DESTINOS/Tolhuin (Tierra del Fuego)
El encanto de un pueblo austral
En la plenitud de la provincia más sureña del país, la pequeña aldea muestra rasgos de pura Patagonia. Ríos, tupidos bosques y el colosal Lago Fagnano se entreveran con la sencillez de los paisanos y arquitectura típicaEscribe: Pepo Garay
ESPECIAL PARA EL DIARIO
equeñito y encantador. Así es Tolhuin. Un suspiro instalado en el epicentro de Tierra del Fuego, donde conviven preciosos paisajes australes, estelarizados ellos por lagos y ríos, cerros nevados, bosques y ausencias. Tan en la médula de la provincia sureña está la aldea (y sus tres mil habitantes) que los onas la llamaron “Tol-Wen”. La palabra significa, justamente, “corazón”.
Ahí va el viajero, al núcleo de la isla (para el despistado: sí, Tierra del Fuego es una isla, y para acceder por tierra, hay que pasar primero por Chile y tomar un barco), con el objetivo de disfrutar de ese marco soberbio al que le echaron el ojo definitivamente los madereros de mediados del siglo XX. Son los que llegaban a buscar la lenga, esa especie arbórea que inunda el rededor inmediato del municipio.
Todo, en las orillas del Fagnano. Un colosal lago que atraviesa buena parte de la provincia, y que en sus extremos orientales acaricia a Tolhuin con cortesía, pero también con violencia. Sobre todo en invierno, cuando las temperaturas extremas no dejan a nadie indiferente. En verano es otra cosa, aunque el frío puede golpear en repetidas ocasiones.
Caminata en la naturaleza
A fines de admirar el lago como se debe, conviene realizar una atractiva caminata de aproximadamente cinco kilómetros. El circuito que bordea al gigante (el sobreuso de adjetivos encuentra argumentos en el tamaño del espejo de agua: casi 600 kilómetros cuadrados), hasta arribar a la Laguna Varela primero y después a la Laguna Negra, con sus múltiples turbas subacuáticas (que explican el color del agua y el mote de la laguna).
Por la zona deambula el Cerro Michi, y más bosques de lengas y ñires, habitados por castores que arman sus represas artesanales. De continuar con rumbo oeste, surgen tras medio centenar de kilómetros de andares los lagos Yehuin y Chepelmut.
Ya de regreso al pueblo, valdrá la pena recorrer las callecitas repletas de esencia patagónica y mechadas con hosterías, restaurantes y comercios. En el devenir, mandato es admirar las construcciones de arquitectura tan austral, como la iglesia hecha en madera y piedra (de estilo normando, o similar).
La Cordillera
El poético Tolhuin sienta domicilio alrededor de 110 kilómetros al norte de Ushuaia y unos 100 al sur de Río Grande. Con destino a la capital provincial (otra nota para el despistado: es Ushuaia), muy embalado por la ruta nacional 3, podrá absorber la belleza del río Turbio y del río Valdez (patrón de la reserva que lleva el mismo nombre, y amigo de los paisanos Cerro Jeujepén y varias lagunas). Luego, la chance es hacer lo mismo con la Sierra Lucas Bridges, donde de la mano de cerros como el Quintana y el Chechén, Los Andes comienzan a hacer de las suyas.
La palabra “comienzan” no es casual, toda vez que la región pertenece a la zona más sureña de esa extraordinaria cordillera, emblema de América. Por aquí se pavonea el paso Garibaldi, con sus lagunas, sus picos nevados y más laderas impregnadas de lenga. Preciosa postal. Ciento por ciento Tierra del Fuego.