Entrevista - Sergio Schmucler presentará el jueves la novela “La cabeza de Mariano Rosas”

“El odio nos acompaña desde el nacimiento mismo del país”

La obra traza la vida de Lucio V. Mansilla, el autor de “Una excursión a los indios ranqueles” cuando conoce al cacique apadrinado por Rosas
martes, 25 de junio de 2019 · 11:30

El próximo jueves a las 18 se realizará la presentación del libro “La cabeza de Mariano Rosas”, del escritor, guionista y cineasta Sergio Schmucler.

La velada se desarrollará en el auditorio de la Medioteca Municipal Mariano Moreno (Sabattini 40), y contará con la presencia de Mariana Barcellona, docente de la Cátedra de Literatura Argentina I de la UNVM.

Cabe agregar que la propuesta se enmarcará en el marco de los cinco años de la Librería Universitaria Edith Vera del sello Eduvim, que se ubica en calle Chile.

Previo a su llegada El Diario dialogó con el autor, quien naciera en Córdoba en 1959 y reparte actualmente su vida entre la Docta y México, a donde se exiliara en 1976.

-¿De qué manera llegó a vos la historia de Mariano Rosas? ¿La conocías de antes? ¿Qué más te atrajo de su singular trayectoria?

-Conocí la historia de Mariano Rosas gracias a mi oficio de director de cine: por un lado al realizar “Curapaligüe, memorias del desierto”. Estando en el sur de la provincia me contaron historias de los ranqueles, y también sobre la vida de Lucio V. Mansilla, cuando fue responsable de la frontera con Tierra adentro. A su vez, gracias a presentar “La Herencia”, en el Festival de Cine de La Pampa, tuve la oportunidad de conocer Leubucó, el lugar en donde vivió Mariano Rosas (nacido como Panghitruz Güor) y tuve largas charlas con dos lonkos ranqueles, que me introdujeron en ese universo, tanto en relación al pasado como en el de sus sufrimientos y reivindicaciones actuales.

-¿La genial anécdota del robo de la cabeza de Rosas por parte de Mansilla te perfiló la escritura hacia una novela de "suspense" o de un matiz policial más allá de que está inscripta en la novela histórica?

-Seguramente por el oficio de guionista, para escribir siempre necesito primero tener claro un hilo narrativo que oficiará de articulador central. A partir de él construyo un artefacto literario, la trama, con el cual comienzo a organizar el rompecabezas. En ese sentido, inventar lo del robo me permitió por un lado tener el “clima” narrativo y por el otro darle suspenso, herramienta que en lo personal me resulta imprescindible para contar historias. En general no estoy muy de acuerdo con adscribir las obras literarias a géneros, sobre todo desde hace algunos años, en los que se vienen borrando las fronteras de manera crucial. En ese sentido no definiría mi novela ni como policial ni como histórica.

-¿Estuviste recorriendo los escenarios pampeanos por donde trazó el personaje o te guiaste por documentos y testimonios?

-La investigación tuvo de ambas cosas. Estuve varias veces en la zona que podríamos llamar el “teatro de operaciones”, charlando con ranqueles y también con historiadores de las ciudades vinculadas (Jovita, General Levalle, Vicuña Mackenna, Huinca Renancó, Realicó, Santa Rosa, Victorica) y, además, me pasé mucho tiempo revisando materiales bibliográficos que me acercaron a la literatura, a la vida y al pensamiento de Lucio V. Mansilla, que es, con Mariano Rosas, el principal protagonista de la novela.

 

“A los ranqueles les molesta que se hable por ellos”

-¿Más allá de la centralidad de Rosas en el título de la obra, se equilibra el protagonismo en la trama tanto de él como de Mansilla?

-Sin duda. Es más, te diría que la novela es principalmente sobre Mansilla. Lo que pasa es que imagino un Mansilla que se reconoce a sí mismo, que se piensa, a partir de lo que significó en su vida haber conocido a Mariano y, por supuesto, su historia personal, su fundamental cercanía con Juan Manuel de Rosas, a su vez tío suyo.

-¿La emergencia de esta obra también se puede leer como el rescate de la voz y de los referentes de los pueblos originarios que siempre han sido ninguneados, tergiversados o eliminados de la llamada “historia oficial”?

-De visibilizar su historia y gracias a eso a su presente, sí. Te diría que ese es, si bien no el único, el sentido central que me movió a escribirla. A veces imaginamos el presente como escindido del derrotero histórico que lo posibilitó, entonces consideramos que la violencia racista (entre nosotros) es un elemento superficial extirpable y no constitutivo. Cuando descubrimos que la famosa brecha de la que tanto se habla tiene como trasfondo justamente eso, el racismo, el considerar que algunos tienen más méritos que otros, y que ese odio es un elemento que nos acompaña desde el mismo nacimiento del país, podemos iniciar el lento proceso histórico y social para cambiar, para ser mejores.

En cuanto a rescatar la voz no, porque una de las cosas que aprendí en mis conversaciones con los lonkos ranqueles, es que nada les molesta más que se hable por ellos, o que se escriban novelas en donde se los vuelve héroes, o grandes amantes, o extremadamente crueles… En un documento producido en una asamblea del consejo de lonkos en Victorica se puede leer lo siguiente: “Ni somos solo nuestro pasado, ni somos mudos. Todo aquel que quiera puede ver que estamos vivos, que participamos del presente, y que pensamos, reflexionamos y somos capaces de contar nuestra historia. El que quiera oír que oiga”.

-Al margen, ¿qué otros proyectos tenés planeado a corto o mediano plazo tanto en Córdoba como en México?

-En Córdoba estoy comenzando una investigación que quizás termine en la realización de una película sobre (el cura Mariano) Oberlin. En México estoy esperando que algún productor se interese en una miniserie sobre Lázaro Cárdenas y el año en que se nacionalizó la industria petrolera. Y en José de la Quintana, que es donde tengo mi casa más estable, estoy afinando una propuesta para publicar una revista cuyo eje temático central será el neoruralismo, una experiencia llena de variaciones que insinúa nuevas formas de vivir, que se expande en buena parte del mundo y de la que no es ajena nuestro país.

4
1
55%
Satisfacción
22%
Esperanza
11%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
11%
Indiferencia

Comentarios

Cargando más noticias
Cargar mas noticias