NOTA Nº 708, escribe Jesús Chirino

Protestas de diciembre de 2001: explosión de la resistencia al modelo neoliberal

Los dos últimos domingos del año que recién terminó, recordé algunos aspectos de los dolorosos sucesos de diciembre de 2001 en el país en general y particularmente en Villa María. Cuando se repasan aquellos hechos, que incluyeron la renuncia del presidente de la Nación, suele proponerse entender la reacción del pueblo desde una visión espontaneísta, pero eso deja de lado el proceso histórico en el cual se inscribieron esos acontecimientos. Desde ese enfoque resulta difícil entender que un Presidente de la Nación elegido dos años antes por el 48% de los votos, fuera forzado a renunciar. Por ello resulta necesario incorporar al análisis los cambios producidos en la acción colectiva a partir de la necesidad de resistir un modelo que producía desempleo, pobreza y concentración de la riqueza. Esa resistencia y la modificación del accionar colectivo en Argentina recorrió toda la década los ´90, enfrentando una clase política del poder capturada por la racionalidad liberal. De los sectores dominantes de la política se sostenía una manera única de entender la realidad social que trascendía las pertenencias de los partidos políticos mayoritarios. Pero otros sectores, con un accionar colectivo novedoso, plantearon la necesidad de modificar el rumbo tomado.

 

Gobernar en tiempo de crisis

Proponer que las jornadas más álgidas de aquel diciembre se entiendan como la explosión de una sociedad sin capacidad para expresar su descontento, puede ser tanto una interpretación errónea como interesada. Como vimos en las notas anteriores desde los primeros días de aquel diciembre se produjeron reclamos y movilizaciones desarrolladas principalmente por organizaciones de trabajadores y anuncios del desenlace final de la larga crisis que venía desarrollándose. En Villa María, el por entonces intendente municipal, Eduardo Accastello, realizó declaraciones en oportunidad de cumplir dos años al frente de la administración local. Según sus palabras, la ciudad sería "en pocos años más, la primera ciudad del interior de la provincia", evaluó como positiva su gestión y regresó al polémico tema de la unificación de las dos ciudades vecinas diciendo "Villa María y Villa Nueva deben tener una sola administración, sin que esto signifique que resignen ni sus nombres ni sus historias". También manifestó que era una frustración haberse "encontrado con una crisis nacional imprevisible que en realidad nunca pensé que podría ser tan grave como la que estamos atravesando" a la vez que admitió que el problema del tránsito lo había superado y preparaba un proyecto para vincular a los cuatro bulevares a través de ciclovías que permitirían un descongestionamiento. Por otra parte, prometió inaugurar el subnivel en febrero del 2002 para la época del festival y anunció que antes del mes de agosto tenía pensado abrir otro subnivel en el bulevar Sarmiento. Pocos días después el intendente de Villa Nueva le respondió oponiéndose a la unificación de las ciudades señalando que si el gobernante de este lado del río realmente tenía un proyecto que lo presentara para discutirlo de manera seria. Marcelo Frossasco agregó "ya somos grandes y sabemos que persiguen este tipo de especulaciones. Y Villa Nueva no va a ser el trampolín de las ambiciones desmedidas de nadie".


Acciones contra la pobreza

El mismo día que se publicaban las declaraciones de Frossasco, El Diario hizo conocer que se había rubricado "el acta por la cual los trabajadores... se hicieron cargo de un proyecto editorial creado hace 17 años". También se decía "las deudas salariales y de aportes que mantenía Editorial Talamochita con su personal y con los gremios de prensa y gráfico, quedaron saldadas mediante la cesión definitiva de la maquinaria, incluida la rotativa, y la marca registrada". Así, luego de un extenso y duro conflicto con su patronal, los trabajadores de El Diario iniciaron la historia de la cooperativa en el medio gráfico. Cuando esa noticia salió a la calle, el viernes 14 de diciembre,en Villa María comenzaron los cuatro días de la consulta popular a nivel nacional organizada por el Frente Nacional Contra la Pobreza (Frenapo) constituido por numerosas organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles, de productores agropecuarios, cooperativistas y pequeños y medianos empresarios. Entre todas estas, se destacaba la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) que llevaba adelante un modelo gremial innovador permitiendo la afiliación de trabajadores desocupados, jubilados y la incorporación de organizaciones sociales. Desde sus inicios, el 17 de diciembre de 1991, en el "Grito de Burzaco", esta central de trabajadores se planteó la lucha por la autonomía sindical respecto de los patrones, los partidos políticos y los gobiernos. Todo poniendo en valor la democracia gremial y centrado en la resistencia a un modelo que generaba más pobres profundizando cada vez más la desigualdad social.

 

En la consulta del Frenapo votaron ciudadanos mayores de 18 años para decidir si estaban de acuerdo con que el Congreso Nacional debatiera la implementación del seguro de empleo y formación, aprobando una ley que obligara al gobierno a su implementación. Se estaba buscando un "shock redistributivo del ingreso". En Villa María algunos de los lugares previstos para votar fueron Plaza Centenario, Casa Parroquial, locales sindicales, escuelas, Fábrica Militar, empresas privadas, Palacio Municipal, Universidad Tecnológica y Universidad Nacional. A nivel local participaron de la consulta la Asociación de trabajadores del Estado (ATE), CTA, el ARI, Espacio Abierto Frente Grande, Centro de Jubilados de ATE, Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Asuserfi), Federación Agraria (FAA), Círculo Sindical de la Prensa (Cispren), Foro en Defensa de la Seguridad Social, Agrupación de Vecinos Autoconvocados y Cooperativa Luis Rueda.

 

Un día antes del inicio de la consulta del Frenapo, el jueves 13, se desarrolló un paro convocado por las CGT y CTA. El día posterior, El Diario tituló: "Los estatales protagonizaron el mayor acatamiento al paro". Se refería a los trabajadores municipales, los empleados de la Empresa de Energía (EPEC), los educadores, judiciales, empleados del Hospital Pasteur y Fábrica Militar. Pero también adhirieron a la medida varios comercios del sector céntrico de la ciudad, como así también los trabajadores del transporte de colectivo. En el municipio el paro fue muy generalizado, en tanto que en las reparticiones públicas de nivel nacional como AFIP y PAMI la medida de fuerza tuvo menor impacto. En el caso de los empleados del Pasteur convocaron a una asamblea a partir de las 9.30 hs. Alrededor de 50 trabajadores integrantes del equipo de salud se juntaron sobre la calzada de la calle Mendoza, la que volvieron a cortar reclamando por la terrible situación que vivía la salud pública. El dato llamativo fue que ante la protesta de los trabajadores de la salud, los comerciantes de la zona, al igual que los taxistas que habitualmente ocupaban la parada oficial de ese servicio en la zona, se sumaron aplaudiendo a quienes protagonizaban la protesta.

La consulta del Frenapo se desarrolló según lo previsto y fue importante la cantidad de vecinos que votaron a favor de la propuesta de un seguro de empleo y formación de 380 pesos para todos los jefes y jefas de hogar desocupados, una asignación universal de 60 pesos por hijo menor de 18 años para todos los trabajadores y asignación universal de 150 pesos para personas en edad jubilatoria sin cobertura previsional.

Es claro que los sucesos de diciembre de 2001 no fueron expresión de algo gestado en pocos días, se trató de un proceso cuyas raíces venían desde las protestas y propuestas expresadas por distintas organizaciones a lo largo de un extenso tiempo de resistencia al modelo neoliberal llevado adelante por dos gobiernos formados por diferentes partidos políticos.

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