Las relaciones de poder que se tejen detrás de las fake news

Escribe Daniel Rodríguez
De nuestra Redacción

Lejos de la ingenuidad que tal vez se presume detrás de una fake news (o noticia falsa), Natalia Aruguete, docente e investigadora del Conicet, enumeró los diversos factores que atraviesan el nacimiento de una consigna que luego puede impactar hasta los espacios más recónditos, incluso en la mesa familiar.

Tales definiciones las realizó junto a la presentación de su libro “Fake news, trolls y otros encantos” en el marco del Segundo Congreso Latinoamericano de Comunicación organizado por la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) que concluyó durante la jornada de ayer.

En tal evento, que se desarrolló en el marco de la virtualidad (y específicamente durante la tarde del martes), la coautora de la placa, ya que la realizó con Ernesto Calvo (que es doctor por la Universidad Northwestern, profesor de Gobierno y Política en la Universidad de Maryland), evidenció de manera tajante cuál es el caldo de cultivo o la red donde se tejen las falsas noticias que luego tienen gran impacto en las redes sociales, valga la redundancia.

Antes de ejemplificar con diversos casos resonantes a nivel país como la supuesta liberación desmedida de presos, el conflicto en Villa Azul (Quilmes) o un ataque hacia los colectivos feministas, la autora explicó que: "Hay cuatro elementos que dan la posibilidad a  fake news y  explican el porqué de su efectividad; por un lado tenemos la coordinación de distintos tipos de actores que tienen que participar... no es solamente un troll aburrido, sino que se requiere de coordinación y conocimiento de la circulación y la idiosincrasia de las redes de una región o comunidad”.

“Otra cuestión es no pensar en redes sociales y medios tradicionales de forma dicotómica, no es que crean y forman agenda de manera independiente; muchas veces para que una fake news tenga resonancia cultural en determinadas comunidades es necesario que haya un impulso más comprensivo”.

“La tercera es tratar de pensar esto en escenarios polarizados (a nivel político o ideológico). Las fake news es menos probable que se propaguen cuando no están encendidas las entidades partidarias”, explicó y, finalmente, reflexionó que es importante “pensar esto en el marco de una disputa por la agenda. Ya que las fake news son una forma de dar visibilidad a determinados temas a los cuales una determinada comunidad tiene reputación y legitima”.

Solapar operaciones

En el análisis de temáticas también se reflexionó respecto a la cantidad de veces que se repite una noticia (que puede  ser falaz) en medios del interior del país sin citar la respectiva fuente (cifra que en ocasiones alcanza a un 50%).

“Quienes empiezan a tener muchísima presencia en este marco son los medios apócrifos que muestran una idea y lo que hacen es solapar la operación política que están haciendo, pero al mismo tiempo son medios que quedan de alguna forma inoculados de poder ser verificados porque de alguna medida se presentan como “satíricos”, los cuales no tienen por qué rendir cuentas en honor a la verdad”, explicitó.

En ese marco y con Twitter como escenario de estudio también se abre un camino hacia la reflexión del usuario en cuanto al contenido que replica, las etiquetas (o hashtags elegidos) y el origen de los datos ya que muchas veces provienen de cuentas que no han sido verificadas y todo ingresa en una dinámica de inminente polarización.

Perfil

Natalia Aruguete es investigadora del Conicet, docente, periodista y profesora  de la Universidad de Quilmes y de la Universidad Austral. Lleva publicados tres libros y casi 50 artículos en temáticas centradas en la relación entre agendas mediáticas, políticas y públicas con el diálogo entre medios sociales y digitales. “Fake news, trolls y otros encantos” se realizó mancomunadamente con el doctor en Gobierno y Política, Ernesto Calvo.