reflexiones entre la pelota y la trompeta

La canción más bonita de todas

En este breve ensayo, el autor realiza un raconto de la música de los estadios de fútbol a nivel internacional, mundial o doméstico. Alumni de Villa María, con sus vientos, y Alem de Villa Nueva, con bombos, platillos y redoblantes, se destacan entre tantas otras parcialidades que llevan la música

Escribe Víctor Álvez DE NUESTRA REDACCIÓN

 

El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes de la vida”, dijo una vez el exfutbolista italiano Arrigo Sacchi respecto al deporte que tanto nos apasiona.

Y sus palabras vienen a poner un poco de orden y a darle la categoría justa a la pasión futbolera argentina.

Se trata esto de algo que es casi imposible cuantificarlo, catalogarlo o darle un status. Algo que conforma “nuestro escudo nacional” junto al mate, la familia, el asado y el tango.

Antes del inicio del Mundial de Fútbol de Qatar 2022, el periodista Jorge Lanata -conocido por no disfrutar mucho del cuero rodando por el verde césped- expuso su posición minimizando todo: “Ahora la gente va a ver a 11 millonarios correr detrás de una pelotita de fútbol, para luego volver a sus clubes y seguir ganando millones”.

También se recuerda a la académica Beatriz Sarlo antes de la final en Brasil 2014 -que nos enfrentó contra Alemania y perdimos (0-1), quejándose de que ese domingo no había ningún museo abierto.

Cosas que suceden cuando algunos tratan de separarse de algo masivo que nos identifica en un lugar común, para ser un sesgo notorio de identidad cultural.

Martín Caparrós, escritor, periodista y ex-ERP (exiliado), también se sumó a lo dicho por Lanata: “El rugby es un deporte de brutos jugado por caballeros y el fútbol es un deporte de caballeros jugado por brutos”.

Cierta vez -hablando en primera persona-, en un recorrido periodístico me encontré con una pareja y su hijo (todos uruguayos) y me preguntaban qué opinaba de tal país hermano. Primero hablé de sus artistas -Alfredo Zitarrosa, Eduardo Galeano y demás- y también les contesté que lo que destacaba de ellos era su educación. “Usted no es argentino”, me respondieron. “Lo que pasa es que muchas veces se ‘futboliza’ la opinión”, respondí.

 

Con la música en la piel

Siguiendo el camino de la música -y también de las charlas y el fútbol- un psicólogo afirmaba que “la violencia aparece cuando no hay manera simbólica de expresarse”.

Aún así, hay un punto de fuga en nuestra pasión: las canciones populares que han sido adaptadas en la cancha. Eso lo podemos ver tanto en brasileños como senegaleses (algunos con baile incluido).

En ese marco, la hinchada de San Lorenzo de Almagro es la más creativa, ya que tiene más de cien canciones adaptadas que van desde la marcha peronista, pasando por Vicentico, Fito Páez y terminando por Luis Fonzi.

El ingenio de las barras argentinas no cesa y al colorido de las tribunas se suman las canciones donde habitan temáticas del cancionero popular como música de películas o publicidades. Podemos mencionar algunas “Pasos al costado” de Turf, con el ritmo de “Soy de Boca y lo sigo a todos lados”. El célebre “Te quiero tanto” de nuestro Sergio Denis -que sonó hasta en Alemania- o hasta Obladí Oblada de Los Beatles.

Ahora, con “Muchaachos” de La Mosca o en el 2014 con una canción muy ofensiva que tenía en su base musical a Creedence Clearwater Revival.

Eso sí, algo cambió, convengamos que la hinchada en Qatar no era toda autóctona, hubo 3.000 barras que no podían entrar; un costo bastante alto hacía que sectores medios y medios altos  (viaje más ticket), y se calcula que se sumó un 50 % de argentinos radicados en otros países, más árabes, japoneses tailandeses e hindúes con la camiseta celeste y blanca, estuvieran presentes.

 

Todo a pulmón

Referido a la música y la tribuna, hay una referencia: Matías “Flema” Holgado (39), trabaja como técnico en el canal local Unitevé.  Es oriundo de General Villegas (Buenos Aires) y en el año 2010 llegó a la ciudad para estudiar en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) donde se recibió en Diseño y Producción de imagen. 

Un grupo de amigos lo acercaron al Club Alumni y ahí fue donde la pasión fortinera lo alcanzó.

En un principio organizó, con colaboradores, una página con videos y fotografías del club y realizaron un libro de la historia del club que tiene “estirpe de campeones”.

En dicho libro hay un capítulo dedicado a “La bandita”, aquel grupo de hinchas que está en las buenas (como ahora que son los campeones) y en las malas mucho más.

Desde hace seis años es secretario general y ahora también le pone música al tablón: “Durante la pandemia comencé a tocar la trompeta porque vi que el fuerte de la barra eran los instrumentos”, comentó.

Allí, donde el Pato Cortez marcó una impronta y eso no podía desaparecer tras el fallecimiento del conocido hincha.

“Para la final frente a Atlético Ticino - donde terminaría siendo campeón Alumni- sumé a Michael Rodríguez, un hincha de Alumni que está en la hinchada de Talleres; Larry, extrompetista de Sebastián, además del  Gordo trompetista de El Toro Quevedo. Así, eran 2 saxos, 5 trompetas y 1 trombón”, enumeró. 

En detalle sobre las canciones del tablón, Flema comentó: “La canción básica tiene base en la marcha radical. “Dale Alumni, la banda te agradece y te alienta hasta el final”. Eso sí, también está la marcha peronista.

 

Del otro lado del río

“Señores, yo soy de Villa Nueva, pueblo de murga y carnaval”, dice la canción que entonan los villanovenses hinchas de Leandro N. Alem, mejor conocidos como “Los borrachos del tablón”.

Allí, además del amor por el Tricolor, también aparece el carnaval, otro rasgo vital y destacado para el sentir de quienes habitan Villa Nueva.

 Pero no solo estos clubes son los que poseen el sonido en sus tribunas. En Arroyo Cabral, Las Perdices, La Palestina, Ticino o donde quiera que se haga uno presente durante un domingo, encontrará la más maravillosa música. Esa que nace del alma.

También mucho tiene que ver el cuarteto, ritmo cordobés tan nuestro que ha generado que muchas canciones de la Mona Jiménez hayan terminado siendo reversionadas o pintadas en un trapo.

Comentarios