Se realizó la JONAS en la UNVM

La importancia de fomentar la agroecología

La primera Jornada Nacional de Agroalimentos y Sustentabilidad que se llevó a cabo ayer en la ciudad reunió a importantes expositores. Entre ellos, Walter Pengue cuestionó la forma actual en que se desarrolla la producción agrícola

Ayer se llevó a cabo la Primera Jornada Nacional de Agroalimentos y Sustentabilidad (Jonas) organizada por el Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María con un importante número de participantes.

A la jerarquía de los expositores se le sumó la curiosidad de quienes asistieron en pos de vincular y dar difusión científico-tecnológica y de reunir líneas de investigación y trabajo de distintas áreas temáticas.

Walter Pengue, docente de la Universidad de General Sarmiento, fue uno de los expositores. En su caso, planteó una charla titulada “La comida Barata es muy cara. Midiendo lo que importa en la agricultura y la alimentación”.

El miembro del grupo de ecología y medioambiente de la Universidad de Buenos Aires y quien también trabaja en Naciones Unidas en un grupo de investigación, expuso sobre los temas de producción agrícola y la vinculación con el sistema ecoagroalimentario, y basado en esas situaciones “los impactos que se están teniendo, no solo ambientales, sino sociales, económicos y en la salud por el sistema agrícola que estamos teniendo hoy en día”.

Tras presentar alternativas posibles, rescató principalmente una de ellas: “La agroecología como una vinculación, como la seguridad y la soberanía alimentaria, la resolución de problemas a nivel de la salud y de las nuevas problemáticas agronómicas a nivel de campo y la preparación de un modelo alternativo al que tenemos hoy en día”.

“El que tenemos ahora parece exitoso cuando las cosas van bien, pero todo el mundo está pidiendo subsidios cuando las cosas van mal”, remarcó a El Diario y agregó que “entonces de alguna manera creemos que sin cuestionar o sin generar una discusión entre unos y otros, la agroecología se erige como una alternativa real, válida, posible, en particular para los pequeños y medianos agricultores”.

El investigador consideró que “en Argentina, lamentablemente, a pesar de que muchos dicen que en agricultura estamos siendo punta de lanza, somos eso para los intereses de las compañías en muchos casos y de eso, a veces, las facultades de agronomía tienen mucho que ver”.

En ese sentido, criticó que “el problema que tenemos es la formación que nos dan a todos nosotros en las facultades de agronomía donde muchos de estos ejemplos todavía están por verse o son cuestionados”.

“Pero a nivel mundial la agroecología viene construyendo alternativas viables y posibles desde la escala de finca a nacionales de las cuales frente a situaciones críticas se puede producir de una manera distinta”, expuso.

Apuntó que en nuestro país “hay ejemplos en distintas escalas, desde la muy pequeña como los exitosos ejemplos de las huertas familiares en tiempos de crisis a escalas de producción media o grande que muestran a los agricultores que una de las cosas más importantes que tienen que son los costos de producción se pueden reducir de y ganar casi la misma plata con otra forma de producir”.

“Hoy la agricultura industrial está pagando costos altísimos, compañías grandes están a punto de caer de la mano de mentiras que antes se mostraban como verdades y que hoy están costando 2 mil millones de dólares”, remarcó Pengue.

Consultado sobre si cree que la sociedad en general toma conciencia de los problemas que se pueden generar por el impacto de la agronomía, sostuvo que “no se toma conciencia, cuesta mucho el reconocimiento porque la toma de conciencia lleva mucho tiempo, hay que tener en cuenta lo que pasaba con los fumadores, tardaron 40 años en determinar los impactos de la industria de los cigarrillos”.

“Lo que se viene, que en Naciones Unidas se está poniendo en alerta, tiene que ver con los alimentos ultraprocesados y los impactos en la salud humana. Desde allí uno puede entrever claramente que el reconocimiento de la sociedad tarda entre 20 y 40 años, en asumirlo y en tomar las medidas de legislación para ordenarlo”, cerró.

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