipales de Villa María y Villa Nueva la responsabilidad de la conservación del puente.

 

Puentes difíciles

Durante 1927, las autoridades políticas de las dos ciudades trabajaron mancomunadamente para evitar que se levantara el puente Vélez Sarsfield, que para entonces tenía derrumbada una parte. Su reconstrucción se demoró 15 años.

Luego de la inauguración del puente Juan Domingo Perón, en octubre de 2013, en la actualidad tenemos un extenso proceso de construcción de otro puente. Cuando se termine, esa obra permitirá unir las ciudades a la altura de los barrios Santa Ana y Golf. A pesar de que la obra fue adjudicada en 2017, aún no se concluyó. En tanto, el puente Vélez Sarsfield volvió a ceder en febrero de 2018 y aún se encuentra sin poder ser transitado. Todos estos datos permiten afirmar que las ciudades no la han tenido fácil con sus puentes.

 

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