Segunda parte - “Esas son cosas de antes”

Así curaban nuestros abuelos

A través de un dosier, la Asociación Cultural Relatos del Viento, subsidiada por la Agencia Córdoba Cultura, recogió diversos testimonios orales de adultos mayores. Sus creencias y costumbres son parte de una generación portadora de saberes que comienza a desaparecer. Hoy, elegimos comentar algunos

Escribe Daniel Rodríguez
De nuestra Redacción

En su obra recopilatoria “Esas son cosas de antes” (2021), Pablo Rosalía, junto a diversos colabores, realizó un relevamiento oral a los fines de enumerar creencias, ritos y un sinnúmero de saberes.

El proyecto de investigación, subsidiado por la Agencia Córdoba Cultura y con la colaboración de la Asociación Cultural Relatos del Viento, recogió la voz de 35 personas (algunas de ellas centenarias) con un importante bagaje de expresiones culturales.

Esta selección de relatos fue compartida por el recopilador en un dosier que hoy se replica en El Diario.

Allí, seres mágicos como la Madre del Agua, juegos, brujas o leyendas aparecen y son parte de un puñado de riquezas que tiene nuestra provincia.

Si bien la mayoría de estas cuestiones se centra en las zonas serranas, nuestro departamento y la región no se encuentran exentas de tal arco cultural y costumbrista.

La inmigración, los primeros pobladores y la conexión existente hacen que muchas costumbres (o casi todas) se mantengan a pesar de las distancias.

Un dato no menor, tal como afirma Rosalía, es que “estamos asistiendo a la desaparición de las últimas generaciones de campesinos que han vivido modos de vida hoy extintos; portadores y portadoras de una cosmovisión original y ajustada a su paisaje”.

En esta segunda entrega se abordará algo crucial que está repleto de fe: las técnicas de curación.

Lejos de las cuestiones medicinales que aporta la naturaleza, en esta cuestión nos abordaremos directamente a elementos externos que afectan directamente en lo físico.

Es importante aclarar que en cada uno de los apartados se transmite textualmente la voz del entrevistador y la persona que da sus testimonio (en algunos casos es anónimo y solo se lo define con el tecnicismo (informante).

Dicho esto, ¡ahora sí! ¡A tomar nota!

 

Sacar dolor de muela con un sapo

-Martín: Fíjese, le voy a contar la historia también de las muelas. Los otros días estaba el muchachito nieto mío, vino pa’ las casas con la madre. ¡Ya está grande! Como 10 años tendrá... Usted sabe que lloraba del dolor de muelas. ¡Lloraba, lloraba de las muelas! Pobre chiquito... no había... Usted sabe que los muchachos agarraron un sapo. Y le pasaron bien (con la mano hace señas a la altura de las muelas), ¡se le pasó, don!

-Tomás: ¡Claro! Hay que pasarle en cruz, dicen.

-Tica: Porque dicen que el dolor de muelas se le va al sapo.

-Martín: ¡Al momento!

-Tica: Sí. Se le va al sapo...

-Martín: ¡Al momentito se le paso el dolor...  Lloraba, pobrecito, del dolor.

-Tica: Dicen que hay que escupirlo en la boca al sapo.

-Martín: ¡¡Sí!!

-Entrevistador: Es más: que hay que escupirlo, tirarlo para atrás... el sapo no se tiene que ir al agua.

-Martín: ¡No se tiene que ir al agua el sapo! Sí, sí.

 

Corcho pa’l calambre

-Chicha: Antiguamente, para los calambres, un corcho... un corcho, sí. Sabía usarse un corcho para los calambres.

-Entrevistador: ¿Y qué es lo que hacían con el corcho, qué es lo que...?

-Chicha: Se lo pasaban por donde tenía el calambre. Por ejemplo, en las canillas, o se lo pasaban por acá (pantorrillas) y lo pasan en cruz al corcho.

 

Tinta china para la culebrilla

-Martín: Escúcheme, don, como la culebrilla. ¿Escuchó usted de la culebrilla?

-Entrevistador: Sí.

-Martín: Es un bichito que a usted lo pica... ahí la viejita esa que era partera sabía curar, a mí me picó dos veces... Y se va como dando vuelta. Si es acá, se va dando vuelta al brazo... Y lo cura con la tinta china ¿ha visto?

-Entrevistador: Que lo va encerrando...

-Martín: Sí.

-Entrevistador: Eso hacía mi abuela. No había que dejar que el bicho dé la vuelta.

-Martín: Sí, porque está chau... está chau. Si lo deja dar la vuelta.

-Entrevistador: ¿Así que es como un bicho?

-Martín: Es como un gusanito... culebrilla le dicen. Escúcheme una cosa; yo sé porque a mí me ha pasado y a mí me han curado de los dos... La viejita me curó del primero, y después cuando ya estaba en La Rioja me pasó lo mismo, ¿ha visto? Y vine acá, y había una viejita... ande justo toma el camino para acá, sabía vivir para acá. Vivía ahí la viejita, una casita... Me vine de La Rioja y me curó ella, porque dice que los doctores no saben...

-Entrevistador: ¡No, olvídese, los doctores no pueden...! Es más, hay veces que algunos doctores mandan a hacerse curar con esas viejitas.

-Martín: Y yo me curé. Pero dicen que no hay que dejarlas juntar. No va juerte, pero va dando y dando la vuelta.

 

Testes con sal

-Entrevistador: ¿Cómo es la técnica que usted usa para curar los testes con los granos de sal?

-Doña Dominga: Y bueno, hay que apretar cada teste con un terroncito de sal. Vas diciendo (las palabras secretas) y ya vas curando.

-Entrevistador: Me contaban algunas mujeres que a los granitos de sal los meten en un trapito... o sea, en el trapito meten un granito por teste, y a esa bolsita la tiran en un lugar... no hay que darse vuelta y...

-Doña Dominga: Igual, así. No darse vuelta, porque si te das vuelta no te curás... no te cura. Acá había un chango, que en paz descanse, ha muerto ya... vino acá porque estaba lleno de testes. Lo curé y apenas salió se rió... Yo sabía que se había reído. “¡Qué va a curar!”. Dijo así cuando salió de ‘ay. ¡Ah, ya vas a ver! Y después volvió a venir porque dice que no... ¡¿Cómo se te va a curar -le digo- si vos te reíste de mí?! Dijiste “Qué va a curar esta vieja”, y no hiciste lo que te dije. ¡Vení de nuevo, te voy a curar! Pero hacé lo que te digo, si no, te vas yendo. ¡Y se curó!

-Entrevistador: Hay que tener fe sobre todo, ¿no?

-Doña Dominga: La fe... y sobre todo la fe en Dios, que es quien te dio el poder.

 

Curar los nervios

-Entrevistador: ¿Y usted, Graciela, qué técnica tiene para curar los nervios? ¡No me diga las palabras porque esas no hay que decirlas... nunca las pregunto!

-Graciela: ¡Con el trigo! Con los granos de trigo. Y yo los pongo en un platito con agua. 

-Cacho: Platito de agua.

-Adrián: Claro, y ahí va sabiendo cuántos nervios va...

-Cacho: Se van levantando (los granos)...

-Graciela: Claro, ahí usted va sabiendo cuántos nervios usted tiene mal. Yo los sé curar, bah... a esos dos niños nada más.

-Entrevistador: ¿Los nervios que están mal (representados en los granos de trigo) son los que se van al fondo o se van arriba?

-Graciela: Los que se les hace el globito...

-Adrián: Esos son los (nervios representados) que se desacomodan... los que molestan, como que se inflaman, y hacen una molestia que no te deja caminar, que se te hincha el tobillo, la rodilla, cuando tenés una caída... todo eso a veces repercute.

-Entrevistador: O sea que usted tira los granos en un plato con agua y los que quedan con globitos...

-Graciela: Ocho granos tiro. Y ahí digo unas palabras...

-Entrevistador: Sí, sí, sí... que son absolutamente secretas. No hay que decirlas... solamente cuando se transmite. Y los que quedan con globo...

-Graciela: Los globitos son los nervios que están inflamados, los que se les hace el globito... por eso usted sabe cuántos son.

-Cacho: Claro, a los que se les hace un globito son los que están inflamados.

-Graciela: Yo los curo a los nietos míos porque juegan al fútbol y ya se torcieron... “¡Curame!”, me dicen.

-Adrián: Claro, ahí se desacomodan los nervios.

-Pablo: ¿Y luego los cura de palabra?

-Graciela: Claro, de palabra los curo los tres días (durante tres días seguidos).

 

Cosas de hoy

Si bien el texto de Rosalía lleva el nombre ya mencionado, muchas de estas técnicas aún siguen siendo utilizadas en ambas Villas y a nivel regional.

Curar los nervios con un plato con granos de trigo, la cinta para medir la inflamación del hígado o la señal de la cruz en una zona inflamada se sigue aplicando (eso, sin olvidarnos de la culebrilla).

Las “palabras secretas” tienen que ver con la religión y dicen (los que saben) que tal saber es transmitido en Semana Santa; ni antes, ni después.

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Pablo Rosalía

Perfil de Pablo Rosalía

Nacido en la ciudad de Córdoba (1975), Pablo Rosalía es licenciado en Comunicación Social, investigador independiente de tradiciones orales, creencias, ritos y otras expresiones culturales de comunidades campesinas y populares de la provincia de Córdoba. Entre otras, ha recibido la formación del Taller de Historia Oral Andina (La Paz, Bolivia).

Tanto desde su actividad profesional como miembro fundador de la Asociación Cultural Relatos del Viento, ha desarrollado numerosos proyectos y un extenso trabajo de campo que lo ha llevado a recopilar literatura oral, ritos, creencias y otras expresiones en más de 450 adultos mayores en buena parte del territorio provincial.

Ha dirigido ciclos documentales y radiofónicos sobre la temática, entre ellos: “Relatos del viento” (2006, 2010 y 2019) ,“Son cosas de los antiguos” (2008),“El sol que baila” (2016), “Encuentros chunkanos” (2020) y “Memorias del viento” (2021). Es autor del libro “Hermoso vivir llevabas” (2010, Ediciones del Boulevard), “Cuentos y leyendas del monte” (2019) y “Esas son cosas de antes” (2021).

Es coautor de dos tomos de los libros “Relatos del viento” (2010 y 2013), las revistas infantiles “Willakuy Sacat” y artículos especializados. Ha dictado y participado en más de 160 charlas, conferencias, congresos y capacitaciones tanto en el país como en España, destacándose los talleres de capacitación docente que desde 2011 coordina con la Biblioteca del Maestro Córdoba (Ministerio de Educación).

Desde 2006 a la fecha, ha participado y coordinado conferencias y encuentros de recopiladores de Tradiciones Orales en Asturias (España). Ha sido becario del Fondo Nacional de las Artes, entidad que en 2018 le ha otorgado junto a su compañera un reconocimiento por la gestión del Patrimonio Cultural Intangible.

Fue becario del Programa Investiga Cultura (2017, Secretaría de Cultura de la Nación) y gestor de Programas de Salvaguarda de la Memoria Ancestral Comunitaria junto a municipios y la Agencia Córdoba Cultura (Gobierno de la provincia).

 

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