Cultura en crisis
Incertidumbre editorial: un plato en la mesa o un libro en la biblioteca
Darío Falconi (El Mensú) y Carlos Gazzera (Eduvim) enumeraron los padecimientos que les generó el último tramo de 2023, con una inflación galopante que se tradujo en aumento en transportes, papel y una marcada caída de ventasEl mercado editorial - como todos a nivel nacional- ya acusó recibo de una inflación galopante que lo acaparó todo. Los lectores se encuentran hoy en un panorama incierto, con obras que poseen precios que van cambiando semana a semana. En ese contexto, las ventas han marcado una caída y entristece que algo tan necesario como un libro se haya vuelto “un gusto” oneroso.
En ese marco, El Diario dialogó con Darío Falconi, titular de la editorial independiente El Mensú, y Carlos Gazzera, que se encuentra al frente de Eduvim, la editorial de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM).





Durante el 2023, tanto Eduvim como El Mensú lanzaron títulos atractivos y siguieron dando a luz proyectos imprescindibles. El 2024 los encuentra en arenas movedizas
El precio del transporte y el valor del papel son algunos de los tópicos que vuelven más complejo el panorama. Pensando en una planificación diaria, con presupuestos que duran 24 horas, ambos editores coincidieron en una sola idea: la gente, que tiene que ingeniarse para poder comer todos los días del mes, preferirá un plato sobre la mesa que un libro sobre la biblioteca.
En ese contexto de crisis, ambos desarrollaron las erogaciones necesarias tanto para publicar como para imprimir. El 2024 sigue siendo una incógnita, tiene pronóstico reservado y aún es una hoja en blanco. De igual manera, las primeras señales no vaticinan una mejoría, sino más bien una caída marcada que puede afectar todo el circuito de comercialización.
Editorial independiente o de servicio
Darío Falconi divide su trabajo entre tres sellos editoriales independientes: El Mensú tal vez sea el más conocido debido a la cantidad de años y al hecho de ser una editorial de servicio. A esto se le suman Apócrifa y Mascarón de Proa, donde el fuerte es la poesía.
En diálogo con El Diario, Falconi resumió que “en principio todos los fines de año son complicados”, y se explayó: “Cuando cambiamos el almanaque siempre hay una cuestión de aumento en cuanto a precios”, recalcó.
En ese marco, y siguiendo el mismo tópico, añadió: “En los últimos cinco años se fue agravando todo por la cuestión de escasez de papel. El gran problema es la impresión, donde las imprentas emplean insumos nacionales e importados; respecto al papel, estimo que -a veces- no quieren venderlo y de ese modo se genera una falta, suben los precios y, además, está la cuestión del dólar”.
A modo de ejemplo, el editor y también escritor, comentó: “La imprenta donde trabajamos durante este último tiempo estaba utilizando papel de etiqueta de vinos, porque estaba en falta el que normalmente utilizamos. Se pidieron precios en China y en Egipto para suplir la falta en un momento”, narró.
Referido a la cantidad de placas editadas, Falconi explicó que “todo ha bajado por una cuestión de precios”. “Al ser altos no hay manera financiada de hacerlo. Hoy es muy caro hacer un libro y pocos se dan el lujo de hacerlo; yo trato de seguir haciéndolo, incluso sin poder, porque los costos varían día a día (hay presupuestos que duran 24 horas). Cuando pasan aumentos de un día al otro no hablamos de una variación de un 5%, sino del 18% al 30% y es difícil programar”, ilustró.
En su convocatoria 2023/ 2024, Mascarón de Proa seleccionó dos libros para editar, pero su publicación aún es una incógnita: “No sabemos cuánto van a salir. Como somos una editorial pequeña no hacemos tiradas grandes. En estos últimos días, hace prácticamente dos meses que no vendo un libro, porque ya su valor es alto y tengo que remarcarlos… entre comer y leer, es fácil la elección”.
Referido a El Mensú, Falconi signó que “siempre es complicado para las editoriales chicas vender libros”.
“Cuando más se vende es en la presentación, entonces uno tiene que hacer eventos para que las obras se muevan. Después, en las librerías, se vende muy a cuentagotas y, sinceramente, la mayoría que publica una editorial de servicio es para recuperar el dinero que invirtió, si sale empatado es bueno y ni hablar si se llega a vender mucho”.
“Este año bajamos un poco respecto a la publicación, fuimos tomando menos trabajos y creo que tampoco hemos hecho poco: hablamos de 25 títulos cuando -en otras épocas- hemos llegado a publicar más de 60. Tampoco quiero tomar tantos trabajos por la atención que merece el proyecto”.
Respecto al sello Apócrifa, el entrevistado destacó la obra reunida del poeta local Marcelo Dughetti: “Fue un libro importante, porque además de reunir su obra también hay un libro inédito. También estamos con un libro de un escritor de Oliva y el lanzamiento de ‘Mi corazón es una perra huérfana’”.
Respecto a lo que se viene, cerró: “El panorama se ve bastante complicado, ya venimos complicados, pero se nota más complejo aún y la idea es ir viendo cómo se van resolviendo las cosas”.
“No sabemos que va a pasar, nadie lo sabe, pero la idea no es abandonar el barco, sino seguir publicado y tratando de dar a conocer a los escritores locales, regionales y de la provincia”.
Editorial universitaria
Carlos Gazzera, titular de la editorial de la Universidad Nacional de Villa María, contrarrestó un final de año especial -por motivo de los 15 años del sello- con el inicio de un 2024 incierto, donde el financiamiento está en veremos por la Ley Ómnibus propuesta por el Gobierno del presidente Javier Milei.
El deseo de congelar las partidas presupuestarias a enero de 2023 le afecta de modo directo. Es que, más allá de que el sello posee ventas y una estructura, la otra pata tiene que ver con los fondos a disposición para poner las máquinas a imprimir.
“Al año 2023 lo terminamos muy bien. Cumplimos muchas metas que nos habíamos propuesto, por ser nuestro aniversario 15, las logramos cumplir”, dijo Gazzera, y reflexionó: “Quizás publicamos algunos títulos menos que en años anteriores. Nosotros veníamos con 40 novedades al año, en promedio, este año deben haber sido alrededor de 35, pero con una salvedad importante: publicamos todos muy buenos títulos, incluso algunos volúmenes de hasta 800 o 1.000 páginas, lo cual es significativo para no perder la cantidad de páginas publicadas… cuando un libro es más grande requiere un esfuerzo mayor”, dijo.
Los problemas, según el entrevistado, llegaron a “fin de año”, luego de las elecciones que catapultaron a Milei al Sillón de Rivadavia: “La devaluación y el aumento del transporte fueron cosas que nos fueron mellando, sobre todo en la parte de distribución de libros, ese es un aspecto importante para nosotros”.
“Empezaremos 2024 con varios libros que distribuiremos en los primeros meses y algunas presentaciones previstas para este año que son libros que terminamos de imprimir en 2023 y que, por muchas razones, no pudieron ser distribuidos”, relató.
Referido al papel, un problema que atraviesa los años, relató: “El papel sigue en aumento más allá de la inflación, entonces el componente del papel ya supera el 50% del valor de un libro y eso encarece muchísimo un ejemplar. Nosotros creemos que el precio del libro está subiendo de una manera que lo pone fuera del alcance del lector. Pensar un libro en 23 o 25 mil pesos es una cifra considerable. Entonces, todo eso afecta y ni hablar del avance de la Ley Ómnibus, que saca la ley de “precio único de libro” que va a producir una verdadera hecatombe, porque va a permitir que muchas librerías independientes desaparezcan, se concentren los grandes compradores y se desequilibren muchas cosas que ya tienen un equilibrio delicado en este contexto. Sin regulación todo se volvería insostenible”, adelantó.
Referido al presupuesto universitario, Gazzera desarrolló: “Nosotros dependemos del presupuesto universitario más allá de que tengamos ventas de libros. Hay un soporte que es necesario y este es el soporte operativo de la universidad. El congelamiento del presupuesto nos afecta de manera directa. El dinero será el mismo que en enero de 2023 con una inflación interanual, la devaluación, el aumento de los costos, tarifas, correos, fletes, costos operativos y demás… es insostenible”, reflejó.
De cara al futuro, se sinceró: “No sé cómo vamos a hacer. Hablé con algunos libreros de Córdoba capital y la previsión que el sector está haciendo (por la recesión y el aumento de precios) es que las ventas caigan un 45%, es decir, como el primer semestre de 2020, en tiempos de la pandemia de COVID-19”, comentó. “Esto no sería durante un cuatrimestre, sino en todo un año… se trata de una pandemia multiplicada, porque no creo que haya una recuperación del movimiento del consumo en seis meses. Los analistas hablan de estanflación, se trata de una inflación con estancamiento de ventas”.
“Vamos a un escenario donde el libro no es un objeto elástico. Es decir, no es algo que la gente prefiera por encima de productos de necesidades básicas. Va a haber una caída de ventas brutal (…). Si el presupuesto se estanca estamos condenados a una situación delicada que no sé cómo lo vamos a resolver”.
Para el final, Gazzera también signó que la coyuntura nacional va más allá de las publicaciones: “Hay escenarios en el país que son más graves y delicados que los de un libro. Me preocupa cómo va a operar la Universidad. Lo peor del congelamiento lo van a vivir los docentes, los no docentes y el alumno. No se va a poder pagar la luz ni el gas… la situación es delicada y grave, lo de publicar nos preocupa, pero está en un segundo plano ese problema”, cerró.
