Desde Davos - Respuesta del IPCVA

Polémica: recomendaron no comer carne

En el Foro Económico Mundial culparon a la ganadería por el cambio climático y sugirieron no comer más de dos hamburguesas a la semana.

Desde hace tiempo la ganadería tiene mala prensa. No solo por tendencias de consumo,  sino también porque se acusa a la actividad de promover el cambio climático y el calentamiento global. En ese escenario, lo planteado en el Foro de Davos sin dudas tiene impacto. Y justamente por ese motivo, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) salió a retrucar las afirmaciones vertidas, dando a conocer la forma en que se produce carne en el país.

El texto, que lleva la firma de Eugenia Brusca y Adrián Bifaretti, miembros del Departamento de Promoción interna del organismo, explica que en Argentina las vacas son en realidad una herramienta para la regeneración de los ecosistemas.

“Las vacas se alimentan a través del consumo de pasturas y pastos naturales. Estos pastos y pasturas naturales han tomado del aire el carbono como parte del ecosistema natural a través de la fotosíntesis. Las  vacas digieren el carbono y el pasto eliminando metano a la atmósfera. El metano que emiten los animales está “hecho” con base en el carbono del pasto que las vacas consumieron y tiene una duración de entre 10 a 12 años en la atmósfera. Luego de ese tiempo, el metano se transforma en agua y dióxido de carbono, que es absorbido naturalmente a través de la fotosíntesis por las pasturas. Y es así como el ciclo se repite una y otra vez”.

Por tal motivo, afirman, la ganadería argentina, que se basa fundamentalmente en producción extensiva, es parte de un proceso de secuestro de dióxido de carbono hacia la tierra. En definitiva, parte de la solución y no del problema.

“Lo más importante es que las vacas no están generando más carbono a la atmósfera, sino que a través de la fotosíntesis y su alimentación contribuyen al ciclo natural del carbono”, indica el trabajo.

Teniendo en cuenta el proceso descrito los técnicos del Instituto sostienen que, en el caso de Argentina, la recomendación de Davos constituye una “fake news”.

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