Nota N° 826 | Escribe: Jesús Chirino
Voto femenino municipal y nacional
El 11 de noviembre se cumplió un nuevo aniversario de la primera vez que, a nivel nacional, las mujeres pudieron votar y ser electas. Se conoce que antes de ese acontecimiento existió una larga lista de sucesos relacionados con la conquista de ese derecho. Uno de los antecedentes, fue el voto a nivel municipal que se dio en diferentes lugares, entre ellos la provincia de Santa Fe. Sabiendo la conexión entre Rosario y Villa María, en lo político, es importante incorporar ese elemento al estudio de la evolución del pensamiento acerca de esta temática
Un sistema representativo que negaba la mitad de la población
Siendo presidente de la Nación Roque Sáenz Peña, en 1912, se sancionó la que sería conocida como Ley del Voto Universal, Secreto y Obligatorio, que solo le otorgó ese derecho a los hombres argentinos nativos o naturalizados mayores de 18 años de edad. Es decir que la mujer estaba fuera de la idea de universalidad propuesta por la referida norma jurídica.
La construcción de un sistema representativo que reconociera la soberanía popular, planteó la necesidad de establecer criterios para el ejercicio del derecho a elegir y ser elegido, algo central en la ciudadanía política. La lucha por el voto "universal" había sido intensa, incluso tuvo su capítulo en Villa María cuando la revolución de 1905. Las mujeres participaron de esas luchas, pero fueron excluidas en las normas jurídicas que avanzaban en la construcción de la ciudadanía política del hombre. Por entonces era dominante un erróneo esquema de pensamiento que justificaba esa marginación de la mujer en supuestas características innatas de la misma. Era mayoritaria la posición que justificaba los privilegios de los varones y planteaba como lógica la subordinación de la mujer a estos.
En Latinoamérica
En el mundo occidental, desde el siglo XIX este sistema de idea fue cuestionado, algo que se acrecentó durante el siglo XX. Así se puso en debate la necesidad de sumar a la mujer para poder hablar de una real universalidad de los derechos políticos. Las mujeres lucharon y se organizaron en, por ejemplo, los movimientos de sufragistas que luego pasaron a integrar la corriente más amplia del feminismo. A mediados del siglo XIX, cuando el mundo occidental era escenario de los movimientos democráticos, nacionalistas y el nacimiento del socialismo, las mujeres encontraron nuevos apoyos. Ellas no solo debatieron, generaron conceptos para ver de otra manera la realidad, sino también construyeron organizaciones y lucharon por sus derechos.
En Latinoamérica, donde las mujeres participaron en las gestas independentistas, guerras civiles y luchas por la organización política de los nuevos Estados, en las primeras décadas del siglo XX, algunos países de la región aprobaron las reformas de sus respectivos códigos civiles. Especialistas en la temática marcan tres períodos históricos con relación al reconocimiento de los derechos políticos a las mujeres en esta parte del mundo. El primero se extiende entre 1929 y 1938, durante el mismo, Ecuador, Brasil, Uruguay y Cuba se convirtieron en pioneros en la materia. El segundo fue contemporáneo a la Segunda Guerra Mundial y abarca entre 1939 y 1945, en ese tiempo fueron varias las naciones centroamericanas que habilitaron la participación política de las mujeres. El tercer período va desde el fin de la guerra hasta los años sesenta, la mayoría de las naciones de la región reconocieron los derechos políticos a su población femenina.
Por primera vez a nivel nacional
En Argentina, el Código Civil de 1871 había establecido que las mujeres eran incapaces. Recién en 1926, surgió una norma, la Ley 11.257, que proclamó la igualdad legal entre varones y mujeres. Pero esa normativa no tuvo gran reflejo en las prácticas habituales, incluso la propia norma planteaba límites a esa igualdad, pues no incluía el derecho al voto ni la Patria potestad compartida.
Nuestro país integra el contingente de naciones latinoamericanas que más tardíamente reconoció, a nivel nacional, el derecho a votar y ser elegidas a las mujeres. Lo hizo mediante la Ley 13.010 de sufragio femenino, sancionada el 9 de septiembre de 1947 y promulgada el 23 del mismo mes. Ese mismo día, desde el balcón de la Casa Rosada, Eva Duarte de Perón habló ante una multitud convocada por la CGT. Esta gran líder argentina manifestó: "Mujeres de mi Patria, recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos". Para Evita se trataba de "... una victoria de la mujer sobre las incomprensiones, las negaciones y los intereses creados de las castas repudiadas por nuestro despertar nacional". El historiador Felipe Pigna señala que: "Lejos de alegrarse, las dirigentes opositoras de todo el arco político, desde la izquierda a la derecha, que venían luchando por lograr el voto femenino y la total integración de la mujer a la política, sintieron que Evita les arrebataba una reivindicación histórica y una anhelada conquista".
El 11 de noviembre de 1951, las mujeres argentinas, por primera vez ejercieron, a nivel nacional, su derecho al voto y a ser elegidas representantes.
Adriana Valobra, doctora en historia, en su investigación acerca del voto municipal femenino en Santa Fe, plantea que si bien en Argentina "... hay un enorme caudal de investigaciones sobre el sufragio femenino, estas se orientan especialmente al estudio del movimiento por su obtención -concentrando especialmente en el núcleo de la capital de la nación- y, sin duda, se eclipsan ante el contexto de su sanción, en el peronismo. Por ello, no tienen tradición en preguntarse por el nivel municipal, el que es referido de manera colateral, espasmódica e incompleta en las historias del sufragio...".
Santa Fe
A inicios de los años 20 del siglo XX, Santa Fe encaró el proceso de reforma de la Constitución provincial de 1900 que, mucho antes que a nivel nacional, había incorporado el voto universal y secreto, masculino. Esta Constitución santafesina, de 1921, fue vetada por el gobernador de esa provincia. En 1927 se reformó la legislación municipal que llegó a implementarse en Rosario y Santa Fe. Luego, en los años 30, se puso en vigencia la constitución de 1921. Si bien en Santa Fe tenía carácter constitucional, el voto femenino era calificado, pues el empadronamiento exigía condiciones que no cumplían todas las mujeres. La Junta Central de Elecciones tuvo que resolver varias cuestiones, pues existían tecnicismo que debían ser resueltos para poder hacer el registro electoral. El derecho a votar y ser electas para cargos legislativos, en los municipios santafesinos, se hizo efectivo el 11 de marzo de 1934.
El 16 de marzo, en el diario La voz del Interior se publicó una nota bajo el título "La mujer se ha bautizado con el Civismo en Santa Fe". En el copete de la nota se señala que las mujeres participaron "En las elecciones comunales... con entusiasmo de electora, presidente y fiscal". También surgen dos datos interesantes, por un lado, se marca "demostró su capacidad cívica", en tanto que también se dice que "el gobierno municipal, interesa a la mujer por su estrecha vinculación con los intereses de la familia". Si bien en una parte de la nota se señala que "en general, la mujer argentina, está preparada para hacer uso de ese derecho cívico", también es claro que debía demostrar su "capacidad cívica".
En cuanto a su construcción como electora, en el ámbito municipal (que tenía antecedente en San Juan), a diferencia del hombre, solo se la relacionaba con los "intereses familiares". Cuestión que justificaba la limitación del derecho al territorio donde ellas vivían.
Analizar el voto femenino a nivel municipal puede ayudar a romper con una historia evolucionista del voto y pensarlo en su contexto local. Se trata de un voto territorial y estudiar las dinámicas electorales municipales, puede abrir un camino a entender mejor cuánto y cómo contribuyó a la equiparación de géneros en el ámbito local, como también la construcción del sujeto político en esos ámbitos. Las prácticas y los discursos disparados a partir del ejercicio de este derecho por parte de mujeres de una provincia vecina, en especial el municipio de Rosario tan conectado con Villa María, es un tema de interés para estudiar qué impacto tuvieron en esta zona.