Desde Eduvim denuncian el agravamiento de la crisis editorial

Piden al Estado que intervenga

Entre la disminución en la capacidad de intervención de la industria editorial en el mercado y el atraso de implementación de nuevas tecnologías, el sector editorial afronta la crisis del COVID-19
miércoles, 1 de julio de 2020 · 08:47

El director de la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) Carlos Gazzera, realizó un análisis de la situación del sector editorial y analizó las perspectivas después de la pandemia. “Es necesario remontarnos a los contextos de la industria, particularmente a nivel global en los últimos 10 años con lo que se conoce como profundización del cambio de paradigma, las nuevas tecnologías, la aparición del libro digital, las nuevas plataformas, nuevos jugadores redefinición del rol de las librerías, distribuidores, plataformas y agregadores de contenidos; han significado una transformación del mundo del libro sin precedentes, esta situación de cambio de paradigma también fue moviendo o cambiando los modos, o los modelos de negocio”, introdujo.

Asimismo, aseguró que Argentina “tuvo en mediados de la década pasada un problema de atraso de reloj frente a este cambio de paradigma”, un problema que arrastra la industria editorial al que “hay que agregarle que en los últimos 4 años de gobierno neoliberal de Mauricio Macri el Estado abandonó toda política pública sobre la industria del libro que no solo vino a agravar este atraso o descompensación de la evolución tecnológica de la cadena del libro en Argentina, sino que además la puso internamente en una desarticulación sistémica, se rompió básicamente la cadena de valor de la industria del libro”.

Según Gazzera, la crisis del COVID-19 “comienza teniendo que asumir este doble problema, una rara situación de disminución de su capacidad de intervención de la industria editorial en el mercado fruto de las políticas neoliberales y una crisis por el atraso de implementación de nuevas tecnologías y de nuevos modelos organizativos para la industria”. Ante ello sostuvo: “Sin ninguna duda nos pone en una doble problemática, en primer lugar frente al achicamiento del mercado interno, la caída del consumo de los bienes culturales en la Argentina, produce necesariamente una reducción de la posibilidad de sustentabilidad para el mercado interno. La crisis estructural, organizativa de la industria editorial y su desacople de este cambio de paradigma frente a las nuevas tecnologías, vuelve muy incompetente al sector editorial para el mercado externo, entonces como consecuencia de este desacople con la industria editorial global el libro argentino pierde presencia en la región en el idioma castellano, esta doble crisis (la del mercado interno y las posibilidad de penetración al mercado externo) conlleva entonces a una situación de extrema delicadeza, frente a la salida al futuro estamos viendo que se está discutiendo en otros países donde las políticas públicas son parte necesaria del apoyo a las industrias culturales, no sólo se ven constituidas con aportes monetarios sino también con fuertes debates, con la posición comunicacional de instalar el libro como un artículo de primera necesidad y también con un fuerte apoyo a la tecnológico para que libreros, distribuidores y editores puedan mejorar su presencia en el mercado y la llegada a los lectores”.

Para el publisher de Eduvim, el contexto actual deja “un deterioro en la cadena de circulación del libro, cerrada la librería se corta la cadena de pago, el editor no cobra, no imprime, no le paga derechos de autor a sus proveedores de contenidos, esta cadena que está totalmente desarticulada es la columna vertebral de la industria editorial, si no se puede poner otra vez en funcionamiento, reconstruyendo los modelos de negocios que básicamente son modelos de confianza, esos modelos de circulación de valor agregado que tiene un libro están en una profunda crisis y casi en un callejón sin salida, la intervención del Estado es urgente y necesaria; y cuando decimos intervención del Estado, decimos a nivel nacional a través de sus ministerios, los provinciales a través de sus promociones y los municipales a través de su ayuda a su cadena de librerías y bibliotecas. Si este círculo no se completara con la intervención del apoyo de las estructuras de las editoriales universitarias podríamos decir que está totalmente incompleto, porque el sector editorial universitario se ha constituido en estos últimos años en el principal motor de transformación por lo menos en el paradigma de la aplicación de las nuevas tecnologías y los nuevos debates que se vienen en los modelos de lectura, de negocios, entorno digital, como el acceso abierto”.

Por último resumió: “Confiamos que los pueblos no se suicidan, confiamos en que para no suicidarse los pueblos no abandonan a sus autores, a sus libros, a sus librerías”.

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